Los índices de divorcio en Florida figuran entre los más elevados de Estados Unidos. Las causas son numerosas y están bien estudiadas por organismos públicos y por los numerosos bufetes de abogados que los tramitan. Como señalan las firmas FILG o LM&Z, es un estado que figura entre los de estrés más alto del país. Es destino de miles de matrimonios de inmigrantes a cuya relación pasan factura el aislamiento y las dificultades iniciales. Se divorcian asimismo en el conocido como Estado Soleado (Sunshine State) parejas de jubilados que se llevaban mal y afrontan allí su retiro. Y, paradójicamente, también parejas en crisis provenientes de otros estados o incluso del extranjero, que ven en Florida el lugar privilegiado donde podrán rehacer su relación y se trasladan allí justo para eso… y comprueban al cabo de un tiempo que los problemas no desaparecen y se divorcian allí. Y cuenta mucho, por supuesto, que sus leyes de divorcio figuren entre las más laxas de Estados Unidos.
"Pocas veces hemos visto una inversión de esta magnitud"
Sin embargo, se está produciendo en los últimos años un cambio que ha llamado la atención de los sociólogos. Según los datos que ofrece el Departamento de Salud Pública de Florida, desde 2014 la tasa de matrimonios sube significativamente más que en el resto del país, y la tasa de divorcios baja un poco más acusadamente que en el conjunto de los Estados Unidos. Pero lo que podría ser una tendencia estadísticamente normal, se convierte en una anomalía en algunos enclaves concretos, como Jacksonville, en el condado de Duval, o Fleming Island, en el condado de Clay, porque ahí los divorcios han caído un 28% en solo dos años. "Como expertos en familia, pocas veces hemos visto una inversión de esta magnitud en tendencias familiares en tan corto periodo de tiempo", afirma Brad Wilcox, de la Universidad de Virginia, uno de los investigadores de las causas de este fenómeno.
El estudio que ha analizado estos datos fue publicado por la Universidad del Estado de Florida en colaboración con el Centro de Florida de Investigación para la Prevención, y se refiere a la ciudad de Jacksonville, la mayor urbe del estado con casi un millón de habitantes. Se titula El divorcio se hunde en Jacksonville y va acompañado en portada por dos referencias bíblicas: Sal 136, 3 ("Dad gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor") y Gál 1, 4-5 ("que [Jesucristo] se entregó por nuestros pecados para librarnos de este mundo perverso, conforme a la voluntad de Dios, nuestro Padre, a quien sea la gloria para siempre, amén").
El estudio se basó en los datos de las últimas dos décadas para proyectar cuál sería la tasa de divorcio en Jacksonville. Para 2015, la proyección y el resultado (4,2 y 4,1) se acercaron. Pero en 2016, el 4,09 previsto se transformó en un 3,30 real, y en 2017 el 3,98 previsto quedó en un 2,95 real. Cifras que no se correspondían con las de otros lugares del estado.
"Algo está pasando en el condado de Duval que es único en el estado de Florida", reconoce Tommy Bowermeister, director ejecutivo del Florida Center for Prevention Research.
¿Y qué está pasando? Se citan varias razones de índole socioeconómica (la mejoría de la economía o la disminución de los despliegues militares en un estado que alberga importantes bases), pero sobre todo una: el programa Culture of Freedom [Cultura de Libertad], ahora llamado Communio, llevado a cabo por movimientos cívicos cristianos para fortalecer la familia, preparar para el matrimonio, ayudar a matrimonios con problemas y fomentar una vida de fe entre los cónyuges.
A gran escala
Es llamativa la magnitud de la empresa: 500 trabajadores sociales, 360 consejeros matrimoniales, 50 parroquias y comunidades cristianas involucradas, 50.000 personas que de una forma u otra han colaborado en el programa ofreciendo su tiempo o experiencia, y 20 millones de impresiones digitales informando del programa mediante un rastreo selectivo (como el que hacen las agencias de publicidad a través de las redes sociales) para detectar personas que estuviesen buscando información sobre divorcio.
Una de las organizaciones que empujan fundamentalmente este programa es Live the Life [Vive la vida], fundada en 1998 por Richard y Elizabeth Anderson como un ministerio cristiano para fortalecer el matrimonio y la familia, y que se plantea como objetivo declarado reducir la tasa de divorcio en Florida al 50% en 2029.
Live the Life encargó un segundo estudio sobre el "caso Jacksonville" que certifica que la Iniciativa Cultura por la Libertad "ha tenido un impacto fundamental en la estabilidad matrimonial en la ciudad. En particular, la tasa de divorcio calló un 28% en el condado de Duval de 2015 a 2017, comparado con una caída del 10% en otros tres condados comparables".
Una sesión de trabajo y formación de Live the Life.
Live the Life organiza clases y seminarios, en ocasiones de una mañana o una tarde, dirigidos no solo a los matrimonios sino también a consejeros, párrocos o pastores, para instruirles en la forma de acompañar y ayudar a las personas bajo su responsabilidad ante estos problemas. Y los resultados parecen palparse: "Según nuestras experiencias en la iglesia de los últimos dos años", asegura el pastor Wayne Lanier, de la Celebration Church, "es evidente que los esfuerzos de la Iniciativa Cultura por la Libertad han tenido un efecto sustancial en la caída de los divorcios en el condado de Duval", que incluye Jacksonville.
Beneficios sociales de la unidad familiar
Otra asociación que participa activamente en el programa es Communio, cuyo presidente, John Paul de Gance, destaca la importancia del voluntariado en este éxito, porque "el amor y la misión" permiten a las iglesias gestionar y completar los programas. Y destaca el beneficio social que supone que, gracias a estos programas, "miles de niños se mantengan en familias estables con matrimonios sanos", porque "la familia es clave para combatir la pobreza, reducir la criminalidad, mejorar la educación y aumentar la felicidad que dure toda la vida. Y es también el lugar principal donde la personas encuentran por primera vez la fe".
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