Entrevista al concluir la primera Conferencia Europea sobre formación del clero y prevención de abusos a menores
Universidad gregoriana |
(ZENIT – Roma – 3 Mar. 2017).- No hay una relación directa entre
celibato y abusos sexuales de menores, y es necesario evitar que entren
en los seminarios personas que no son idóneas al sacerdocio. Esta es una
de las conclusiones centrales de la primera Conferencia Europea sobre
formación del clero y prevención de abusos a menores, que se realizó en
Florencia del 31 de marzo hasta el sábado 1º de abril.
Lo indicó el sacerdote Hans Zollner, presidente del ‘Centre for Child protection‘
de la Universidad Pontificia Gregoriana y miembro de la Comisión de
protección de los menores en una entrevista al Servicio de Información
Religiosa (Sir).
“Muchas veces se escucha decir que el celibato provoca
comportamientos de abusos”, dijo. Y precisó: “No es así, y lo confirman
los estudiosos del tema. Entre otras cosas, la gran mayoría de los casos
de abusos es cometida por personas que son casadas. Dicho esto es
necesario también decir que un celibato mal vivido es un factor de
riesgo y por esto es fundamental apuntar a la formación inicial o sea
verificar que las personas que no son idóneas no sean admitidas”.
El padre Zollner añade que ademas, “durante el seminario y la
formación religiosa, los candidatos tienen que ser acompañados e
instruidos. Y que si bien esta es una tarea es de los obispos y
formadores, “es necesario garantizar una formación continua de los
jóvenes sacerdotes”.
“Las decisiones vocacionales –prosigue el experto– requieren un
discernimiento desde el punto de vista intelectual, emotivo, de las
relaciones, y espiritual.
Una vez que el joven golpea a la puerta de un noviciado o del
seminario, tiene que existir la selección propia de los candidatos,
indica. Y señala por ejemplo, que en las ciudades de Florencia y Milán
“se hace una evaluación de la personalidad, utilizando también los
instrumentos psicológicos que existe y que son reconocidos en todo el
mundo, con entrevistas”.
Claro, precisa, “la decisión final de admisión no le corresponde al
psicólogo pero es tomada por el responsable del noviciado, o por el
rector del seminario, o por el obispo después de haber evaluado
atentamente las voces de los expertos”.
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