Sam Brownback, antiguo gobernador de Kansas, converso al catolicismo y experto en temas de libertad religiosa internacional, anima a las parroquias y comunidades cristianas a acoger a los refugiados afganos amenazados por los talibanes y a dar voz a las personas de religiones minoritarias en Afganistán para evitar que se repitan matanzas por yihadistas como el genocidio contra los yazidíes en Irak.
Brownback fue el delegado (Ambassador at Large) del gobierno de Estados Unidos para potenciar la libertad religiosa en el mundo de 2018 hasta 2021. Buen conocedor de la situación en Afganistán, ha declarado en una entrevista en el National Catholic Register que "la situación ahora es desesperada y mortal" para los que no son musulmanes en Afganistán.
"Están desesperados por salir. Tengo listas de cientos de individuos que intentan salir. La mayoría son una combinación de conversos al cristianismo y de trabajadores de ONGs, de ONGs locales que se asociaron con ONGs occidentales", señala Brownback.
Mal precedente: la retirada de EEUU del norte de Irak
La retirada de tropas norteamericanas del norte de Irak, hace pocos años, dejó un vacío de poder y los yihadistas de Estado Islámico aprovecharon para lanzar su genocidio contra los yazidíes y los cristianos de la llanura de Nínive. Teme que algo similar pueda suceder ahora en Afganistán.
"En Afganistán puede ser algo distinto, pero si los talibanes no vienen a por ti, será Estado Islámico quien venga a por ti. Es una situación grave para las minorías religiosas, que incluyen a los cristianos, los conversos al cristianismo, los hindúes, sikhs, los musulmanes en desacuerdo con la filosofía dominante... hay musulmanes chiíes... Todos están en grave peligro", detalla.
Hay cosas, dice, que pueden hacer los gobiernos occidentales y el de EEUU para mejorar la situación:
1) "Presionar para que haya zonas seguras"
Es algo que ya han pedido alemanes y franceses a través de Naciones Unidas: unas zonas del país protegidas por "seguridad internacional" a las que puedan ir los perseguidos por su fe.
2) Acceso a los países vecinos
Consiste en presionar a los países vecinos (Irán, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán y Pakistán) para que dejen entrar a los afganos de minorías religiosas y les aporten permisos y espacios como refugiados. No se deberían crear campamentos permanentes, sino sólo puntos de tránsito entre países.
"Deberíamos [los países ocidentales] recibir algunos de esos refugiados. He oído que Hungría está dispuesta a aceptar particularmente a los refugiados cristianos. Necesitamos una lista de países dispuestos a recibirlos, y después proveer ayuda humanitaria a los que dejan el país, para esas naciones adyacentes que los alojan temporalmente", añade Brownback.
Brownback critica que Estados Unidos no se haya preparado para atender a esas poblaciones vulnerables que eran bien conocidas para la Administración por los informes de su oficina anterior. "Hacemos informes anuales, conocemos a esas poblaciones, no les hemos aportado nada de seguridad y tenemos mucha responsabilidad por crear la situación", señala.
En concreto, piensa que Estados Unidos debería poner la atención a estos refugiados como su prioridad en el campo de libertad religiosa internacional (la segunda prioridad sería seguir vigilando a China porque lo que el Estado chino haga contra los tibetanos, uigures o cristianos es lo que tenderá a extenderse a otros países "usando las técnicas chinas").
Los "nuevos derechos humanos" dificultan los derechos humanos reales, de 1948
Brownback lamenta que en los últimos años los países occidentales han inventado gran cantidad de supuestos nuevos "derechos humanos" -como el aborto, que él condena firmemente- que no son los de la Carta de Naciones Unidas de 1948, por lo que muchos países como Rusia, China o Turquía, u otros, simplemente consideran que esa categoría ya no significa nada y que cada país puede entenderlo a su manera.
Para evitarlo, Brownback pide volver a los derechos humanos originales que todos aceptaron, los de 1948: la libertad religiosa, la de expresión y la de reunión. "Todos podemos estar de acuerdo en eso, y desde ahí avanzar", señala.
Brownback señala que los cristianos en EEUU (y en todo Occidente) pueden ayudar a estas minorías religiosas perseguidas dándoles voz, contactando con sus representantes políticos para pedirles que actúen y organizándose (por ejemplo a nivel parroquial) para acoger a muchos de estos refugiados.
Evacuados de Agfanistán en la base aérea de Torrejón de Ardoz
Señala, por ejemplo, que en Emiratos Árabes Unidos hay temporalmente unos 2.000 refugiados, gran parte de ellos huérfanos menores de edad, esperando que se les aporte alguna ubicación. "Desearía que un cierto número de parroquias se presenten como voluntarias a acoger refugiados afganos", añade. En EEUU podrían hacerlo a través de su representante en el Congreso. Es algo que "pueden hacer ya, muy tangible y muy útil".
Una iniciativa desde España
En España, según informa Libertad Digital, el diputado por Badajoz Víctor Sánchez del Real (Vox) encabeza el esfuerzo por traer a España 21 familias cristianas (131 personas), con una lista de nombres aportada al Ministerio de Defensa y al de Exteriores. El Gobierno español prometió "no dejar a nadie atrás" y no está claro cuántos de estos cristianos afganos en peligro han quedado en el país. El diputado Sánchez del Real colabora con ONGs internacionales para localizarlos y sacarlos del país.
Además, hay entidades católicas que ya alojan afganos en sus centros de acogida en España, como es el caso de la Orden de San Juan de Dios (aloja 100 evacuados en 5 centros, como detallamos aquí).
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