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sábado, 24 de novembro de 2018

Fray Lucio vive entre los niños abandonados de Bangladés: su labor es admirada por los musulmanes




Fray Lucio Beninati se dedica plenamente a la
ayuda de los niños que viven solos en la calle
Fray Lucio Beninati, misionero italiano del PIME, lleva muchos años realizando su misión en Bangladés, un país muy poblado y pobre en Asia, donde muchos niños están abandonados y viven solos en las calles.
Por ello, decidió dejar su residencia e irse a vivir a los barrios más pobres de Daca para estar entre los niños, a los que ha consagrado su misión. Lo ha hecho “para comprender la vida de los niños de la calle y tener una vida tan sencilla como la suya”.
Voluntarios cristianos pero también musulmanes
Según explica en una entrevista con AsiaNews, consciente de que en este mundo no basta con brindar la cercanía física, fray Lucio fundó la “Pothoshishu Sheba Songothon” (PSS), que significa “Asociación para servir a los niños de la calle”. 
Fratel Lucio Beninati con i bambini di strada
En la asociación le ayudan 50 voluntarios. Entre ellos se cuentan hombres de negocios, docentes, estudiantes, activistas, jubilados y amas de casa. El misionero cuenta: “No son sólo cristianos, también hay musulmanes. Los radicales islámicos no nos han amenazado jamás”. 
Cada día, Fray Lucio y sus colaboradores se dirigen a los parques de la capital o visitan los pasos a nivel, donde los pobres se reúnen en grupos. Como el invierno está a punto de llegar los voluntarios se dedican a explicar a los niños que viven a la intemperie los peligros del frío. Les dicen que deben cubrirse bien, con prendas abrigadas, y llevar zapatos.
Una vida mejor para muchos niños
Después, Fray Lucio atiende a todo el grupo y descubre como por ejemplo Ratna Akterm tiene una espina clavada en su pierna. Se la extrae y trata la herida, le da un medicamento, y luego distribuye medicinas a los demás pequeños. La jornada termina con ellos coloreando dibujos y compartiendo la comida que han llevado los voluntarios.
Fratel Lucio Beninati con i bambini di strada
Los niños a los que Fray Lucio asiste han tenido un futuro mejor de lo que les esperaba. Es el caso de Mahammad Faisal, un musulmán de 25 años que hoy es dueño de un puesto de comidas. “Conocí a Fray Lucio cuando tenía tres años, y vivía en la calle junto a otros niños. Él se ocupó de nosotros, nos llenó de afecto, nos amó y nos alimentó. Fue una bendición para mí, de no haberlo encontrado hubiera terminado drogándome o cometiendo delitos”.
Otro muchacho que ha tenido una vida distinta es el joven que acompaña al misionero: Mim Akter, de 14 años dice: “Yo no tenía sueños. Cuando vi a Fray Lucio entendí que mi mamá me necesitaba. Mi padre nos abandonó y por eso vivíamos en la calle. Pero cuando sea grande, quiero tener un buen empleo”.
Las personas, concluye el misionero, “hacen preguntas, algunos me preguntan si yo convierto a los niños. No, no, yo jamás he hecho proselitismo, sólo les demuestro mi solidaridad. Son personas abandonadas y me ocupo de ellos, los cuido. Quiero que estudien y que tengan una vida normal. Obviamente, soy un misionero, y mi vida es predicar el Evangelio”.


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