Contundente informe en el Senado francés, «L'enfer du décor»
A finales de septiembre se publicó en Francia un detallado informe realizado por 4 senadoras de distintos partidos que pide combatir al máximo a la industria pornográfica, insistiendo en que es mucho más dañina de lo que podía ser antes de Internet, dañando especialmente a las mujeres que trabajan en ella, pero también a los jóvenes, a los consumidores y a toda la sociedad.
"Por primera vez en la historia parlamentaria [francesa], un informe se dedica por entero a las prácticas de la industria pornográfica", detallan.
La violencia es estructural, no son "casos de excesos"
Las conclusiones son firmes: hay "violencia perpetrada y transmitida por y en la industria pornográfica", y es mayoritaria y estructural.
Además, se trata de una "industria globalizada", que mueve miles de millones de euros "en ganancias en condiciones a menudo opacas", y se enriquece con "la explotación y mercantilización del cuerpo y la sexualidad de las mujeres".
Las senadoras consideran que "la magnitud de la violencia sexual, física y verbal observada en el mundo de la pornografía no constituyen simples excesos, sino que tienen un carácter sistémico".
El informe no se queda en generalidades indignadas: acude a detallar casos en los tribunales e historias de mujeres maltratadas en esta industria. Los actos sexuales que se muestran en pantalla casi nunca son fingidos, son reales casi siempre, y desde hace años cada vez más degradantes y violentos, porque al aumentar el consumo y la competencia, aumenta la demanda de contenidos "más fuertes".
Además, estos contenidos llegan de forma masiva a menores de edad, jóvenes y adultos a través de Internet, sin apenas cortapisas ni controles. Los que hay, son ineficaces, incluso a nivel legal.
No hay "porno ético": son gotas de agua y cosmética legal
Las senadoras abordan una novedad en el país: poder llevar a los tribunales los actos violentos cometidos mientras se filma o trabaja en un contexto pornográfico.
Las senadoras piden un debate, no sólo sobre los "excesos" que se produzcan en esta industria, sino sobre su misma existencia.
Dedican todo un capítulo a responder a los que proponen un "porno más ético", o un porno más "amigable", que cuide a sus trabajadoras (y trabajadores). Las experiencias por un porno "más ético" son, dicen las senadoras, "una gota de agua en un océano de violencia", "extremadamente minoritarias y marginales" o, directamente, "medidas cosméticas sin fundamento legal".
Por qué la pornografía es hoy mucho peor
Pornografía siempre hubo, pero hasta los años 90 estaba limitada a revistas, cines-x y vídeos en cintas complicadas de acceder, especialmente para los menores de edad. El responsable del quiosco o del videoclub ejercía el control. Pero a partir del año 2000, con Internet de banda ancha, se masificó su distribución.
Además, el porno siempre dañó a las mujeres que lo protagonizan pero ahora más:
Otros aspectos preocupantes que se dan en los últimos 20 años:
Todo esto lleva a las senadoras a plantear la pregunta: "¿Debemos seguir tolerando la existencia de la industria pornográfica?"
Su respuesta es que hay que acosar este negocio de tantas formas que no sea lucrativo ni sea fácil su acceso, producción y distribución. El informe hace 23 recomendaciones, que se pueden resumir en cuatro aspectos:
Insisten, sobre todo, en educar al público: el porno ya no es un vicio privado, sino un problema público que daña a toda la sociedad. Que lo digan senadoras socialistas, comunistas, de centro y derecha, 50 años después de la Revolución Sexual y mayo del 68 es significativo.
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