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quarta-feira, 9 de abril de 2025

Abadía de Aubazine: de inspirar la moda de Chanel a acoger a las últimas monjas melquitas de Europa

Se cree que la propia «Coco» Chanel pasó allí parte de su infancia

Coco Chanel con su perro en 1928 y la abadía de Aubazine.

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09.04.2025 | 12:39  Actualizado: 


    La Abadía de Aubazine, joya cisterciense del medievo, enclavada en el corazón de Corrèze (Nueva Aquitania, Francia), está a punto de ser restaurada y de recuperar así su esplendor original

    La famosa firma de moda Chanel, reconocida por su elegancia "atemporal", se ha comprometido a financiar gran parte de la restauración de este histórico monumento del siglo XII. 

    El orfanato de "Coco"

    Un gesto que tiene un profundo simbolismo, ya que la historia de la abadía está íntimamente ligada a la de Gabrielle "Coco" Chanel, de quien se dice que pasó allí parte de su infancia. El portal National Catholic Register cuenta estos curiosos vínculos. 

    Testigo de la época dorada de la Edad Media, con sus austeros muros de piedra y la luz que se filtra por sus antiguas vidrieras, el monumento está ahora gestionado por dos monjas de la Iglesia greco-católica melquita, las últimas monjas melquitas en Europa.

    Los motivos geométricos de Aubazine se pueden ver en las creaciones icónicas de Chanel.foto: Abadía de Aubazine

    Los vínculos entre Aubazine y el icono de la moda parisina sigue siendo un misterio. Muchas biografías afirman que Chanel fue enviada al orfanato de la abadía a los 12 años, tras la muerte de su madre en 1895, y que fue allí donde aprendió a coser.

    Hasta la fecha, no existen pruebas definitivas de esto, pero varias pistas sugieren una profunda conexión entre Chanel y Aubazine, como declaró Cyril Lecointe, conservador de la abadía: "Conocía muy bien la abadía. Cuando construyó su segunda residencia le pidió al arquitecto que utilizara elementos arquitectónicos emblemáticos de Aubazine".

    Por ejemplo, Chanel mandó recrear la escalera que conducía a la iglesia de la abadía en el vestíbulo de su villa, conservando su característico ángulo roto. También mandó construir un claustro inspirado en las columnas de la abadía. Además, adquirió dos armarios antiguos, que unió para imitar un icónico armario del siglo XII que aún se conserva en Aubazine.

    Una gran inspiración

    En los relatos personales de su infancia, Chanel describe un entorno austero, marcado por el silencio y la estricta disciplina, todos elementos que apoyan la teoría de los años que pasó en el monasterio cisterciense.

    Los motivos geométricos de las vidrieras de Aubazine, en particular las líneas y las cruces entrelazadas, reaparecen en las icónicas creaciones de Chanel. Algunos creen que el famoso logotipo de Chanel, la doble C entrelazada, se inspiró en los motivos de las vidrieras de la abadía. 

    Se está preservando el patrimonio de la abadía.Foto: Abadía de Aubazine

    Aunque es una hipótesis convincente, Lecointe la aborda con matices: "Es un símbolo que encontró varias veces en su vida, también en Aubazine. Dejó huella en ella, y es posible que lo incorporara inconscientemente a su logotipo", afirma.

    La paleta monocromática distintiva de Chanel —el emblemático blanco y negro de la firma— también parece evocar la simplicidad visual de los hábitos monásticos.

    El número 5, símbolo de equilibrio y perfección en la tradición cristiana, y, más tarde, legendario perfume de Chanel, estaba omnipresente en Aubazine, apareciendo con frecuencia en los motivos geométricos del monasterio. 

    Más allá de si vivió allí o no, la huella estética y espiritual de Aubazine en la obra de Chanel es innegable. Su preferencia por las líneas limpias, el minimalismo y el rechazo al exceso resuena profundamente con la arquitectura cisterciense del monasterio.

    Sin embargo, el tiempo ha dejado huella en la abadía, que requiere una renovación exhaustiva para garantizar su conservación. Los muros de piedra, las vidrieras y la estructura de madera han sufrido los estragos del tiempo. En algunas zonas, el techo corre el riesgo de derrumbarse y la humedad amenaza los cimientos.

    Dada la urgencia de la situación, la casa Chanel, que ha mantenido una estrecha relación con la abadía durante décadas, decidió intervenir, reconociendo el valor histórico del sitio y su vínculo íntimo con la fundadora de la marca.

    Chanel ha financiado la mayor parte de las obras, que ascenderán a varios millones de euros. Está previsto que las restauraciones comiencen este otoño y se espera que continúen durante los próximos cinco años.

    Las monjas melquitas consideran la Abadía de Aubazine su hogar. Foto: Abadía de Aubazine

    "La firma ha comunicado muy poco sobre esto. Se trata menos de publicidad y más de preservar un legado con el que Gabrielle Chanel estaba profundamente conectada", comenta Lecointe.

    La historia moderna de Aubazine comienza en el siglo XIX, cuando una acaudalada heredera adquirió la abadía y decidió convertirla en un orfanato. Encomendó esta misión a las Hermanas del Sagrado Corazón de María, conocidas por su dulzura y cuidado maternal. El orfanato permaneció activo hasta la década de 1960, tras lo cual el lugar pasó a manos de una comunidad de monjas melquitas de rito bizantino.

    Las dos últimas monjas que quedan siguen salvaguardando un patrimonio monástico centenario y son también las últimas hermanas melquitas de Europa. Con 78 y 92 años, residen en un pequeño monasterio de estilo arquitectónico griego a unos 100 metros de la abadía, ya que el monumento histórico ya no es habitable.



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