Sin embargo, Rentegrado no sólo no estaba muerto sino que incluso no estaba inconsciente. Entonces, afirma que escuchó una voz que le decía que rezara. Y así fue como apretó su Rosario y rezó pidiendo la intercesión del padre McGivney.
Pese a esto, los médicos dijeron a la mujer que era una causa perdida y que su marido no lograría sobrevivir a tantas heridas de bala. Ella no quiso escuchar a los médicos y se acercó a Jeffry. “Le dije a mi esposo, sólo ten fe, lucha. Puedes hacerlo”, relata ella.
En apenas cinco horas tuvo que someterse hasta a tres operaciones a vida o muerte. Y desafiando todas las expectativas de los médicos que le atendieron al final sobrevivió.
“De repente recuerdo haber abierto los ojos y ver a mi esposa Ginalyn. Estaba tan abrumado que mi corazón dio un vuelco”, recuerda Jeffrey.
Desde aquel momento, este humilde pescador de la isla filipina de Luzón tiene una especial devoción por el fundador de los Caballeros de Colón, organización que creó en parte para mantener a las familias unidas. Por ello, este católico filipino considera que la intervención divina del padre McGivney va en concordancia con lo que hizo en vida pues ahora él puede seguir disfrutando de su mujer y sus hijos.
Ahora, todos los días antes de salir al mar, Rentegrado hace la señal de la cruz y le pide a Dios fortaleza, resistencia y protección. Y a día de hoy está todavía más involucrado en los Caballeros de Colón ayudando a construir salones parroquiales o en otras labores asistenciales a favor de la Iglesia y de los más necesitados.
Jeffrey Rentegrado ha sido catalogado “Everyday Heroes” como un héroe cotidiano, en una serie de vídeos elaborados por los Caballeros de Colón, la organización caritativa de la Iglesia más grande de EEUU, y que muestra a personas normales y corrientes que actúan de manera extraordinaria fortalecidos por su fe católica.
Fotos: CNS photo/Spirit Juice, cortesía de los Caballeros de Colón
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