El Papa manifiesta su alegría por el tradicional intercambio de
delegaciones entre Roma y Constantinopla, “un signo visible de los lazos
profundos que ya nos unen”
El patriarca Bartolomé I (Foto: Nikolaos Manginas - Patriarcado Ecuménico) |
(ZENIT – Ciudad del Vaticano) Una delegación de la Santa Sede
encabezada por el cardenal Kurt Koch ha tomado parte en la solemne
Liturgia Divina, presidida este 30 de noviembre en Estambul por Su
Santidad Bartolomé en la iglesia patriarcal de San Jorge en el Fanar,
com motivo de la conmemoración de san Andrés.
El presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad
de los Cristianos ha entregado al patriarca Bartolomé un mensaje de puño
y letra del Santo Padre, leído al final de la Liturgia Divina y un
regalo.
En el mensaje el Papa manifiesta su alegría por renovar el
tradicional intercambio de delegaciones entre Roma y Constantinopla que
constituye “un signo visible de los lazos profundos que ya nos unen y
es también una expresión de nuestro anhelo de una comunión cada vez más
profunda, hasta el día en que, si Dios quiere, podamos testimoniar
nuestro amor el uno por el otro compartiendo la misma mesa eucarística.
En este camino hacia la restauración de la comunión eucarística entre
nosotros, estamos sostenidos no solo por la intercesión no sólo de
nuestros santos patrones, sino por la serie de mártires de todas las
edades que “a pesar del drama de la división… han mantenido una adhesión
a Cristo y a su Padre tan radical y absoluta que les ha permitido
llegar hasta el derramamiento de su sangre.”(San Juan Pablo II, Ut unum
sint, 83).
El Papa reconoció que “la historia de las relaciones entre los
cristianos ha sido tristemente marcada por conflictos que han dejado una
profunda impresión en la memoria de los fieles. Por esta razón, algunos
se aferran a las actitudes del pasado. Sabemos que sólo la oración, las
buenas obras comunes y el diálogo pueden permitirnos superar la
división y acercarnos unos a otros”.
“Gracias al proceso de diálogo –aseguró Francisco– en las últimas
décadas los católicos y los ortodoxos han empezado a reconocerse como
hermanos y hermanas, a valorar mutuamente los dones y juntos han
proclamado el Evangelio, han servido a la humanidad y la causa de la
paz, han promovido la dignidad del ser humano y el valor inestimable de
la familia, han cuidado de los más necesitados, así como de la creación,
nuestro hogar común”.
El Pontífice en la misiva recuerda “con gran cariño” el reciente
encuentro con el Patriarca en Asís, así como con otros cristianos y
representantes de tradiciones religiosas “reunidos para lanzar un
llamamiento unitario por la paz en todo el mundo. Nuestra reunión fue
una feliz oportunidad para profundizar nuestra amistad, que se expresa
en una visión compartida de las grandes cuestiones que afectan la vida
de la Iglesia y de toda la sociedad”.
“Su Santidad, –finaliza el Papa– estas son algunas de mis más
profundas esperanzas que he querido expresar en un espíritu de genuina
fraternidad. Al asegurarle mi recuerdo cotidiano en la oración, renuevo
mis mejores deseos de paz, salud y abundantes bendiciones para usted y
para todos aquellos que están confiados a su cuidado. Con sentimientos
de afecto fraterno y de cercanía espiritual, intercambio con Vuestra
Santidad un abrazo de paz en el Señor”.
Todos los años se realiza un intercambio de delegaciones para las
respectivas fiestas de los santos patronos: el 29 de junio en Roma por
la celebración de los santos Pedro y Pablo y el 30 de noviembre en
Estambul por la celebración de san Andrés.
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