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quinta-feira, 4 de abril de 2019

Diputados franceses exigen una comisión de investigación ante la oleada de ataques anticristianos




Durante las últimas semanas han sido atacadas
numerosas iglesias por todo el territorio francés
La oleada de ataques contra iglesias católicas a lo largo y ancho de Francia producido durante las últimas semanas ha provocado la respuesta de varios diputados que han pedido por escrito al presidente de la Asamblea, Richard Ferrand, para que crea una comisión de investigación ante la “multiplicación de actos anticristianos”.
La propuesta para poner en el foco político la cristianofobia creciente en Francia ha partido de los diputados de Los Republicanos, derecha moderada francesa fundada por Sarkozy, Philippe Gosselin y Annie Genevard.
El primero de ellos es vicepresidente de la Asamblea mientras que la segunda es la vicepresidenta de la Comisión de Derecho del Parlamento y secretaria general de su partido.

 En la misiva firmada por ellos piden que la Asamblea dé “una respuesta a la altura” de los graves sucesos que durante estos meses se han sucedido. “Sólo en el mes de enero se han producido 66 actos anticristianos en nuestro país”, recuerdan en la carta.
"Violencia cometida contra los católicos"
El detonante para pedir que la Asamblea tome cartas en el asunto fueron “las imágenes de las llamas en la iglesia de San Sulpicio, que son un ejemplo más de la violencia cometida contra los católicos”. Este templo es uno de los más grandes y emblemáticos de París, por lo que este incendio provocado ha dado la vuelta al mundo.
Gosselin informó que según los datos interministeriales hubo en 2018 en Francia 1.063 actos anticristianos, una media de 89 al mes. Para poner en contexto, el pasado año se informó de 541 actos antisemitas, cifra en aumento, mientras que disminuyen contra los musulmanes contabilizándose un total de 100.
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“No se trata de poner en competencia estos diferentes actos de odio”, afirma el diputado francés, sino poner en perspectiva la situación de los católicos, y la “omertá” que existe a la hora de hablar de la cristianofobia.
En su opinión, “los representantes nacionales no tienen derecho a mirar hacia otro lado”por lo que considera necesario “poner todo sobre la mesa” para terminar con una forma de “omertá”.



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