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| Pauline, a los 29 años, francesa educada sin ningún contacto con la fe, se bautizó esta Pascua en Bruselas |
En Bruselas se han bautizado esta Pascua de 2019 unos 80 adultos. Diane de Talhouët, la coordinadora diocesana para catecúmenos, explica que hace no mucho dos tercios de los nuevos católicos adultos que pedían el bautismo o la incorporación adulta a la Iglesia eran de origen africano. Hoy, un tercio es africano, otro tercio son belgas y hay un tercio de personas de toda Europa que viven en Bruselas ligados a las instituciones europeas y a otras empresas.
El diario belga Le Soir recoge la experiencia suave de una joven francesa en Bélgica, Pauline, que se ha bautizado con 29 años.
Sin ningún contacto con la fe de niña ni adolescente
Ni en su infancia ni en su adolescencia, Pauline nunca mantuvo contacto con nada religioso. Se educó en una familia francesa que, si no era declaradamente atea, sí mostraba un absoluto desinterés por cualquier cosa religiosa.
Ella se educó en la laicísima Francia, quizá el único país europeo donde los colegios públicos no ofrecen absolutamente nada de religión. Por supuesto, tampoco fue a ninguna catequesis infantil.
Hace 7 años, Pauline encontró a un hombre que le gustó y hoy es su marido. Él era católico, aunque no muy practicante. Pero cuando hablaban algo sobre Dios y la fe, ella sentía que “algo me llamaba”.
Explica que en su itinerario hacia la fe no ha habido un disparador, un desencadenante: más bien fue “un caminar interior”.
Sus padres no entienden que se bautice
Pauline se casó en 2018. Y esta Pascua de 2019, se ha bautizado con 29 años. Dice que es una decisión personal, profunda, que no lo hace solo por su matrimonio (la Iglesia da casi automáticamente dispensas para que los católicos puedan casarse con no católicos).
La gente de su entorno encuentra su decisión “sorprendente”, y algunos hasta “agradable”. Sus padres y parientes más cercanos son los que menos lo entienden, y ni siquiera han acudido a su bautizo.
Ella reflexiona sobre la familia y el bautizo como adulta con una serie de ideas. “El bautizo es mi entrada en la gran familia de la Iglesia, aunque creo que ya era parte de ella", considera.
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