En la homilía de este martes, el Santo Padre explica que la humildad
del pequeño es la que camina en la presencia del Señor, no habla mal de
los otros y mira solamente el servicio
El Papa en Santa Marta (fto. Oss. Romano ©) |
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Dios
revela el misterio de la salvación a los pequeños, no a los sabios y
entendidos. Así lo ha recordado el papa Francisco en la homilía de la
misa en la residencia Santa Marta celebrada este martes. Haciendo
referencia a las lecturas del día, el Santo Padre se ha detenido sobre
la virtud de los pequeños que es el temor de Dios, no miedo, sino
humildad.
“La alabanza de Jesús al Padre” que
narra el Evangelio de Lucas, es porque el “Señor revela a los pequeños
los misterios de la Salvación, el misterio de sí mismo”. Así,
el Pontífice ha subrayado la preferencia de Dios por quien sabe
entender sus misterios, no los sabios y los entendidos, sino el “corazón
de los pequeños”.
Además, ha explicado que también la
primera lectura que está llena “de pequeños detalles” , “va en esta
línea”. El profeta Isaías habla de un “pequeño brote” que “nacerá del
pequeño tronco de Jesé” y no de “un ejército” que llevará la liberación.
En esta misma línea ha hablado además
de los pequeños protagonistas de la Navidad. “Después, en Navidad
veremos esta pequeñez: un niño, un establo, una madre, un padre… Las
cosas pequeñas”, ha observado. Corazones grandes –ha señalado– pero actitudes pequeñas.
El Santo Padre ha insistido en que el
“temor del Señor no es el miedo”, es, “hacer vida el mandamiento que
Dios ha dado a nuestro padre Abrahán: camina en mi presencia y sé
irreprensible”. Por eso, el Papa ha precisado que esta es la humildad,
el temor del Señor es la humildad.
Y solo los pequeños –ha precisado–
son capaces de entender plenamente el sentido de la humildad, el sentido
del temor del Señor, porque caminando delante del Señor, mirados y
cuidados, sienten que el Señor les da la fuerza para ir adelante.
Es así el Papa explica cómo es la
verdadera humildad: “Vivir la humildad cristiana es tener este temor del
Señor, que no es miedo”. Al mismo tiempo ha añadido que “la humildad es
la virtud de los pequeños, la verdadera humildad, no la humildad un
poco teatral”. Por eso ha advertido que decir “yo soy humilde estoy
orgulloso de serlo”, no es verdadera humildad. La humildad del pequeño
–ha precisado– es la que camina en la presencia del Señor, no habla mal
de los otros, mira solamente el servicio, se siente el más pequeño.
Por otro lado, el Pontífice ha
aseverado que es “muy humilde” la joven que Dios “mira” para “enviar a
su Hijo” y que enseguida va donde su prima Isabel y no dice nada “de lo
que había sucedido”. La humildad
–ha insistido Francisco– es así, caminar en la presencia del Señor,
felices, alegres porque somos“mirados por Él”, “exultantes en la alegría
por ser humildes” como narra Jesús en el Evangelio del día.
Para concluir la homilía, el
Pontífice ha indicado que mirando a Jesús que exulta en la alegría,
porque Dios revela su misterio a los humildes, podemos pedir “para todos
nosotros la gracia de la humildad, la gracia del temor de Dios, del
caminar en su presencia tratando de ser irreprensibles”. Y
así, con esta humildad, “podemos estar vigilantes en la oración,
trabajando en la caridad fraterna y exultantes en la alegría en la
alabanza”.
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