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segunda-feira, 31 de agosto de 2020

Discurso de ódio

A legislação de vários países (e nelas se inclui o Código Penal português) vem criminalizando o chamado “discurso de ódio” (“hate speech”), isto é, o incitamento à violência, ao ódio e à discriminação em razão da raça, etnia, nacionalidade, religião, orientação sexual, identidade de género ou deficiência física ou psíquica, e também a injúria ou difamação em razão de alguma dessas características. Essa criminalização de algum modo contraria uma tendência oposta da nossa época, no sentido de uma cada vez mais alargada (a ponto de quase se tornar absoluta) proteção da liberdade de expressão.

Tive ocasião de ouvir sobre esta questão Paul Coleman, diretor executivo da organização Alliance Defending Freedom, dedicada à defesa da liberdade religiosa, da vida e da família. A sua tese (exposta também no seu livro Censored, Kairos Publication, Viena, 2016) é a de que essas leis são um perigo para a liberdade de expressão em geral e, de modo especial, também para a liberdade de expressão dos cristãos. Elas têm servido para censurar a voz de muitos cristãos em temas controversos, como os relativos à homossexualidade. Há vários exemplos de queixas ou participações apresentadas contra bispos que exprimiram a doutrina da Igreja sobre a prática homossexual, ou contra pregadores evangélicos que citam passagens bíblicas a tal relativas. Nalguns casos, pessoas que se pronunciaram sobre essa questão chegaram a ser condenadas judicialmente (condenações nem sempre confirmadas, porém, pelos tribunais de recurso). E tal verifica-se mesmo quando se distingue entre a condenação do “erro” e o respeito pela “pessoa que erra”. O carácter muito impreciso dos conceitos tem facilitado essas queixas e participações, as quais, mesmo quando não resultam em condenações, contribuem para um clima geral de auto-censura.

Reconheço esse perigo, mas não advogo a pura e simples descriminalização do chamado “discurso de ódio”. Não devemos esquecer-nos de que os cristãos também podem ser, e são-no muitas vezes, vítimas de discursos de ódio. Está em causa, antes, uma correta interpretação e aplicação dessas leis.

Há que distinguir a livre discussão de ideias (sobre a religião, sobre os cristianismo, sobre o Islão, sobre a prática homossexual) do que é ofensivo para com as pessoas (e também para com os seus sentimentos religiosos).

Às ideias (mesmo que sejam erróneas, injustas, chocantes ou absurdas) pode responder-se no plano do debate racional e da argumentação. Esse debate é sempre salutar numa sociedade aberta, livre e democrática. Ninguém deve recear esse debate, sobretudo quem está seguro de que, como afirma a declaração do Vaticano II sobre liberdade religiosa, «a verdade se impõe pela sua própria força, que penetra nos espíritos de modo ao mesmo tempo suave e forte»; ou, de acordo com o dito popular, «a verdade é como o azeite: acaba sempre por vir ao de cima».

Outra coisa são os insultos. Aos insultos não pode responder-se no plano do debate de ideias. Aos insultos não pode responder-se senão com o silêncio ou com outro insulto. Um insulto pode ferir tanto ou mais do que uma agressão física. E uma ofensa aos sentimentos religiosos (que se distingue da crítica a uma qualquer religião) também pode ferir tanto ou mais do que uma ofensa pessoal. E dessa forma se gera o ódio e se facilita, mais ou menos diretamente, a violência. Não é assim que se fortalece a sociedade livre, aberta e democrática.

É verdade que esta distinção, entre a crítica e discussão de ideias e o insulto, nem sempre é fácil, e que formas de expressão menos felizes ou delicadas podem não refletir a verdadeira intenção da pessoa. Mas não podemos recusar essa distinção, para salvaguardar a harmonia social, a dignidade humana, a paz e a liberdade.

Pedro Vaz Patto




domingo, 30 de agosto de 2020

El segundo país más católico de Asia ya tiene arzobispo: la Iglesia crece en la isla de Timor

P.J.Ginés/ReL

El salesiano Virgilio do Carmo Silva pasa a ser arzobispo de Dili, en Timo Oriental, una iglesia pujante de raíz portuguesa en Asia
El salesiano Virgilio do Carmo Silva pasa a ser arzobispo de Dili, en Timo Oriental, una iglesia pujante de raíz portuguesa en Asia

Hacia 1950, la isla de Timor, con una superficie similar a la de Galicia, contaba con unos 140.000 católicos. Hoy hay 12 veces más. En la mitad oriental desde 2002 se ubica la república de Timor Leste, el segundo país más católico de Asia, sólo por detrás de Filipinas.

Timor Leste tiene ahora, por primera vez, un arzobispo. El Papa ha decretado este 11 de septiembre que la diócesis de Dili sea sede metropolitana con respecto a las otras dos diócesis del pequeño país isleño, Bucau y Maliana.

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El obispo de Dili, el salesiano Virgílio do Carmo da Silva, pasa a ser arzobispo, y por lo tanto la iglesia de esta ex-colonia portuguesa ya no depende tan directamente de la Santa Sede. Además, ahora la jerarquía de Timor Este "empata" con la de Timor Oeste, que tenía ya un arzobispo en Kupang.

De herencia portuguesa, país católico al 90%

Dili, que ahora es archidiócesis, cuenta con 667.000 habitantes de los que un 90% o 95% serían católicos. Se organiza en 30 parroquias, con unos 150 sacerdotes y un centenar de seminaristas mayores. La diócesis de Baucau tiene 322.300 habitantes (con 21 parroquias y 65 sacerdotes) y de la Maliana tiene casi 270.000 habitantes (con 11 parroquias y 35 sacerdotes). En Bacau y Maliana casi toda la población es católica.

La ciudad de Dili fue fundada por los portugueses en 1769: desde entonces mantuvieron una presencia constante en la parte oriental de la isla, mientras que sus rivales holandeses, protestantes, se establecían en la parte occidental. La frontera que fijaron en 1914 es la que sigue existiendo hoy: la antigua zona holandesa pertenece hoy a Indonesia, mientras que la zona portuguesa es desde 2002 la República de Timor Leste, con casi 1,2 millones de habitantes, de los que un 90% son católicos. Este país cubre 15.000 kilómetros cuadrados, el equivalente a la suma de Asturias y Cantabria.

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En 1976, cuando los portugueses se retiraron de Timor Oriental, Indonesia se anexionó el territorio portugués y reprimió con brutalidad cualquier resistencia. Se calcula que hasta 200.000 timoreses murieron en hambrunas o represalias bajo el gobierno indonesio. Indonesia se retiró en 1999, y con sus tropas buena parte de la población musulmana llegada de otras islas.

La Iglesia, que siempre apoyó a la población, mantiene una enorme autoridad moral. En 1996, el obispo Carlos Filipe Ximenes Belo, junto con el activista político José Ramos-Horta, recibieron el Premio Nobel de la Paz por "su trabajo por una solución justa y pacífica del conflicto de Timor Leste".

La población es pobre: es el país número 146 sobre 196 en PIB per cápita, y en el ranking Doing Business se señala como de los peores para hacer negocios: el 175 de 190 países. El país necesita siempre apoyo en escuelas, hospitales, ONGs... países lusohablantes como Portugal y Brasil envían sus misioneros.

La mitad indonesia de la isla, también muy católica

La otra mitad de la isla, Timor Occidental, que fue durante años colonia portuguesa, pertenece hoy a Indonesia, y tiene casi 2 millones de habitantes. La Iglesia se organiza en dos circunscripciones: la arquidiócesis de Kupang (1,5 millones de habitantes, 13% católicos) y la diócesis de Atambúa (600.000 habitantes, un 85% católicos).

Hacia 1950, la isla contaba con unos 100.000 católicos en la zona occidental y apenas 40.000 en la oriental. Hoy hay 7 veces más en la zona occidental y unas 25 veces más en la oriental. En toda la isla viven 1,8 millones de católicos. Es un ejemplo del crecimiento de la Iglesia Católica en Asia.

Otro ejemplo ayuda a enmarcarlo: en el territorio de la diócesis de Yakarta, en 1950, apenas había unos 30.000 católicos; hoy hay 500.000. Y, sin embargo, no son ni el 3% de la población del territorio diocesano. En Asia, todas las cifras tienden a hacerse descomunales.

En el vídeo, procesión y adoración de Corpus Christi en Dili en 2018


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De familia atea, ya adulta se hizo católica: como directora de Hollywood lucha por defender su fe

Roxann Dawson, actriz y directora de series y películas, habla de su conversión

Roxann Dawson ha dirigido numerosos capitulos de importantes series, ha participado como actriz en otras tantas y ahora también dirige largometrajes
Roxann Dawson ha dirigido numerosos capitulos de importantes series, ha participado como actriz en otras tantas y ahora también dirige largometrajes


Javier Lozano / ReL

Roxann Dawson es una actriz y directora estadounidense de 61 años que lucha por mostrar y naturalizar su fe católica en Hollywood, un lugar generalmente hostil para los cristianos. Como artista ha participado en varias producciones y destacó principalmente por su papel de B´Elanna Torres en la serie Star Trek: Voyager. Como directora ha dirigido capítulos de esta misma serie y  de otras importantes como Lost (Perdidos), The OC, Héroes, Hawthorne, The Closer, Cold Case, Caprica, El Mentalista o Treme.

Además, en este 2019 ha estrenado el largometraje Breakthrough, comercializada en español como Más allá de la esperanza, película de inspiración cristiana de 20th Century Fox, y que tuvo una gran acogida en EEUU. La cinta cuenta la historia de un adolescente que cayó en un lago helado en 2015 y estuvo bajo el agua durante 15 minutos hasta que fue rescatado. En coma, su familia confió en la fe para superar esta prueba y para que su hijo al final pudiera sobrevivir.
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Su papel como B´Elanna Torres en Star Trek Voyager es el más conocido que ha realizado como actriz

De familia atea y antirreligiosa

Dawson participó en el Desayuno de Oración Católico de la Casa Blanca y habló de su vida de fe y de su conversión y bautizo como adulta. “Crecí en un hogar donde mi padre era un ‘devoto’ ateo. Sin embargo, él era una de las mejores personas que conocía, así que no creo que haya practicado lo que predicó gracias a Dios”, afirma a Catholic Digest.

De hecho, explica que “mi familia era muy antirreligiosa, mi padre me crió creyendo que la religión era una muleta para aquellos que no querían aceptar la realidad”.
Sin embargo, asegura en otra entrevista en The Daily Signal que “en mi corazón sentí que no estaba bien. Comencé a buscar por mi cuenta desde que era pequeña. Echando un ojo en mis diarios se ve que sabía que había un Dios, pero no podía entender cómo encontrarlo cuando era niña. Ya en la escuela secundaria y en la universidad estuve en búsqueda. Busqué de todo, desde el budismo hasta ir a diferentes iglesias y tratar de averiguar a dónde pertenecía”.

"Encontré un hogar en la Iglesia"

Su conversión se produjo cuando conoció a su futuro esposo. “Comencé a asistir a la Iglesia Católica con él y realmente encontré un hogar allí. Había un diacono con el que podía hablar y hacer preguntas. Descubrí que el catolicismo no solo me tocó emocionalmente, sino que me tocó lógicamente”, explica.

Y una vez que conoció a Cristo en la Iglesia,“todo tenía ya sentido para mí, y realmente me sentí como en casa. Eric y yo nos casamos por la Iglesia Católica en 1994”. Tienen dos hijas, una de ellas adoptada.
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Además, señala que “creo que mi conversión tocó el corazón de mi padre, y en realidad lo estaba aceptando y me sorprendió con su apoyo. Creo que mi conversión convirtió a mi padre, aunque en realidad nunca lo admitiera”.

La intolerancia en Hollywood

Sin embargo, vivir de manera coherente su fe en Hollywood no es nada sencillo ni abre puertas a nuevos proyectos. “Hay una gran cantidad de ataques religiosos que suceden en Hollywood, y la gente acaba quedándose en silencio sobre su fe. Es un lugar que supuestamente predica tolerancia, y me encantaría que comenzaran a practicar lo que predican”.

De hecho, señala que “de vez en cuando, especialmente desde Breakthrough, alguien se me acerca en privado y me dice: ‘sabes, soy católico’. Quieren hablar sobre sus creencias, pero no se haca de forma abierta”.

Ella misma ha ido viendo una evolución en su forma de vivir la fe y de ir perdiendo el miedo a hablar de Dios en un ambiente hostil. “A medida que he ido creciendo, me fui envalentonando más para hablar y hacer los cambios que pueda” en Hollywood.

Ella quiere llegar a todo el público y transmitir mensajes positivos y valores. Sin embargo, en Hollywood ya colocaron la etiqueta de “película basada en la fe”, que es como decir: está hecha por y para cristianos. Además, se deja entrever que la calidad no prima en estas producciones.

Sin miedo a hablar de la fe

Roxann quiere acabar con estas etiquetas porque “encajona tus películas y no permiten que llegue a personas que normalmente no van a ver estas películas”. Por ejemplo, ella afirma que su última película cuenta una historia de superación, y aunque la fe es parte indispensable del filme, en Hollywood se pretende arrinconar estas producciones bajo dicho pretexto.

A pesar de ello, cuando conoció la historia de esta familia cristiana que protagoniza su última película quiso seguir adelante. “Estoy interesada en contar esta historia”, dijo a su agente al momento.


Los milagros sí existen

“Lo vi como un testimonio del poder de la fe, el poder de la oración y del amor. Todas estas cosas están completamente alineadas con lo que creo. La historia me produjo escalofríos y me inspiró. Me dio esperanza”, explica.

Y así fue como sin miedo se lanzó a contar una historia de estas características y de la que además surge un “milagro”. “No debemos negar que existen”, explica ella. Y añade que “Dios ha creado este maravilloso mundo en el que vivimos, este patio de juegos en el que jugamos. Él llora con nosotros cuando fallamos o nos caemos. Él celebra con nosotros cuando tenemos algún éxito. Pero nos ha dado libre albedrío para cometer errores y para volver de ellos. Él está siempre ahí para los que le necesitan y para ayudarlos a ir en la dirección correcta”.
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Roteiros para peregrinos apresentados em Fátima


 | 12 Set 19

Três volumes com Roteiros dos Caminhos de Fátima foram apresentados nesta quinta-feira, 12 de setembro, no santuário mariano. A iniciativa da publicação foi do Centro Nacional de Cultura e contém indicações sobre o património cultural e religioso nos três caminhos mais frequentados pelos peregrinos, até ao santuário, como refere a Ecclesia.

Os roteiros com os três caminhos – Caminho do Tejo (de Lisboa a Fátima), Caminho da Nazaré (entre Nazaré e o santuário) e Caminho do Norte (desde Valença) – têm por finalidade “disponibilizar, de forma sistemática, ampla e gratuita, informação completa sobre estes percursos, com destaque para a paisagem, o património, a cultura e as ambiências locais”, refere uma nota sobre a edição.

Os Roteiros dos Caminhos de Fátima estão disponíveis em três línguas – português, inglês e espanhol – e apresentam a cartografia associada a cada um dos caminhos bem como conteúdos descritivos sobre cada um deles. A edição é feita no contexto do Programa Valorizar (Linha de Apoio à Valorização Turística do Interior), apoiado pelo Turismo de Portugal.

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Outros “Salvadores”

A comunicação social vem acompanhando com todo o interesse, quase como se de uma novela se tratasse, a história de uma criança abandonada num caixote de lixo, logo após o parto, e providencialmente salva por um homem “sem abrigo” (ou vários, ainda não se sabe bem). A história teve, apesar de todo o dramatismo da situação, um final feliz: a criança sobreviveu, não foi privada do dom supremo que é a vida, ficará aos cuidados de uma família de acolhimento e um futuro de amor e felicidade para ela certamente se abre, com o que toda a opinião pública rejubila. Já alguém quis chamar à criança “Salvador” e já alguém associou a história à quadra natalícia que se avizinha.

Neste contexto, questiona-se o que possa ter levado a mãe a tão insólito comportamento, de extrema crueldade ou de todo incompreensível (conforme as diferentes perspetivas). Na minha experiência profissional, já fui confrontado com situações semelhantes, que, malogradamente, não tiveram um final feliz e terminaram em infanticídio consumado. Em todas essas situações, era nítido o contraste entre a extrema gravidade objetiva da conduta e condicionalismos de também extrema dramaticidade existencial que podem atenuar a responsabilidade subjetiva da mãe. Com frequência, há até quadros patológicos de anomalia psíquica, eventualmente transitória, que podem conduzir a uma inimputabilidade, ou a uma imputabilidade diminuída.

Mais importante do que discutir a responsabilidade da mãe, importa – penso – sublinhar o final feliz da história e lembrar que nos contextos mais dramáticos a adoção da criança pode ser sempre uma solução que permite dar uma vida de amor e felicidade a outros “Salvadores”. Uma solução que em tudo deve ser facilitada e devidamente apoiada.

Não posso, porém, deixar de refletir sobre o seguinte.

Nos comentários a esta história, também se ouviu dizer, mais ou menos explicitamente, que a mãe poderia, e deveria, ter abortado, com o que se teria evitado o repugnante ato do abandono.

É verdade que se assim fosse, se a mãe tivesse abortado, como sucede em milhares de outras situações, já ninguém se impressionaria, já não se ouviria falar da situação dramática da mãe, já ninguém se preocuparia com a sorte da criança e esta ficaria irremediavelmente privada daquele futuro de amor e felicidade de que, apesar de tudo, não foi privado o “Salvador”  

E seria assim tão diferente? Que a vida da criança terminasse um pouco mais cedo, numa fase ainda mais precoce, seria assim tão diferente? Se assim fosse, e se tudo se passasse numa clínica com cobertura legal, já o “Salvador” não teria direito à compaixão da opinião pública?

Precisamente porque nem sequer conseguiria comover outras pessoas com a imagem do seu abandono e da sua morte, seria ainda mais vulnerável e indefeso (a expressão máxima da vulnerabilidade, ou o “mais pobre dos pobres”, como dizia Santa Teresa de Calcutá). Também acabaria, muito provavelmente, num caixote do lixo: seria tratado como “lixo hospitalar”. E ninguém (ou quase ninguém!) se preocuparia com ele. Nem sequer saberiam que ele chegou a existir. E, sobretudo, ela não poderia vir a gozar de toda a beleza que é sempre a vida humana e de que virá a gozar o “Salvador”.

Mas também há quem salve alguns desses outros “Salvadores”. Poucos conhecem a ação das várias associações que apoiam mulheres grávidas em dificuldade e com esse apoio evitam que elas abortem. Essas associações não estão à espera de receber os aplausos que justificadamente recebeu o homem “sem abrigo” que salvou o “Salvador”. Mas também os mereciam. Mereciam, sobretudo, muitos mais apoios do Governo. Porque elas salvam muitos “Salvadores”. E todos devem rejubilar sempre que uma vida humana é salva, como todos rejubilam por ter sido salvo o “Salvador”.

Pedro Vaz Patto 


Recomeçar

Olá bom dia!

É com muito gosto que regressamos a esta partilha, através destas mensagens matinais, com as notícias que marcam cada jornada e os projetos que nos entusiasmam! Após semanas de descanso, com prioridades voltadas para a informação sobre o que foi acontecendo durante o mês de agosto, retomamos iniciativas e queremos lançarmo-nos na procura de novas formas de estar mais perto de quem tem interesse nos factos e acontecimentos que resultam da afirmação da dimensão religiosa na pessoa e na sociedade. E despertar, pelo menos, essa curiosidade em quem a não tem.

 

Durante o mês de férias por excelência, partilhámos “Conversas aGosto” em cada semana. Primeiro com o padre Adelino Ascenso, missionário, depois com José Manuel Rodrigues, presidente da Assembleia Legislativa Regional da Madeira, a Irmã Amélia Costa, franciscana, e o luso-canadiano D. José Bettencourt, núncio apostólico na Geórgia e na Arménia. Foi mais uma série das “Conversas na Ecclesia” que mantemos desde a Páscoa, nos formatos vídeo, áudio e em notícias publicadas no portal da Agência Ecclesia, e que vão continuar..

E foi também nos programas de televisão, de rádio e nas notícias publicadas ao longo do mês de agosto que fomos até Santa Luzia, em Viana do Castelo, Sistelo e a Senhora da Peneda, na mesma diocese, passámos por Vila Real, que prepara a comemoração dos 100 anos da Diocese, conversámos com Gonçalo Cadilhe e Bagão Félix, visitámos a exposição sobre Frei Agostinho da Cruz, no Museu do Oriente, com Ruy Ventura;  conhecemos o projeto Casa Velha, em Ourém, as iniciativas do Comissariado da Terra Santa em Portugal, a atenção aos migrantes na Semana das Migrações; ouvimos testemunhos de missionários que trabalharam no Quénia e nas favelas do Brasil, partilhámos documentários sobre os cristãos perseguidos em parceria com a Fundação Ajuda à Igreja que Sofre, conhecendo os projetos que a Organização tem na Bolívia, Bulgária, Etiópia, Zâmbia e Venezuela; e, em cada sexta-feira, não deixámos de lhe propor pistas de análise aos textos bíblicos que são escutados nas Eucaristias Dominicais

E agora?

O padre Nuno Santos, reitor do Seminário Maior de Coimbra, publicou um artigo no jornal “As Beiras” que intitulou “Precisamos de semeadores de futuro”. Uma opinião sobre o tempo presente e sobre a convocatória dirigida a todos os que revelam competência para “plantar” o futuro, com esperança, qualidade, caminhos novos, que olhem para além dos números e de possíveis retornos, pessoais ou institucionais. “Precisamos de homens e mulheres que plantem árvores… mesmo que não cheguem a usufruir da sua sombra”, afirma.

No livro, “O que é amar um país”, o cardeal D. José Tolentino Mendonça pensa Portugal e os portugueses no contexto da pandemia e desafia a atitudes generativas, a predisposições que possam gerar novas formas de dizer o sentido da vida, de criar proximidade com o quotidiano e de provocar inquietações suficientes para que a resignação diante de um vírus não seja a palavra de ordem. “Nós não temos apenas âncoras, também temos asas”, afirma o poeta madeirense num livro todo ele inspirador para o que fazer e como fazer, neste tempo.

Duas referências que indicam os projetos no mês de setembro: o padre Nuno santos é o próximo convidado nas Conversas na Ecclesia, durante esta semana (no portal da Agência Ecclesia, às 17h00, no programa Ecclesia na Antena 1 às 22h45 e, na terça-feira, programa Ecclesia na RTP2, que nestes dias é emitido excecionalmente às 07h00, mas pode depois ser revisto na internet); o cardeal D. José Tolentino Mendonça faz a conferência de abertura das Jornadas de Comunicação Social, no dia 24, inaugurando um debate decisivo sobre este tempo, que acontece no ambiente mediático e digital.

Projetos para estes dias que brotam de atitudes criativas, que olham para as circunstâncias deste tempo na inquietação de encontrar as respostas às perguntas que pairam entre estatísticas de uma pandemia! Por aqui, esperamos dar um contributo!

Votos de bom trabalho ou boas férias, consoante o caso! Muito entusiasmo! (E desculpem a extensão desta partilha....)

Paulo Rocha

 

 


www.agencia.ecclesia.pt

      


sábado, 29 de agosto de 2020

Natais no século XXI

            No Presépio nunca podem faltar o Menino, a Virgem Maria e S. José. Os Pastores e os Reis Magos são também figuras tradicionais, por virem mencionadas nos Evangelhos. Neste Natal de 2019, tenho a alegria de vos anunciar uma boa notícia. Os Pastores do dia 25 de Dezembro, aqueles que adoram o Menino, ainda existem no séc. XXI.

            Há cerca de quinze anos, chegou aos Açores um jovem casal de origem asiática. Montaram a sua “Loja do Chinês” e foram sobrevivendo. Viviam bastante isolados, pois o idioma parecia uma barreira intransponível que tinha a agravante de não poder ser apoiada pela escrita, pois os caracteres chineses são muito diferentes dos latinos. Felizmente, os vizinhos eram amigáveis nos gestos de saudação.

            Na casa ao lado vivia Camila com seu marido e filhos. Possuíam uma pequena lavoura com vacas e, nas traseiras da vivenda, tinham uma horta e pomar onde criavam coelhos, cabras, galinhas, porcos e pombos. De vez em quando, partilharam com os recém-chegados hortaliças e carnes, e eles retribuíam a amabilidade com algo da loja. Esta família foi de grande apoio quando nasceu o primeiro filho. A novidade encantou todos e Camila esforçava-se por não os deixar passar fome, cozinhando para eles enquanto a mãe esteve impossibilitada de trabalhar. A tarefa foi difícil, pois não estavam acostumados aos sabores da ilha. A sopa foi o prato que mais lhes agradou.

            Logo que a jovem mãe se recompôs, voltou ao trabalho, deixando o bebé ao cuidado de Camila. Ao chegar o Natal, Camila percebeu que a “Loja do Chinês” não fechava. Para aquela família não havia festa. De acordo com o marido e filhos, convidou o casal para o jantar de Natal, dando-lhes oportunidade de ouvirem as canções que todos cantavam diante do Presépio e de provarem uma ementa diferente. Os estrangeiros ficaram encantados com a hospitalidade e com a novidade daquela tradição. Entretanto, o bebé crescia e começava a falar; enquanto estava com Camila aprendia palavras em português. Assim, tornou-se no intérprete de todos, e os pais progrediram na sua capacidade de diálogo o que lhes facilitou o atendimento a clientes.

            A família Chang tornou-se presença habitual nos jantares de Natal em casa de Camila, mostrando interesse em conhecer que festa era aquela, e começando até a assistir à Missa do galo. Com a passagem dos anos, nasceu-lhes outro filho e o mais velho começou a frequentar a escola e a catequese. Foi assim que aprendeu a rezar e pediu para ser batizado. Este facto levou os pais a indagarem junto do casal açoriano o que era o Batismo e aquela religião.

            Carlos, o marido de Camila, também teve um lugar importante nesta história de Natal. Gostava de crianças e costumava levar com ele o filho mais novo para os pastos. Com quatro anos, o miúdo já era capaz de mudar uma vaca de local, enquanto o pai se encarregava de espetar a estaca mais adiante. Bem cedo, os chinesitos começaram a acompanhá-los ao pasto. Quando o pai deles os levava, demorava-se à conversa com Carlos e a amizade parece ter surgido para ficar.

            Foi assim que esta família soube que Jesus nasceu e veio para nos salvar. Há já dois anos que o casal foi batizado, se casou e fez a sua primeira comunhão. Li, o filho mais velho foi batizado com seis anos, no mesmo dia que o irmão mais novo. Os pais demoraram mais tempo, pois necessitavam de maior preparação e o horário da loja era apertado. O deslumbramento face ao Presépio e a amizade com Carlos e Camila preparou-os, e a ajuda dos filhos adolescentes, na loja, permitiu-lhes serem mais assíduos às aulas de catequese.

            Se os pastores de Belém foram os primeiros anunciadores da chegada do Messias, e os pastores açorianos continuam a dar exemplo de verdadeiros cristãos. Como não ter esperança no século XXI?

Isabel Vasco Costa


sexta-feira, 28 de agosto de 2020

Pode-se ou não se pode?

            Após o Sínodo da Amazónia, deparei-me com o artigo de um sacerdote que me fez pensar. Voltava ao tema de pessoas divorciadas, numa segunda relação, poderem ou não comungar. Para dar força ao que pensava, apoiava-se no facto de Jesus não ter recusado a comunhão a Judas Iscariotes na Última Ceia. Não foi uma ideia feliz, pois o que esperamos dos sacerdotes é que nos ensinem e ajudem a ir para o Céu [1], não a sermos encaminhados por vias que podem levar  ao inferno,

            Segundos os ensinamentos da Igreja, os pecados podem ser veniais, mortais ou sacrílegos. Pode-se, e é aconselhável, comungar tendo cometido algum pecado venial porque esses pecados ficam perdoados e a comunhão ajuda a resistir às tentações. Quem está em pecado mortal - é o caso de quem vive em adultério - não deve comungar, pois o pecado que comete é ainda maior que o pecado mortal (é o chamado sacrilégio): “Assim, todo aquele que comer o pão ou beber o cálice do Senhor indignamente será réu do corpo e do sangue do Senhor. Portanto, examine-se cada um a si próprio e só então coma deste pão e beba deste vinho; pois aquele que come e bebe sem distinguir o corpo do Senhor come e bebe a própria perdição” Coríntios 11, 27-29.

            Os cristãos devem esforçar-se por conhecer a lei de Deus para poderem salvar-se; e os sacerdotes devem ensinar toda a lei de Deus com verdade, isto é, sem nada omitir e sem a alterar.

            Pelo que atrás ficou dito, compreende-se que quem se quer salvar deve viver a castidade de acordo com o seu estado de solteiro ou casado. Pecar nesta matéria é grave e a pessoa não pode comungar enquanto não se arrepender, confessar e estiver firmemente decidida a não voltar a pecar. No entanto, os sacerdotes não devem recusar a comunhão aos fiéis, pois não conhecem o estado das suas almas. Se uma pessoa é conhecida pela sua vida desonesta, os familiares e amigos devem esclarecê-la explicando-lhe o perigo que corre se condenar para sempre. Feito isto, resta-lhes rezar para que tal pessoa se venha a arrepender.

            Concluindo: se a Igreja afirma que não se pode comungar em pecado mortal, isso significa que, se o fizer, vai ofender muito Nosso Senhor. Se morrer sem se confessar, certamente se condenará. Foi isto que Jesus ensinou e os sacerdotes, pais, catequistas e educadores devem ensinar, tal como os pais avisam os seus filhos dos perigos que correm, dizendo que “não podem fazer algo”. Deste modo, ajudarão muitas pessoas a salvar a sua alma e eles próprios se salvarão. Um santo nunca vai sozinho para o Céu.        

Isabel Vasco Costa


[1] No seu livro “A Noite Vai Caindo e o Dia Já Está no Ocaso”, Lucerna, o Cardeal Robert Sarah escreve na pg. 149: “Penso que a verdadeira fonte da crise da teologia moral é o medo que invadiu os corações dos clérigos. Nós temos medo de que nos tomem por inquisidores cruéis. Não queremos ser impopulares aos olhos do mundo. Contudo, como lembra S. Paulo VI, que sentiu isso a propósito da contracepção, “não minimizar em nada a doutrina salutar de Cristo é forma de caridade eminente para com as almas” (Humamae Vitae, nº 29). 


quinta-feira, 27 de agosto de 2020

Better off dead

             Logo no primeiro dia da nova legislatura, foi apresentado de um projeto de lei de legalização da eutanásia e do suicídio assistido, como se fosse esta a “prioridade das prioridades” da nova legislatura, o que de modo algum transpareceu da campanha eleitoral, em que os dois partidos mais votados nem sequer tomaram posição sobre o assunto.

            Seja como for, a discussão que será reaberta não pode ignorar as lições dos países que já seguiram essa via, as que já de há muito são conhecidas e as que vão sendo conhecidas continuamente. Quem acompanhe a situação desses países regularmente poderá verificar como se sucedem notícias que invariavelmente confirmam os alertas de quem se opõe a essa legalização.

            Merece destaque, a esse respeito, um estudo (https://ncd.gov/sites/default/files/ NCDAssisted_Suicide_Report_508.pdf) recentemente publicado pelo National Council of Disability, um organismo independente de âmbito federal norte-americano dedicado à proteção e promoção das pessoas com deficiência. Esse estudo afirma com veemência (e indicando exemplos concretos) os malefícios que a legalização do suicídio assistido provoca nessas pessoas, não só as que a ele recorrem, como todas elas em geral. Afirma, por isso, a oposição clara a tal legalização. Em face da multiplicação dos Estados federados que optaram por essa legalização (são hoje em número de dez, sendo que em muitos outros Estados propostas no mesmo sentido têm sido rejeitadas), esse estudo confirma e reforça as tomadas de posição desse organismo já assumidas anteriormente por duas vezes, em 1997 e em 2005. Nele se afirma também que essa legalização tem a oposição de todas as associações de defesa das pessoas com deficiência que, nos Estados Unidos, se pronunciaram sobre a questão.

            De acordo com esse estudo, o maior dos malefícios que a legalização do suicídio assistido provoca nas pessoas com deficiência em geral, tem a ver com a mensagem cultural que essa legalização veicula e o que essa mensagem provoca no ambiente cultural da sociedade em geral e na mente de cada uma dessas pessoas, em especial as que sofrem de alguma deficiência que, de uma ou de outra forma (porque qualquer doente em fase terminal padecerá de algum tipo de deficiência), possam estar abrangidas por essa legalização. Esse efeito é o da desmoralização e do desencorajamento das pessoas com deficiência quando o Estado, a ordem jurídica e os serviços de saúde dão a entender (e é isso que decorre da legalização do auxílio ao suicídio) que as pessoas com certas doenças ou deficiências (e, por isso, dependentes dos cuidados de outrem)) estariam melhor se morressem («better off dead»), que a sua vida nessas condições deixa de ser digna, que a doença e a deficiência são incompatíveis com a qualidade de vida e que a morte provocada é resposta para os seus problemas. É de esperar que essas pessoas se sintam desmoralizadas, desencorajadas e, por outro lado, também como um peso para a família e para a sociedade em geral. E é de esperar que todo o clima social e cultural reflita isso mesmo.

            Consequentemente, as pressões, mais ou menos diretas e mais ou menos conscientes, a que essas pessoas estão sujeitas vão no sentido da aceitação do suicídio assistido como uma forma de evitar a suposta indignidade da sua situação, e também o peso que representam para a família e para a sociedade. Há que salientar que o auxílio ao suicídio não tem os custos de muitos tratamentos úteis e justificados para a salvaguarda da vida e que, nos Estados Unidos, na sequência da legalização, muitos contratos de seguro passaram a incluir o suicídio assistido de modo preferencial em relação a esses tratamentos Por tudo isso, deve duvidar-se da autenticidade dos pedidos de auxílio ao suicídio formulados por essas pessoas.

            Outro aspeto salientado por esse estudo diz respeito à repercussão da legalização do suicídio assistido na prática do suicídio em geral. No Estado de Oregon, o primeiro a legalizar o suicídio assistido, a taxa de suicídios em geral teve um incremento de 41% desde essa legalização até hoje. Calcula-se que esse incremento tenha sido de 6%, em média, nos Estados que mais recentemente optaram por essa legalização.

Há uma explicação lógica para que assim suceda. Desde há muito se fala no efeito contagiante da publicidade da prática do suicídio (o chamado efeito Werther, que evoca a influência do célebre romance de Goethe). É contraditório que se adote uma política de prevenção do suicídio para algumas pessoas e se adote uma política de auxílio ao suicídio para outras. Como é que o Estado e os serviços de saúde podem pretender desencorajar o suicídio de algumas pessoas quando, ao mesmo tempo, auxiliam o suicido de outras? Este duplo padrão é contraditório. O efeito de contágio do auxílio ao suicídio legalizado sobre a prática do suicídio em geral é, por isso, expectável.

Sendo certo que aquelas pessoas em relação às quais o Estado e os serviços de saúde optam pelo auxílio ao suicídio, e não a sua prevenção, são, precisamente, as mais vulneráveis, porque atingidas pela doença e pela deficiência. O que também contribui para agravar a situação destas.

O estudo em apreço salienta, ainda, as dificuldades, ou mesmo a prática impossibilidade, de controlo de erros e abusos de aplicação da lei, a começar pelos erros de diagnóstico a respeito da irreversibilidade da doença e de prognóstico do tempo de vida futura (que, de acordo com a legislação em vigor nos Estados em questão, normalmente condiciona a legalidade do auxílio ao suicídio). Tudo está, em grande medida e praticamente, nas mãos dos médicos que prestam auxílio ao suicídio e não é de esperar que sejam eles próprios a denunciar os seus próprios erros e abusos.

Não é demais relembrar a deputados que se preparam para debater de novo a legalização da eutanásia e do suicídio assistido: está em jogo um alicerce estruturante da civilização e da ordem jurídica; quando se derruba esse alicerce o edifício acabará por cair. Se se admite que a vida de pessoas com deficiência perde dignidade, que elas estariam melhor se morressem («better off dead»), que a morte provocada pode ser resposta para os seus problemas, é certo que assim se comprometem todos os esforços no sentido da sua defesa, inclusão e promoção.                           

Pedro Vaz Patto

Presidente da Comissão Nacional Justiça e Paz



quarta-feira, 26 de agosto de 2020

Aritmética pura?

            No início do ano lectivo, Guidinha chegou a casa muito indignada: “Não posso perdoar. Ela foi má, bateu-me, nunca, nunca lhe vou perdoar.”

             Ao ouvi-la, o irmão um pouco mais velho, de sete anos, animou-a: “Não sabes que devemos perdoar até setenta vezes sete?”

            Aqui, a mãe entrou na conversa, pedindo ao filho que lhe explicasse o que acabara de dizer. Ao que o pequeno respondeu: “Oh! Mãe. Eu explicar não sei porque ainda não dei a multiplicação.”

            O episódio veio-me à memória na proximidade do mês de Novembro, o mês dos defuntos. Os nossos avós contaram-nos algumas histórias acerca do comportamento de familiares seus, quase sempre relacionadas com pedidos de perdão ou “fazer as pazes” no final da vida. Confesso que esta expressão me fez pensar várias vezes no seu significado. Que quereria isto dizer? Não se assina a paz, no singular, entre dois países que estiveram em guerra? Haveria várias “guerras” entre os protagonistas dos episódios narrados? Finalmente, surgiu na boca de um moribundo a serena expressão de alívio: “Já posso morrer. Agora estou em paz com o meu irmão e com Deus”.

            Estas recordações, que eram tão comuns nos momentos anteriores à agonia, levam-nos novamente à questão da aritmética: “Perdoar até setenta vezes sete”. O seu autor, Jesus Cristo, usou-a para responder à pergunta de S. Pedro que achava que perdoar sete vezes ao seu irmão já era muito. Porém, o Mestre não usou esta norma de “perdoar setenta vezes sete” para si. Era demasiado curta para o Salvador. Demasiado curta e leve, pois aplicou o seu perdão às grandes, demoradas e pesadas penas que lhe infligiram desde a casa de Pilatos até ao monte Calvário. Prestes a expirar, já suspenso da Cruz há algumas horas, pediu: “Pai, perdoai-lhes porque não sabem o que fazem.

            Não sei se Jesus “já tinha dado a multiplicação” mas, pelas minhas contas e não só, o seu perdão superou em muito as quatrocentas e noventa (70x7) vezes devidas ao perdão. No caso de Jesus, o seu perdão é dispensado, primeiro a algumas pessoas isoladas, para se oferecer, depois, a todos os pecadores arrependidos. Com a sua Ascensão ao Céu, deu por finda a sua pregação e a explicação de quanto os seus Apóstolos deviam fazer. Pelo envio do Espírito Santo sobre a Virgem Maria e o grupo reduzido dos seus discípulos, deu a estes homens a sabedoria e a coragem de ensinarem a Boa Nova do Reino dos Céus e o poder de perdoar todos os pecados de todos nós, os que vamos pedindo perdão, até ao final dos tempos. E muito mais do que “setenta vezes sete”.

            É curioso reparar como, para ensinar a perdoar ou fazer apostolado, como o irmão da Guidinha, nem necessitamos “ter dado a multiplicação”.

Isabel Vasco Costa 


terça-feira, 25 de agosto de 2020

Natalidade e ambiente

            O príncipe Harry e a esposa; Meghan Markle, declararam que não pretendem ter mais do que dois filhos, para dessa forma darem um exemplo de preservação do futuro ambiental do planeta. Atitudes como essa vão-se generalizando. Há mesmo quem, com essa motivação, recuse ter filhos. Há tempos, foram muitos os que, por isso, criticaram o irmão de Harry, o príncipe William, e a esposa, Kate Middleton, quando lhes nasceu o terceiro filho.

            Logo a seguir a tais declarações, foram muitas as vozes que criticaram o príncipe Harry por usar tão frequentemente um jato privado nas suas deslocações (numa ocasião, foram quatro vezes em onze dias). É evidente que essas deslocações muito mais afetam o ambiente do que o fazem pessoas com hábitos mais modestos. É claro que o crescimento demográfico poderá prejudicar o ambiente se não forem alterados os hábitos de produção e consumo. Mas o que se tem verificado nos países ricos é que a queda da natalidade coincide com a manutenção (e até o incremento) desses hábitos Decisivo na perspetiva da preservação do ambiente, não são o maior, ou menor, crescimento demográfico, mas, antes, esses hábitos de produção e consumo. A redução da natalidade (que muitas vezes se propugna para os países pobres) pode, até, servir de fácil pretexto para não alterar esses hábitos (que são, sobretudo, os dos países ricos).

            A esta questão alude o Papa Francisco na encíclica Laudato Sì. Aí afirma (n. 50).

«Em vez de resolver os problemas dos pobres e pensar num mundo diferente, alguns limitam-se a propor uma redução da natalidade. Não faltam pressões internacionais sobre os países em vias de desenvolvimento, que condicionam as ajudas económicas a determinadas políticas de “saúde reprodutiva”. Mas, “se é verdade que a desigual distribuição da população e dos recursos disponíveis cria obstáculos ao desenvolvimento e ao uso sustentável do ambiente, deve-se reconhecer que o crescimento demográfico é plenamente compatível com um desenvolvimento integral e solidário”. Culpar o incremento demográfico em vez do consumismo exacerbado e seletivo de alguns é uma forma de não enfrentar os problemas. Pretende-se, assim, legitimar o modelo distributivo atual, no qual uma minoria se julga com o direito de consumir numa proporção que seria impossível generalizar, porque o planeta não poderia sequer conter os resíduos de tal consumo.»

A queda da natalidade que impede a renovação das gerações (renovação que não é assegurado quando os casais têm menos do que dois filhos) origina graves problemas de sustentabilidade dos sistemas de proteção social e de saúde.

Mas há que acentuar, sobretudo, que a proteção da ambiente não deve ser encarada numa perspectiva anti-humanista, como se a presença e atividades humanas fossem necessariamente nefastas nessa pesrpetiva. A natureza deve ser vista como um dom de Deus à humanidade. O ser humano é, na visão bíblica e cristã a coroa da criação, «criado à imagem e semelhança de Deus» (Gn 1, 26-27), «a única criatura que Deus quis por si mesma» (Gaudium et Spes, 24). Cada pessoa humana vale mais do que as árvores, os oceanos e as estrelas. A sua especificidade reside na sua liberdade, Uma liberdade que lhe permite destruir esse dom que recebeu, mas também que lhe permite preservá-lo, dar-lhe sentido e valor, e, através da inteligência e criatividade, aperfeiçoá-lo e completá-lo.

É por isso que não faz sentido contrapor a natalidade e a proteção do ambiente.

Pedro Vaz Patto


segunda-feira, 24 de agosto de 2020

Para bens

            Ao longo da vida temos muitas razões para dar parabéns: pelos  casamentos, nascimentos, batizados, sucessos no trabalho, licenciaturas, doutoramentos... aniversários.

            Neste momento, convido-vos a acompanhar-me a viver a alegria do aniversário da nossa Mãe, pois, desde o início da sua vida, ela foi, e continua a ser, uma fonte de bens. Cada mãe, cada pai, é já de si um bem gerador de novos e inúmeros bens. Mas a nossa Mãe, esta a que agora nos referimos, nasceu há mais de dois mil anos e o seu aniversário, celebrado a 8 de setembro, convida-nos a meditar na imensidade dos bens, em número e qualidade que nos chegaram através dela. Sim, é na Virgem Maria que estamos a pensar. Porém, antes de entrar no tema, façamos um breve desvio.

            A “Antropologia Linguística” é o ramo da antropologia que se propõe estudar o ser humano a partir da linguagem com que se comunica. Segundo um professor desta ciência, as palavras mais importantes são: “SIM” e “ALEGRIA”. O “SIM” manifesta a abertura e disponibilidade para com o outro, e a “ALEGRIA” é o sentimento que  surge como consequência dessa abertura, generosidade.

            Estas duas palavras estão patentes na vida de Nossa Senhora e por esta ordem. Primeiro o “SIM”, no momento em que aceita ser a Mãe do Salvador, seguida da “ALEGRIA” que manifestou no cântico do “Magnificat” quando foi ajudar a sua idosa prima Isabel, prestes a dar à luz o futuro S. João Baptista.

            O primeiro e maior BEM que nos chegou através de Maria foi o seu filho Jesus, o Salvador do mundo. Com Ele, também nos chegou a Verdade. A Verdade, com maiúscula, é um enorme bem, pois podemos estar seguros de que não há engano. As suas leis são imutáveis por serem verdadeiras e não sujeitas a erro. Se as leis humanas não levarem em conta os ensinamentos de Cristo, serão causa de muita  infelicidade como já se verificou nos governos nazis e comunistas. Em Fátima, Nossa Senhora chamou a atenção para “o pecado da carne”, um pecado que começou por ameaçar a família, com o divórcio; ataca a natalidade, por vários métodos que incluem a violência do aborto; e, mais recentemente, incitam à perda de identidade com a ideologia do género. Pecados que geram tristeza por nascerem da palavra “não”. Não querer amar apesar da doença, da tristeza ou da pobreza. Não querer servir a sociedade com mais filhos. Não querer ser como Deus nos criou. Estes modos de dizer “não” levam necessariamente à tristeza, ao rancor, à revolta.

            Apesar destes males, a nossa Mãe continua a interceder para o bem, a oferecer-nos conselhos para bens, múltiplos bens. Assim será para sempre. Ao ser coroada Rainha, aumenta a glória dos Anjos e dos Santos, como proclamamos no quinto mistério quando rezamos os mistérios gloriosos  do terço. Que imensidade de bens!

            Decididamente, estamos de parabéns. A nossa Mãe só nasceu para bens.

Isabel Vasco Costa 




domingo, 23 de agosto de 2020

Un comité del Vaticano, Al-Azhar y Emiratos Árabes pedirá a la ONU un Día de la Fraternidad Humana

P.J.G./ReL 11 septiembre 2019
El andaluz Miguel Ángel Ayuso, que fue misionero en Egipto y Sudán diez años, es el hombre del Papa para el diálogo con el Islam
El andaluz Miguel Ángel Ayuso, que fue misionero en Egipto y Sudán diez años, es el hombre del Papa para el diálogo con el Islam


Que la ONU declare una fecha, entre el 3 y 5 de febrero, para que cada año se celebre un Día de la Fraternidad Humana. Ese es uno de los objetivos del comité creado conjuntamente por el Vaticano, la prestigiosa universidad islámica de Al-Azhar y los Emiratos Árabes Unidos.

El comité nace con el objetivo de fomentar los valores del documento que firmaron el Papa Francisco y el Gran Imán de de Al-Azhar, Ahmed el-Sayyed, en su encuentro en Abu Dhabi el pasado mes de febrero y ha celebrado su primera reunión este miércoles 11 de septiembre.

El comité tiene 7 miembros (todos los cuales hablan árabe):

Por la Santa Sede:
- Miguel Ángel Ayuso Guixot, comboniano andaluz que fue misionero 10 años en Egipto y Sudán, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, pronto será creado cardenal
- Yoannis Lahzi Gaid, sacerdote egipcio de rito copto, secretario personal del Papa

Por la Universidad de Al-Azhar:
- su director, Mohamed Husin Abdelaziz Hassan
- Mohamed Mahmoud Abdel Salam, juez y exconsejero del Gran Imán Al-Tayyib.
Por Emiratos Árabes Unidos:
- Mohamed Khalifa Al Mubarak, presidente de Abu Dhabi Culture,
- Yasser Saeed Abdulla Hareb Almuhairi, escritor y periodista
- Sultan Faisal Al Khalifa Alremeithi, secretario general de los Ancianos Musulmanes
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El Papa saludó en persona este miércoles a los miembros reunidos en el Vaticano y les regaló una copia especial del documento sobre la Fraternidad Humana editado por la Biblioteca Apostólica Vaticana. Los alabó llamándolos "artesanos de la fraternidad". Los miembros del comité agradecen el apoyo del Pontífice, de Al Azhar y del príncipe Muhamad Ben Zaid, de Abu Dhabi. La siguiente reunión tendrá lugar en Nueva York el 20 de septiembre.

El Comité pretende invitar a sumarse a miembros representativos de otras tradiciones religiosas.

El encuentro finalizó a la 1 del mediodía. Cada miembro del Comité rezó, según su propia fe, por las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York "y por las de cada acto de terrorismo".




Yoísmo, autoayuda, gurús, sincretismo... los problemas de las técnicas zen para acercarnos a Cristo

Los obispos, preocupados por el abandono de la fe «incluso sin pretenderlo»


Numerosos centros cristianos amparan cursos y sesiones de espiritualidad zen, budismo, yoga, reiki, «mindfulness»... La imagen corresponde a una iglesia episcopaliana en California.
Numerosos centros cristianos amparan cursos y sesiones de espiritualidad zen, budismo, yoga, reiki, «mindfulness»... La imagen corresponde a una iglesia episcopaliana en California.

C.L. / ReL

La Iglesia se enfrenta a la difusión en el ámbito católico de "técnicas" de meditación y oración importadas de tradiciones religiosas y filosóficas orientales. El reciente documento de la Conferencia Episcopal Española sobre la oración cristiana lo expone sin rodeos: "Muchas personas, incluso habiendo crecido en un ámbito cristiano, recurren a técnicas y métodos de meditación y de oración que tienen su origen en tradiciones religiosas ajenas al cristianismo y al rico patrimonio espiritual de la Iglesia. En algunos casos esto va acompañado del abandono efectivo de la fe católica, incluso sin pretenderlo. Otras veces se intenta incorporar estos métodos como un 'complemento' de la propia fe para lograr una vivencia más intensa de la misma. Esta asimilación se hace frecuentemente sin un adecuado discernimiento sobre su compatibilidad con la fe cristiana, con la antropología que se deriva de ella y con el mensaje cristiano de la salvación".

Buscando ofrecer ese discernimiento, los obispos dedican un capítulo específico al budismo zen. Afirman que, en teoría, no habría problema en incorporar algunas técnicas procedentes de él para preparar el cuerpo y el espíritu a la oración. Sin embargo, en la práctica, esas técnicas son inseparables del método zen, el cual, a su vez,  "como itinerario completo de meditación, es inseparable de la meta a la que se quiere llegar y de los supuestos antropológicos, religiosos y teológicos en los que nace y se sustenta". Y no es posible, añaden, una oración propiamente cristiana "que asuma globalmente un método que no esté originado o se aparte del contenido de la fe".

Es lo que sostiene también Carmen Castiella en su réplica (basada en un conocimiento personal de dichos métodos) a un artículo de Pablo d'Ors en ABC donde confesaba, desde el mismo título: El zen me ha devuelto a Cristo. D'Ors, nieto del gran ensayista y filósofo español Eugenio d'Ors (1881-1954), es sacerdote, novelista y poeta, y en 2014 fue nombrado por el Papa Francisco consejero del Pontificio Consejo de la Cultura. Reconoce su "fascinación" por "el simplemente sentarse en silencio y en la más estricta quietud". Explica por qué en algunos puntos. Y concluye que "el cristianismo puede y debe compartir con otras tradiciones de sabiduría su experiencia de Dios y de la vida, así como aprender de ellas".

Tanto del artículo citado como del pronunciamiento de los obispos españoles se deducen sin embargo algunos puntos de incompatibilidad.

1. La oración cristiana busca el encuentro con Dios, no el encuentro "con uno mismo"

"La meditación cristiana", dicen los obispos, "no consiste únicamente en analizar los movimientos del propio interior, ni termina en uno mismo, sino que nace de la confrontación de la propia vida con la voluntad de Dios que se intenta conocer a través de las obras de la creación y de su Palabra, plenamente revelada en Cristo".

2. La oración cristiana no busca solo el bienestar emocional

El simple recorrido por las secciones correspondientes en las grandes cadenas librerías muestra una creciente confusión entre la espiritualidad y la autoayuda. Pero la oración no es una respuesta a la demanda creciente "de bienestar emocional, equilibrio personal, disfrute de la vida o serenidad para encajar las contrariedades" subraya el documento de la conferencia episcopal denunciando una espiritualidad entendida como cultivo de la propia interioridad y no como cultivo de la amistad con Dios, que es, dice Castiella, la "fuente de la verdadera paz".

3. La oración cristiana no precisa de "maestros" tipo gurú

"Puestos a buscar maestros", añade, "sobran en nuestra tradición cristiana 'maestros' de vida contemplativa: San Benito, San Francisco, Santa Teresa de Jesús, Santa Catalina de Siena, Santa Teresita de Lisieux, Charles de Foucauld". Sin olvidar que el mismo Cristo dijo, en relación a Sí mismo: "No os dejéis llamar maestros porque uno solo es vuestro Maestro" (Mt 23, 8).

4. La oración cristiana es el camino para la meta

"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por Mí" (Jn 14, 6). Las palabras de Jesús son taxativas y excluyentes ("el", "nadie", "sino por"), pero los nuevos modelos de espiritualidad oriental le presentan como un simple ejemplo o modelo entre otros para un itinerario "implícito en el interior de cada ser humano, aunque adormecido", consistente, dicen los obispos, en una "identificación con lo divino mediante un proceso de vaciamiento interior y de donación de sí mismo que conduce a un nuevo modo de ser". Como "confunden mundo y divinidad", subraya Castiella, toda trascendencia ha desaparecido y por tanto también todo camino real. El Yo no sale del Yo, en el propio Yo lo encuentra todo.

5. La oración cristiana no es sincretista

Como consecuencia de lo anterior, "Jesús no pasaría de ser un gran maestro que habría abierto un camino espiritual para que sus seguidores pudieran encontrar a Dios, igual que otros han iniciado tradiciones espirituales distintas. De ese modo, la humanidad de Cristo como camino concreto para llegar a Dios pierde su carácter único y su enseñanza no tiene más valor que la de otros maestros fundadores de religiones, con los que queda equiparado Jesús", dice el documento de la conferencia episcopal. Pero Jesucristo no es un gurú, es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo de Dios encarnado, y toda consideración que lo equipare a otros "difumina el rostro concreto del Dios cristiano" y "vacía de contenido la fe cristiana" porque "la Revelación acontecida en Jesucristo no sería decisiva para conocer la verdad sobre Dios".

Pincha aquí para leer el análisis de ReL al documento de los obispos españoles sobre la oración cristiana, las espiritualidades orientales y otras técnicas espirituales.


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