l punto culminante de la peregrinación fue el encuentro con el
Papa Francisco en la audiencia, del sábado 22 de octubre, día de la
fiesta litúrgica de san Juan Pablo II
Peregrinación Polonia a Roma - © Conferencia Episcopal Polaca |
(ZENIT – Roma).- “¡No tengáis miedo (…) Abrid las puertas a
Cristo!” El Papa Francisco recordó estas palabras de san Juan Pablo II
al saludar a los polacos en Roma con motivo de la Peregrinación
Nacional, celebrada del 20 al 23 de octubre.
La última Peregrinación Nacional, en 2003, tenía como intención dar
gracias por los 25 años del pontificado de San Juan Pablo II. La
peregrinación de este año fue para dar gracias a Dios por los
acontecimientos más importantes del año 2016: el 1050° aniversario del
Bautismo de la Polonia y la Jornada Mundial de la Juventud, con la
visita del Papa Francisco a nuestro país en el contexto del Año de la
Misericordia. Cerca de 50 obispos de Polonia y del Vaticano, más de 250
sacerdotes y varios miles de polacos participaron en esta peregrinación.
Siguiendo la tradición peregrina, “los que vinieron a Roma oraron en
las cuatro basílicas patriarcales, entrando por la Puerta de la
Misericordia”, explica el comunicado de la conferencia episcopal polaca.
El punto culminante de la peregrinación fue “el encuentro con el Papa
Francisco en la audiencia, del sábado 22 de octubre, día de la fiesta
litúrgica de san Juan Pablo II”. El Santo Padre, dándoles las gracias
por su acogida en Polonia, dijo: “Deseo expresar una vez más mi gratitud
a todos ustedes – fieles, sacerdotes, obispos y autoridades civiles –
por la cálida acogida en su país, la estupenda preparación artística y
espiritual de los eventos y de las celebraciones que hemos vivido con el
entusiasmo de la fe”.
Por otra parte, el Papa Francisco también expresó su deseo: de que
“el Señor les dé la gracia de perseverar en la fe, la esperanza y la
caridad que han recibido de sus antepasados y de cultivarlas con todo
cuidado”. Que la llamada de su gran compatriota a reavivar la
imaginación de la misericordia –indicó– siga resonando en Sus espíritus y
corazones, de modo que ustedes puedan manifestar el amor de Dios a
todos aquellos que lo necesitan. Después de la audiencia, los obispos y
representantes de la Administración del Estado polaco se reunieron con
el Santo Padre y expresaron personalmente su agradecimiento por la
visita a Polonia y por la recepción cordial en el Vaticano.
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