Massimo Granieri y su conversión con la música de Patti Smith
Massimo es en estos momentos un sacerdote pasionista |
Massimo Granieri es un religioso pasionista con una peculiar conversión y posterior vocación sacerdotal. Tras pasar por una época de rebeldía conoció la Biblia y posteriormente la fe no en unas charlas o unas catequesis sino escuchando la música punk-rock de Patti Smith.
Las letras de esta veterana música, que últimamente ha acudido a audiencias con el Papa, contenían ciertas citas de San Pablo. El joven Massimo, impresionado por lo que decía la letra, decidió entrar un día en una iglesia y preguntar de quién era. Así empezó una conversión que le ha llevado hasta la vida religiosa.
El religioso, descolocado con su respuesta
En una entrevista con el semanario Credere, este religioso cuenta algunas anécdotas que ha tenido a lo largo de su vida debido a la extraña forma en la que conoció a la fe. “Estaba en proceso de discernimiento vocacional y pedí tener una experiencia con los pasionistas de Bari. El segundo día, el padre que estaba con nosotros nos preguntó quién era nuestro Juan el Bautista, la persona que nos llevó a la fe. ‘Y tú, Massimo, ¿a quién tienes que decir gracias por tu vocación?’. ‘A Patti Smith’. Mi respuesta le descolocó un poco”.
La música, parte inseparable de su vida
Massimo afirma que en muchos de los grandes músicos de rock se ve la influencia de la Biblia e incluso citas directas de la Escritura. Este fue el curioso camino de fe del hoy sacerdote.
Este pasionista cuenta que “viví los primeros años de mi vida en Inglaterra, donde mis abuelos se habían mudado desde Calabria. Mi madre, que era una fanática de los Beatles, me lo transmitió. Cuando estaba en su vientre, para hacerme sentir cómodo, me hacía escuchar Pink Floyd y Jimi Hendrix, y me llevó al primer concierto de Joe Cocker. No recuerdo un día de mi vida cuando era niño en los que no escuchara la radio o un disco de mi madre”.
La influencia del punk en su vida
A los 13 años, después de volver con la familia a Italia llegó el momento de la rebeldía. “Me enamoré de la música de The Clash y Sex Pistols. En el punk vi encarnado el deseo de ser inconformista, no someterme a las reglas establecidas, tanto de la familia como de la sociedad. Una forma de ser que me acompañó hasta los 20 años, antes de entrar al convento”, más precisamente hasta el encuentro musical con Patti Smith, precisa Granieri.
Este religioso explica que "el punk quería acabar con todo, pero no ofrecía otra alternativa. Y entré en ese callejón sin salida junto con mi grupo de amigos. A los 18 años sentí en mí el peso de la autodestrucción”.
Patti Smith y sus citas bíblicas
Y entonces se produjo el momento que acabaría cambiando su vida. Relata Massimo que “una tarde salí de mi trabajo como tutor en un hogar para pacientes psiquiátricos y, en mi camino a casa compré un disco de Patti Smith. Era Radio Etiopía y me atrajo porque tenía una tapa rota. Al escucharlo, inmediatamente se movió algo en mí. Fue amor a primera vista. Patti me llevó a donde nunca había esperado. En la portada vi citas bíblicas, así que decidí entrar a un convento franciscano cerca de mi casa, yo que no había puesto un pie en la iglesia desde la Confirmación. Le pregunté a un fraile a qué libro pertenecían las citas y él, no sin asombro, me indicó que a las cartas de San Pablo”.
Patti Smith se declara no confesional, pero ha expresado públicamente un profundo afecto por dos papas: Juan Pablo I y Francisco. "En realidad, todo su trabajo se basa en la literatura bíblica. No tiene miedo de mostrarse cercana al texto sagrado", dice Granieri. «Después de ella descubrí que Johnny Cash también se inspiró en las cartas de San Pablo. Y algo en mí había comenzado a cambiar. Es como si Patti Smith tuviera la contraseña para acceder a mi mundo interior. Una vez que la puerta estaba abierta, Dios entró en mí y nunca se fue".
La Eucaristía que lo cambió todo
Otro evento hizo mella en la vida de Massimo, entonces de veinte años. “Un sacerdote de mi pueblo, Bisignano (Cosenza), que me encontré por casualidad en la plaza, me pidió que lo acompañara en un viaje a Roma y Nápoles. En Roma incluso entré en un seminario, que es algo singular para un punk. Pero mi vida cambió en Nápoles, en la iglesia de Santa Clara durante una misa en la que participé por casualidad. Fue como cuando se abre el telón en el teatro. Tan pronto como el sacerdote hizo la señal de la cruz y comenzó la Misa sentí dentro de un mundo que se movía, y cuando en la consagración eucarística levantó la Hostia, supe que Jesús estaba presente. De vuelta a casa, ya no era el mismo”, explica.
En Calabria, donde aún vive, Massimo comenzó a discernir una posible vocación sacerdotal. "No me lo quería creer los primeros dos años. Traté de cerrar la cortina. El primero en decírmelo fue el párroco: ‘Esta es tu vocación’. Pensé: ‘¡No es posible! Cualquier cosa menos eso’. Le dije que era suficiente para mí practicar la fe e ir a misa el domingo. Y él me contestó: ‘No, todas las señales están ahí. Pero eres libre de elegir, haz lo que sientas’. Luego leí la biografía de San Pablo de la Cruz, el fundador de los pasionistas. Tenía 220 páginas. En la página 71, dije: ‘Este es el camino que quiero’”.
A día de hoy Massimo Granieri es un sacerdote pasionista y vive en el santuario de la Madonna della Catena en Laurignano, en la provincia de Cosenza.
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