ENTREVISTA a Mons. Diarmuid Martin después de la presentación de la carta del Papa para la EMF
Mons. Diarmuid Martin arzobispo de Dublin (Fto. ZENIT cc) |
(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 1º Abr. 2017).- El encuentro mundial de
las familias que se realizará en 2018 en Irlanda, en la ciudad de
Dublín, no es un intento esconder el pasado, ni de poner una piedra
tumbal sobre los casos de abusos sexuales a menores que se registraron
en el pasado, porque no hay que olvidar y es necesario hacer penitencia
por cuanto sucedido. Ayudará sí a recobrar la confianza pero sin olvidar
lo sucedido.
Lo indicó el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, entrevistado por
ZENIT después de la conferencia de prensa realizada este jueves, en la
que junto al Card. Kevin Joseph Farrell, prefecto para el Dicasterio para los Laicos, presentaron la carta que el papa Francisco envió a los organizadores del IX Encuentro Mundial de las familias que
se desarrollará del 21 al 26 de agosto de 2018 en la capital irlandesa,
con el tema “El Evangelio de la Familia, alegría para el mundo”.
No es un intento de olvidar el pasado, dijo el arzobispo de Dublín,
“será radicada en la realidad y en las dificultades de la Iglesia en
Irlanda y de las familias en Irlanda. No es un intento de huir de esto
porque son las familias irlandesas y los jóvenes del país que viven en
esta realidad”.
El arzobispo irlandés señaló que “la Iglesia tienen que reconquistar
su credibilidad” y mirando a los ojos y hablando con voz firme reiteró
que “no lo hará intentando de poner una piedra tumbal sobre el pasado,
sino enfrentando la realidad, haciendo penitencia por lo que ha
sucedido, mirando hacia un futuro, un futuro que no deja estas cosas en
el olvido”.
Mons. Martin añadió que se quiere “hacer de la Iglesia un lugar en el
que los niños estén seguros y las familias puedan tener la confianza de
dejar a sus hijos participar de las actividades de la Iglesia”.
Concluyó señalando que “el próximo sínodo es sobre la juventud y es
importante que la Iglesia responda también a las preguntas de los
jóvenes”.
En la conferencia de prensa, advirtió también que “existe el peligro
de que cada persona quiera imponer una idea personal que no es realmente
aquella visión de renovación auténtica que tienen el Papa”.
Así el Santo Padre en la carta de convocación del Encuentro Mundial
de las Familias, explica cuál es deseo para la Iglesia; “Sueño una
Iglesia en salida, no autorreferencial, una Iglesia que no pase delante
de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que anuncie el
corazón de la revelación de Dios Amor, que es la misericordia”.
Señaló también que el evento de Dublín, no es un evento más, sino “un
momento en el cual la Iglesia entera está llamada a profundizar la
reflexión sobre la enseñanza de la Amoris Laetitia, un momento en el que
el amor cotidiano entre marido, mujer y el amor cotidiano de los papás
por sus hijos pueda ser reconocido como recurso fundamental para la
renovación de la Iglesia y de la sociedad.
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