María Arvonio, a la izquierda, junto a otras enfermeras católicas |
La ONU ha sido uno de los grandes promotores del aborto y de los anticonceptivos en el mundo. Con sus políticas y financiación de estas prácticas no acallado la voz a los que ofrecen una alternativa diferente y más sana.
¿Pueden las mujeres y las adolescentes estar más sanas sin aborto y anticoncepción? Este es el debate que abrió a finales de agosto una asociación de enfermeras de EEUU en la sede de la ONU. En una conferencia en este organismo, María Arvonio, de la National Association of Catholic Nurses (Asociación Nacional de Enfermeras Católicas), tiene claro que la respuesta es que sí.
Además, lanzó otra pregunta más a los presentes: “¿Las mujeres están al tanto de todas las alternativas disponibles para apoyar su salud de fertilidad?”.
La imposición de los anticonceptivos
“Salud de fertilidad”. Este es el concepto que tanto Arvonio como otros oradores utilizaron en sus intervenciones en lugar de “salud reproductiva”, término utilizado en todo momento en la ONU para legitimar el aborto y la anticoncepción como un elemento básico de la política sanitaria internacional.
Tal y como informa C-FAM, esta enfermera católica presentó los testimonios de expertos en enfermería en Nigeria, Kenia y Suazilandia de cómo las mujeres africanas carecen de acceso a información sobre métodos basados en la conciencia de la fertilidad, para así evitar un embarazo.
Igualmente, María Arvonio también explicó que estas mujeres a menudo sólo tienen acceso a anticonceptivos hormonales potentes como Depo Provera que pueden retrasar el retorno de la fertilidad, aumentar los riesgos de cáncer, de contrae VIH/SIDA, el deterioro de la masa ósea, entre otros efectos secundarios.
Las directrices de la Organización Mundial de la Salud siguen respaldando la imposición en grandes dosis de estos anticonceptivos hormonales inyecatables defendiendo “las ventajas de estos métodos, que superan el mayor riesgo posible de contraer el VIH”.
¿Estamos causando más daño que haciendo el bien?
Por ello, esta enfermera preguntó en público: “¿Estamos causando más daño que bien?”.
Rebecca Oas, durante su intervención
También intervino en la sede de Naciones Unidas, Rebecca Oas, directora asociada de investigación del Center for Family and Human Rights (C-Fam), que describió como ni los países ni la ONU brindan a las mujeres alternativas a la anticoncepción y el aborto.
Además, indicó como la ONU crea realmente obstáculos a los que quieren ofrecer alternativas a la anticoncepción al crear indicadores estadísticos totalmente dirigidos y que instan a los países a aumentar el acceso a la anticoncepción.
Oas habló además de que los métodos de planificación basados en el conocimiento de la fertilidad son clasificados por las agencias de la ONU como “tradicionales” o “no modernos”, y por lo tanto los ven contrarios a los objetivos que Naciones Unidas plantea para esta planificación familiar.
El exitoso experimento en un instituto
También intervino Marian Nowak, profesora en la Escuela de Enfermería de Rutgers (Nueva Jersey, presentó su trabajo sobre el plan que llevaron a cabo en una escuela secundaria urnana con una alta tasa de embarazos entre adolescentes.
Los alumnos aprendían sobre el embarazo, el desarrollo fetal y lo que realmente ocurre en un aborto, lo que resultó impactante para muchos de estos jóvenes. Los resultados fueron realmente sorprendentes, pues la tasa de embarazo se redujo a cero en los cuatro años posteriores a su implantación.
“Una vez que los estudiantes abandonaron la idea de realizar un aborto, la tasa de embarazo bajó”, aseguró Nowak.
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