Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, de 56 años, permanecía arrestado por el régimen sandinista de Daniel Ortega desde agosto de 2022, y se negó a ser desterrado a Estados Unidos junto a un grupo de opositores que han sido expulsados del país.
Ante la firmeza del obispo a negarse a abandonar su país, se ha adelantado el juicio, que en tiempo récord le ha condenado a 26 años de prisión. El presidente de la Sala Penal Uno del Tribunal de Apelaciones, Octavio Rothschuh, leyó la sentencia que declara “al acusado Rolando José Álvarez traidor a la Patria”.
El régimen le acusaba de delitos de conspiración, propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a las autoridades. Y todo ello por defender al pueblo nicaragüense y denunciar los excesos del régimen de Daniel Ortega.
Privado de su nacionalidad
“Por encontrarnos en presencia de un concurso real de delitos, las penas de prisión impuestas serán cumplidas en forma sucesiva, por lo que el condenado Rolando José Álvarez Lagos deberá de cumplir 26 años y cuatro meses de efectiva prisión”, agregó Rothschuh. Además, el obispo ha sido privado de su nacionalidad nicaragüense y de sus derechos ciudadanos a perpetuidad y lo multaron en 1.600 dólares.
El tribunal sentenció a Álvarez a 15 años de cárcel por menoscabo a la integridad nacional, cinco años por propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y de la comunicación, cinco años y cuatro meses por obstrucción de funciones agravadas y un año por desacato a la autoridad.
El obispo permanecía detenido desde el pasado 19 de agosto de 2022 en arresto domiciliario, y desde el 9 de febrero en la cárcel La Modelo de Tipitapa tras negarse a embargar el avión junto a otros presos políticos que fueron deportados a los Estados Unidos. Álvarez pidió reunirse junto a los demás Obispos antes de viajar, y se negó subir al avión.
En el 2018 monseñor Rolando Álvarez formó parte de la comisión de diálogo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua para mediar entre el gobierno y los opositores a las políticas ejercidas en la nación.
En el 2022, también el gobierno de Nicaragua expulsó del país al Nuncio Apostólico y a 18 religiosas de la Orden de las Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta. Cerró diversos medios de comunicación católicos. Y el pasado 8 de febrero quitó la ciudadanía y desterró a seis sacerdotes. Aún permanecen encarcelados otros dos presbíteros.
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