En Tierra Santa se dedica mucho dinero a armas y a matar, y mucho menos a ayudar a los bebés y las embarazadas.
El Hospital de la Sagrada Familia, en Belén, católico, que pertenece a la Orden de Malta, busca ayuda para poder seguir apoyando a las familias necesitadas del país de Jesús, especialmente a las embarazadas y madres de niños pequeños de zonas poco accesibles. Una y otra vez sus situaciones de desamparo les recuerdan al Niño Jesús y a la Sagrada Familia.
Muchas veces viven en campos de refugiados o en asentamientos beduinos en el desierto. Otras veces son desplazados por las guerras.
Para llegar a ellos, hace ya unos años que pusieron en marcha una ambulancia que funciona como una clínica móvil.
Una sanitaria del Hospital católico de Belén en el desierto de Judea, con beduinos o desplazados.
Desde España, Manos Unidas, la agencia católica de ayuda internacional, apoyó hace dos años a ese proyecto con más de cien mil euros. La ambulancia con la Cruz de Malta recorría los desiertos y de ella salía sus tres «Reyes Magos», la ginecóloga, la pediatra y la enfermera, atendiendo a madres, bebés y niños pequeños.
En el hospital católico de Belén nacen unos 4.700 bebés al año. Allí, rodeados de niños, recuerdan las palabras de Jesús: «Lo que hicisteis a uno de estos más pequeños que son de mi familia, me lo hicisteis a mí» (Mateo 25,40).
En el actual contexto de guerra, las embarazadas no tienen acceso a controles médicos ni apenas a formación sobre cuidados pre y postnatales: es un riesgo para ellos y sus bebés, perfectamente evitable.
Parte de la recaudación se destina también a cuidados intensivos para los recién nacidos más frágiles. Muchos equipos neonatales del Hospital de Belén se han ido gastando o estropeando y necesitan reposición.
Una vez más, Manos Unidas lo plantea como un reto navideño: el objetivo es recaudar 105.000 euros.
Hay varias formas de apoyar económicamente:
(Publicado originariamente en la web de Fundación Tierra Santa)
Sem comentários:
Enviar um comentário