En Bosnia-Herzegovina
Peregrinos en el monte de las apariciones de la Virgen de Medjugorje |
ReL 21 febrero 2016
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Mucha gente se pregunta, ¿qué pasa con Medjugorje? ¿Se puede ir en peregrinación a este pueblecito de Bosnia-Herzegovina o la Iglesia lo desaconseja? ¿El Vaticano se ha pronunciado definitivamente sobre la sobrenaturalidad de las apariciones? ¿Qué es lo que hay de oficial sobre este asunto?
Han pasado 35 años desde que se dio la noticia de que la Virgen María se aparecía a unos niños en un pueblecito llamado Medjugorje, en Bosnia-Herzogovina, enclavado en la antigua Yugoslavia. Desde entonces más de 35 millones de peregrinos de todo el mundo han viajado hasta este austero lugar del corazón de Europa para tener una transformación espiritual.
Muchos son los testimonios de conversión que se han dado a conocer, así como libros, entre los que destaca el best-seller de Jesús García Medjugorje
Como sigue habiendo una cierta confusión respecto a Medjugorje y lo que representa, y a Religión en Libertad nos siguen llegando peticiones sobre cómo proceder ante estas apariciones, hemos preguntado al P. Justo Antonio Lofeudo, sacerdote entendido en el tema, sobre la materia.
Estas son sus reflexiones que pueden ayudar a aportar una cierta luz:
Aclaraciones sobre la apariciones de la Virgen María en Medjugorje y la postura de la Iglesia
«Nuevamente aparecen algunos que dicen no se debe ir a Medjugorje porque la Iglesia no lo permite o porque las apariciones no fueron aprobadas. Nada más lejos de la verdad. La última declaración que la Iglesia realizó formalmente fue la de Zadar, emitida por la Conferencia de los Obispos de la ex Yugoslavia.
»Dicha declaración, del 10 de abril de 1991, decía: “Basándose en las investigaciones hasta ahora realizadas, no puede afirmarse que se esté tratando de apariciones sobrenaturales y revelaciones”. A lo que seguía el reconocimiento que muchos eran los fieles que, de todo el mundo, iban a Medjugorje, concluyendo que ese hecho requería atención y cuidado pastoral.
»Al decir, refiriéndose a las investigaciones, “hasta ahora realizadas” estaba reconociendo que el juicio que daba a continuación – “No puede afirmarse que (lo que allí acontece) se está tratando de apariciones sobrenaturales y revelaciones” - era provisorio y, al no afirmar ni negar la autenticidad de las manifestaciones, dejaba la cuestión abierta a futuros estudios que permitiesen llegar a la conclusión definitiva. A este punto cabe aclarar que si se hubiesen habido mensajes o cualquier expresión contrarios a la fe o a la moral, sobre todo en casos de tanta repercusión como éste, el dictamen de la Iglesia habría sido rotundamente desaprobatorio. Donde, como en Medjugorje, aún cuando no haya objeción alguna en lo referente a la doctrina y a las costumbres, por el sólo hecho de estar las apariciones en curso y de existir profecías concernientes al futuro, debe la Iglesia actuar con prudencia y vigilancia y no puede en modo alguno darlas por aprobadas.
»Hace muchos años atrás, el sacerdote pasionista P. Gianni Sgreva me contaba de una consulta que había hecho al entonces Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, acerca de la comunidad por él fundada, nacida bajo la sombra de Medjugorje y que vivía los mensajes de la Virgen. Su dilema era cómo actuar cuando las apariciones no estaban aún aprobadas. La respuesta del Cardenal fue: “Vosotros ocupaos de los frutos, que del árbol nos ocupamos nosotros”. Esa recomendación es aún válida.
»La Iglesia se ocupa de vigilar y seguir los acontecimientos, mientras todos deberíamos preocuparnos de vivir los mensajes de la Santísima Virgen.
»En cuanto a la situación actual, debido a la evolución de los acontecimientos a partir de 1991 [1] y a la trascendencia que a nivel mundial ha tenido el fenómeno Medjugorje, ha tenido como consecuencia que la evaluación y el eventual juicio definitivo pasasen directamente a Roma. La Comisión que nombró el Papa Benedicto XVI presidida por el Cardenal Ruini hace tiempo que pasó sus conclusiones a la Congregación para la Doctrina de la Fe y ésta, a su vez, ha dado las suyas al Papa. Ahora le toca al Pontífice dar las indicaciones correspondientes. Hasta ahora no se ha expedido. Por tanto, lo único oficial es la declaración de Zadar, o sea –en pocas palabras- que todo sigue igual no existiendo prohibición alguna. Las peregrinaciones pueden y hasta convienen -de acuerdo a la recomendación dada del cuidado pastoral de los fieles- que sean acompañadas por sacerdotes. La única salvedad es que no sean éstas oficiales de parroquias u otros entes eclesiales sino privadas.
»Mientras tanto, siguen afluyendo peregrinos de todas partes del mundo, y continúan los frutos ostensibles de confesonarios con sus largas colas de penitentes, de celebraciones litúrgicamente impecables, del rezo completo del Rosario en la iglesia, de los Via Crucis, de las adoraciones comunitarias meditadas al Santísimo tres veces por semana. A ello se suman los otros frutos como las iniciativas y obras de caridad [2] y las comunidades nacidas o crecidas en Medjugorje [3], y las impresionantes conversiones. En definitiva, los ingentes y perdurables frutos.
»¿No ir a Mejdugorje? ¿Por miedo a qué? Ante todo, queda claro que quien va no desobedece. No sólo no desobedece a la Iglesia sino que se muestra atento al llamado del Cielo, porque no podemos negar un hecho clamoroso: en los momentos más críticos y peligrosos para el mundo, cuando la humanidad está en crisis [4] y cuando al alto desarrollo tecnológico se acopla la mayor decadencia moral [5], Medjugorje representa la evidencia que la Madre de Dios no esté ausente [6] sino presente como nunca antes. Todo ello nos dice claramente que las sobreabundantes apariciones y mensajes son la respuesta del Cielo a la abundancia del mal.
»En tiempos en que los sacramentos se han banalizado, y en particular la Eucaristía y la Reconciliación, Medjugorje es el lugar en que la Eucaristía es exaltada en la celebración, en tanto presencia viva, real, del Señor y actualización del sacrificio redentor y comunión sacramental, y en la adoración. En efecto, reiteradamente pide vivir la Eucaristía, en consonancia con el Concilio Vaticano II que exhorta a la actuosa participatio, participación activa. “Que la Santa Misa sea la vida para ustedes”, ha dicho. También llama a la adoración eucarística [7]. El 15 de marzo de 1984, dijo: “Adoren sin interrupción el Santísimo Sacramento del altar”; o sea pidió la Adoración Eucarística Perpetua.
»Junto a ella la confesión con confesonarios en los distintos idiomas y largas filas de penitentes como en ningún otra parte del mundo. A Medjugorje se lo llama el lugar de oración y reconciliación. El motivo es porque su primer mensaje fue de reconciliación con Dios y entre nosotros, para que haya paz en nosotros y en el mundo. Ese mensaje es fundamental porque da la razón de su venida y a su mismo título de Reina de la Paz. En efecto, el 26 de junio de 1981 dijo: “Paz, paz y sólo paz. Debe reinar la paz entre el hombre y Dios y entre los hombres”.
»Habrá que insistir que lejos de representar un peligro, Medjugorje, con las apariciones de la Virgen, con el programa que Ella pidió para la parroquia, es un camino que lleva al Señor sin desviaciones».
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[1] Recordemos que poco después de aquella declaración oficial comenzaba la guerra en los Balcanes y se desintegraba Yugoslavia.
[2] Como Mary’s Meals.
[3] Como Nuovi Orizzonti o Cenacolo.
[4] La crisis es mucho más que social, o política o económica o financiera, es mucho más grave porque es una crisis antropológica (esto fue dicho por el Papa Francisco). El hombre mismo está en crisis donde se cuestiona hasta su naturaleza.
[5] Sin dudas la peor de las combinaciones. Hoy la humanidad cuenta con una tecnología que la puede llevar a la total autodestrucción. El Beato Juan Pablo II decía que disponemos de los medios para hacer de la tierra un paraíso o un basurero.
[6] Contaba el P. Slavko el caso de un psicoterapeuta luterano que se convirtió en Medjugorje. Cuando le preguntaban qué era lo que más le había impresionado y decidido a convertirse al catolicismo decía que era el hecho que la Virgen viniese por tanto tiempo y repitiese las mismas cosas. Agregaba que él, como psicoterapeuta, constataba que el mayor problema en la sociedad actual es la ausencia de la figura maternal en el hogar. María, viniendo todos los días y repitiendo lo mismo mostraba ser la Madre que necesitamos en estos tiempos cruciales.
[7] En Medjugorje la adoración al Santísimo es parte fundamental del programa de la parroquia. Según el P. Slavko es la misma Virgen la que estableció el programa parroquial de oración, Misa, Adoración (jocosamente decía que ese era otra de las evidencias de autenticidad porque nunca se les habría ocurrido a los franciscanos un programa tan exigente). Y lo estableció porque ha querido que Medjugorje fuese un modelo de parroquia para el mundo.
Han pasado 35 años desde que se dio la noticia de que la Virgen María se aparecía a unos niños en un pueblecito llamado Medjugorje, en Bosnia-Herzogovina, enclavado en la antigua Yugoslavia. Desde entonces más de 35 millones de peregrinos de todo el mundo han viajado hasta este austero lugar del corazón de Europa para tener una transformación espiritual.
Muchos son los testimonios de conversión que se han dado a conocer, así como libros, entre los que destaca el best-seller de Jesús García Medjugorje
Como sigue habiendo una cierta confusión respecto a Medjugorje y lo que representa, y a Religión en Libertad nos siguen llegando peticiones sobre cómo proceder ante estas apariciones, hemos preguntado al P. Justo Antonio Lofeudo, sacerdote entendido en el tema, sobre la materia.
Estas son sus reflexiones que pueden ayudar a aportar una cierta luz:
Aclaraciones sobre la apariciones de la Virgen María en Medjugorje y la postura de la Iglesia
«Nuevamente aparecen algunos que dicen no se debe ir a Medjugorje porque la Iglesia no lo permite o porque las apariciones no fueron aprobadas. Nada más lejos de la verdad. La última declaración que la Iglesia realizó formalmente fue la de Zadar, emitida por la Conferencia de los Obispos de la ex Yugoslavia.
»Dicha declaración, del 10 de abril de 1991, decía: “Basándose en las investigaciones hasta ahora realizadas, no puede afirmarse que se esté tratando de apariciones sobrenaturales y revelaciones”. A lo que seguía el reconocimiento que muchos eran los fieles que, de todo el mundo, iban a Medjugorje, concluyendo que ese hecho requería atención y cuidado pastoral.
»Al decir, refiriéndose a las investigaciones, “hasta ahora realizadas” estaba reconociendo que el juicio que daba a continuación – “No puede afirmarse que (lo que allí acontece) se está tratando de apariciones sobrenaturales y revelaciones” - era provisorio y, al no afirmar ni negar la autenticidad de las manifestaciones, dejaba la cuestión abierta a futuros estudios que permitiesen llegar a la conclusión definitiva. A este punto cabe aclarar que si se hubiesen habido mensajes o cualquier expresión contrarios a la fe o a la moral, sobre todo en casos de tanta repercusión como éste, el dictamen de la Iglesia habría sido rotundamente desaprobatorio. Donde, como en Medjugorje, aún cuando no haya objeción alguna en lo referente a la doctrina y a las costumbres, por el sólo hecho de estar las apariciones en curso y de existir profecías concernientes al futuro, debe la Iglesia actuar con prudencia y vigilancia y no puede en modo alguno darlas por aprobadas.
»Hace muchos años atrás, el sacerdote pasionista P. Gianni Sgreva me contaba de una consulta que había hecho al entonces Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, acerca de la comunidad por él fundada, nacida bajo la sombra de Medjugorje y que vivía los mensajes de la Virgen. Su dilema era cómo actuar cuando las apariciones no estaban aún aprobadas. La respuesta del Cardenal fue: “Vosotros ocupaos de los frutos, que del árbol nos ocupamos nosotros”. Esa recomendación es aún válida.
»La Iglesia se ocupa de vigilar y seguir los acontecimientos, mientras todos deberíamos preocuparnos de vivir los mensajes de la Santísima Virgen.
»En cuanto a la situación actual, debido a la evolución de los acontecimientos a partir de 1991 [1] y a la trascendencia que a nivel mundial ha tenido el fenómeno Medjugorje, ha tenido como consecuencia que la evaluación y el eventual juicio definitivo pasasen directamente a Roma. La Comisión que nombró el Papa Benedicto XVI presidida por el Cardenal Ruini hace tiempo que pasó sus conclusiones a la Congregación para la Doctrina de la Fe y ésta, a su vez, ha dado las suyas al Papa. Ahora le toca al Pontífice dar las indicaciones correspondientes. Hasta ahora no se ha expedido. Por tanto, lo único oficial es la declaración de Zadar, o sea –en pocas palabras- que todo sigue igual no existiendo prohibición alguna. Las peregrinaciones pueden y hasta convienen -de acuerdo a la recomendación dada del cuidado pastoral de los fieles- que sean acompañadas por sacerdotes. La única salvedad es que no sean éstas oficiales de parroquias u otros entes eclesiales sino privadas.
»Mientras tanto, siguen afluyendo peregrinos de todas partes del mundo, y continúan los frutos ostensibles de confesonarios con sus largas colas de penitentes, de celebraciones litúrgicamente impecables, del rezo completo del Rosario en la iglesia, de los Via Crucis, de las adoraciones comunitarias meditadas al Santísimo tres veces por semana. A ello se suman los otros frutos como las iniciativas y obras de caridad [2] y las comunidades nacidas o crecidas en Medjugorje [3], y las impresionantes conversiones. En definitiva, los ingentes y perdurables frutos.
»¿No ir a Mejdugorje? ¿Por miedo a qué? Ante todo, queda claro que quien va no desobedece. No sólo no desobedece a la Iglesia sino que se muestra atento al llamado del Cielo, porque no podemos negar un hecho clamoroso: en los momentos más críticos y peligrosos para el mundo, cuando la humanidad está en crisis [4] y cuando al alto desarrollo tecnológico se acopla la mayor decadencia moral [5], Medjugorje representa la evidencia que la Madre de Dios no esté ausente [6] sino presente como nunca antes. Todo ello nos dice claramente que las sobreabundantes apariciones y mensajes son la respuesta del Cielo a la abundancia del mal.
»En tiempos en que los sacramentos se han banalizado, y en particular la Eucaristía y la Reconciliación, Medjugorje es el lugar en que la Eucaristía es exaltada en la celebración, en tanto presencia viva, real, del Señor y actualización del sacrificio redentor y comunión sacramental, y en la adoración. En efecto, reiteradamente pide vivir la Eucaristía, en consonancia con el Concilio Vaticano II que exhorta a la actuosa participatio, participación activa. “Que la Santa Misa sea la vida para ustedes”, ha dicho. También llama a la adoración eucarística [7]. El 15 de marzo de 1984, dijo: “Adoren sin interrupción el Santísimo Sacramento del altar”; o sea pidió la Adoración Eucarística Perpetua.
»Junto a ella la confesión con confesonarios en los distintos idiomas y largas filas de penitentes como en ningún otra parte del mundo. A Medjugorje se lo llama el lugar de oración y reconciliación. El motivo es porque su primer mensaje fue de reconciliación con Dios y entre nosotros, para que haya paz en nosotros y en el mundo. Ese mensaje es fundamental porque da la razón de su venida y a su mismo título de Reina de la Paz. En efecto, el 26 de junio de 1981 dijo: “Paz, paz y sólo paz. Debe reinar la paz entre el hombre y Dios y entre los hombres”.
»Habrá que insistir que lejos de representar un peligro, Medjugorje, con las apariciones de la Virgen, con el programa que Ella pidió para la parroquia, es un camino que lleva al Señor sin desviaciones».
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[1] Recordemos que poco después de aquella declaración oficial comenzaba la guerra en los Balcanes y se desintegraba Yugoslavia.
[2] Como Mary’s Meals.
[3] Como Nuovi Orizzonti o Cenacolo.
[4] La crisis es mucho más que social, o política o económica o financiera, es mucho más grave porque es una crisis antropológica (esto fue dicho por el Papa Francisco). El hombre mismo está en crisis donde se cuestiona hasta su naturaleza.
[5] Sin dudas la peor de las combinaciones. Hoy la humanidad cuenta con una tecnología que la puede llevar a la total autodestrucción. El Beato Juan Pablo II decía que disponemos de los medios para hacer de la tierra un paraíso o un basurero.
[6] Contaba el P. Slavko el caso de un psicoterapeuta luterano que se convirtió en Medjugorje. Cuando le preguntaban qué era lo que más le había impresionado y decidido a convertirse al catolicismo decía que era el hecho que la Virgen viniese por tanto tiempo y repitiese las mismas cosas. Agregaba que él, como psicoterapeuta, constataba que el mayor problema en la sociedad actual es la ausencia de la figura maternal en el hogar. María, viniendo todos los días y repitiendo lo mismo mostraba ser la Madre que necesitamos en estos tiempos cruciales.
[7] En Medjugorje la adoración al Santísimo es parte fundamental del programa de la parroquia. Según el P. Slavko es la misma Virgen la que estableció el programa parroquial de oración, Misa, Adoración (jocosamente decía que ese era otra de las evidencias de autenticidad porque nunca se les habría ocurrido a los franciscanos un programa tan exigente). Y lo estableció porque ha querido que Medjugorje fuese un modelo de parroquia para el mundo.
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