ReL 25 octubre 2016
Pese a la secularización brutal de la sociedad sueca, en el país escandinavo la Iglesia Católica crece cada año
y ya son más de 115.000 los católicos registrados en el país, aunque se
cree que hay muchos más. Una parte de este crecimiento se debe a la
inmigración y a la llegada de refugiados cristianos aunque también es
significativo el número de conversos que se produce cada año.
De hecho, el propio obispo de Estocolmo, monseñor Anders Arborelius, es un converso que se hizo católico en su juventud cuando su familia era luterana. Es de hecho, el primer obispo sueco desde los tiempos de la Reforma. Precisamente, de cara a la visita del Papa Francisco a Suecia a finales de este mes de cara a los actos de la Reforma, el obispo sueco hace en una entrevista para Federico Cenci de Zenit una radiografía del catolicismo en este país y cómo a pesar de todo la Iglesia sigue creciendo. -¿Hay grandes expectativas en Suecia por la visita del papa Francisco? - Muchas personas en Suecia, católicas y no, están emocionadas por esta visita. Cierto, se trata de un evento muy significativo sobre todo para los católicos que viven aquí, muchos de los cuales proceden de distintas partes del mundo. El Papa es el símbolo de nuestra unidad en la fe, esperanza y caridad. Pero también muchos no católicos admiran la autoridad moral y espiritual del Papa, y el hecho de que él se compromete con la paz y la solidaridad a nivel mundial.
-En el pasado, los católicos en Suecia han sufrido discriminación. ¿Esta hostilidad ha terminado por completo?
- Han sido siglos de persecución, durante los cuales la situación para los católicos era muy difícil. A día de hoy tenemos los mismos derechos. El clima de hostilidad es mucho menor, pero es necesario notar que existen todavía algunos prejuicios anti-católicos por parte de ciertas personas. -¿Cuál es la situación de la Iglesia católica sueca hoy? ¿Está creciendo? -Sobre todo por la inmigración, la Iglesia Católica crece en algunos miles de personas cada año. Suecia ha recibido muchos refugiados, y muchos de ellos procedentes de Eritrea y Siria son católicos. Permanece también una inmigración constante de países europeos como Polonia. Hay que decir que hay muchos católicos que no están registrados como tales, por lo que es imposible conocer el número exacto de fieles. Unos 115.000 son los registrados en nuestras parroquias. -En vuestra comunidad hay también muchos convertidos. En su opinión, ¿qué razones empujan a los suecos a convertirse al catolicismo? - Cada año se registran nuevas conversiones de la Iglesia de Suecia, y algunos de estos nuevos católicos son ex ministros del culto, hombres o mujeres. Pero, últimamente un buen número de convertidos proceden de las Iglesias libres. Son empujados por diferentes motivos. Algunos son atraídos por la espiritualidad católica, de la fidelidad a la tradición, de la doctrina social, del carácter universal de la Iglesia. Son un centenar, más o menos, las conversiones cada año. -¿La “kyrkoavgift” es un impuesto obligatorio para los católicos suecos? - Hasta el 2.000, los católicos han pagado la llamada “Dissenter Tax” para la Iglesia de Suecia, así como todos los ciudadanos, fueran o no miembros de la Iglesia de Suecia. En el 2000, el Estado ofreció igualdad de derechos y posibilidades a todas las instituciones religiosas del país. Este permitió que los católicos pagaran una tasa — la “kyrkoavgift” – a favor de la propia Iglesia: el 1% de su renta a través del sistema fiscal oficial. Los católicos puedan pedir la dispensa de esta tasa, simplemente escribiendo una carta al obispo sin tener que dar ninguna motivación. Es un impuesto pensado para quien está necesitado, pero debemos notar que a veces los ricos están más ansiosos por pedir la dispensa que quien es indigente. -En su documental “La teoría sueca del amor”, el director italo-sueco Erik Gandini describe una sociedad sueca muy individualista. ¿Conoce esta película? ¿También la secularización ha hecho así a Suecia? - He leído que esta película despertó un debate en los medios de comunicación. Es verdad que el individualismo es muy evidente en Suecia. Al mismo tiempo, hay un profundo deseo de comunidad y de relaciones humanas más profundas. Lamentablemente, muchas personas no parecen tener la estabilidad psicológica para instaurar relaciones fieles y para toda la vida. Muchos matrimonios se rompen, muchas personas ancianas se sienten abandonadas y solas. Pero hay también un fuerte deseo de justicia y de solidaridad hacia quien está necesitado, en la patria y en el mundo. - Inicialmente no estaba prevista la celebración de una misa por parte del Papa durante la visita. ¿Hay mucha alegría por este evento litúrgico? - La razón principal de la visita del Santo Padre era la participación en la conmemoración de la Reforma. Pero enseguida el Papa nos comunicó que quería celebrar la misa con los fieles. Este hecho, naturalmente, ha sido acogido con gratitud y alegría. Como una pequeña minoría en un país que definiría “post-protestante” y secularizado, nosotros católicos hemos interpretado esta misa del Papa como un signo profético y un símbolo de unidad de todos los fieles originarios de distintas partes del mundo.
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quarta-feira, 26 de outubro de 2016
El obispo de Estocolmo: «La Iglesia en Suecia crece cada año en miles de personas y hay conversos»
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