El Papa recuerda la figura del beato Carlos de Habsburgo, un intercesor para obtener de Dios la paz para la humanidad
Escudo de la Casa de Austria o Habsburgo |
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco recibió
este sábado por la mañana en el Vaticano a los miembros de la familia de
los Habsburgo, en ocasión de la peregrinación que realizaron con motivo
del Jubileo de la Misericordia.
La Casa de Habsburgo o Casa de Austria actualmente no es reinante, si
bien gobernó a varios países, entre los cuales Austria desde 1278 hasta
1918 y España del 1516 al 1700. Hasta el 2007 la cabeza de la dinastía
fue el príncipe Otón de Habsburgo y actualmente lo es su hijo el el
archiduque Carlos de Habsburgo Lorena.
En la sala Clementina, el Pontífice indicó a los presentes, unas 300
personas, su alegría de recibirlos con motivo de la peregrinación que
realizaron como familia. “Deseo subrayar este aspecto, porque es el de
la familia en un sentido amplio, con la riqueza de sus relaciones y de
su variedad” porque “es un valor que es necesario volver a descubrir en
nuestros tiempos”.
Una familia que recuerda también al beato Carlos de Austria, que hace
cien años atrás subía al trono, indicó el Santo Padre, precisando que
esta presencia espiritual le permite a la familia Habsburgo mirar al
pasado no solo nostálgicament sino estar hoy muy activa en la historia,
con sus desafíos y necesidades.
“De hecho algunos entre ustedes –recordó Francisco– tienen roles de
primer plano en organizaciones de solidaridad y promoción humana y
cultural; así como en el apoyar el proyecto de Europa como una casa
común fundada en los valores humanos y cristianos”.
También señaló su alegría porque “en las nuevas generaciones de
vuestra familia han madurado algunas vocaciones al sacerdocio y a la
vida consagrada. Agradezco junto a ustedes al Señor, y obtengo ulterior
confirmación del hecho de que la familia cristiana es el primer terreno
en el cual las semillas de las vocaciones -partiendo de la conyugal que
es una verdadera y propia vocación- pueden germinar y desarrollarse”.
El Pontífice recordó que “Carlos de Austria fue sobre todo un buen
padre de familia, y como tal servidor de la vida y de la paz”. Señaló
que “él había conocido la guerra, como soldado simple al inicio de la
Primera guerra mundial”. Y cuando en 1916 asumió en reino, fue sensible a
la voz del papa Benedicto XV y se prodigó con todas las fuerzas a favor
de la paz, a costo de ser incomprendido y objeto de burlas”. Por ello
señaló que Carlos de Austria “nos ofrece un ejemplo más actual que nunca
y podemos invocarlo como intercesor para obtener de Dios la paz para la
humanidad”.
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