Estos son los cardenales que tienen 60 años o menos: influyen ya e influirán más
La mayoría de los cardenales electores (con derecho a votar en cónclave) son hombres de edad muy avanzada: 80 de ellos tienen entre 70 y 80 años. Al cumplir los 80 años ya no pueden votar al nuevo Papa.
El Papa Francisco, sin embargo, se ha esforzado por rejuvenecer el Colegio Cardenalicio. Ha buscado hombres de 60 años e incluso de 50 (¡hay uno de 44!) que previsiblemente participarán en el próximo cónclave, y en el siguiente y probablemente en más.
La importancia de ser cardenal joven
Como cardenales, sus vecinos obispos les pedirán favores y gestiones en Roma y en otras instancias regionales o continentales. Con el paso de los años se irán acumulando esos favores.
Aunque sean jóvenes, de lugares remotos y a veces de iglesias diminutas (pensemos en el cardenal Marengo de Mongolia, donde casi no hay católicos), al pasar el tiempo es probable que accedan a diócesis más relevantes o a cargos en Roma. Hoy ya aportan su juventud, dinamismo y visión más joven de las cosas, lo que da cierto equilibrio al colegio cardenalicio.
Pero en el futuro aportarán la experiencia de haber sido cardenales durante dos o tres décadas, que son dos o tres décadas tratando a otros cardenales, a obispos, expertos, misioneros, gobernantes, etc...
Es distinto llegar a un cónclave con 2 o 3 años de experiencia cardenalicia a llegar con 25 años de rodaje como cardenal.
Los 6 cardenales jóvenes recién anunciados
El Papa Francisco sigue insistiendo en esta línea de crear cardenales jóvenes, y de los últimos 21 nombres que ha anunciado, que serán cardenales a partir del consistorio del 8 de diciembre, hay seis que son menores de 60 años:
Mykola Bychok, redentorista ucraniano en Australia, obispo con sólo 12 parroquias, será cardenal a los 44 años.
El peculiar caso del cardenal de 44 años
Bychok, con 44 años, que hace solo 4 años que es obispo, será el cardenal más joven del actual colegio cardenalicio, y una de las personas que con más juventud recibe el capelo cardenalicio en los tiempos modernos. Dentro de 35 años (si la salud se lo permite y no cambian las normas) ¡seguirá siendo cardenal elector!
En Australia apenas pastorea una docena de parroquias grecocatólicas con unos 35.000 fieles en total. Cabe suponer que en unos años vuelva a Ucrania y se le encomienden diócesis grandes con cientos de miles de personas. Pero, a menos que intervenga una muerte violenta (y en Ucrania se dan cada día por la guerra) es difícil pensar que pueda suceder al arzobispo mayor de los grecocatólicos, Sviateslav Shevchuk, pastor de 5 o 6 millones de fieles, ¡porque Shevchuk tiene apenas 54 años!
Que tenga capelo cardenalicio un joven grecocatólico en Australia y no el líder de la mayor comunidad de rito oriental en plena unión con Roma da para hablar mucho, pero probablemente se enmarca en la tendencia de Francisco de buscar sorprender dando voz a las periferias repartiendo capelos en lugares remotos, con iglesias pequeñas. Es cierto que parece difícil pensar qué puede aportar Bychok que no aportara Shevchuk (que fue pastor de los grecocatólicos en Argentina y conoce bien las iglesias de emigrantes). Quizá la guerra tenga algo que ver.
Las otras figuras jóvenes designadas (Repole, de Turín, de 57 años; Reina, vicario de Roma, de 53 años o Francis Leo, de Toronto, de 53 años) representan líderes jóvenes de diócesis grandes. Tienen capacidad de implantar reformas, acompañarlas durante años, y luego asesorar a otros obispos sobre los resultados, lo que funciona y lo que no.
Los otros 14 cardenales de 60 años o menos
Todos estos cardenales se sumarán a otros 14 cardenales que tienen 60 años o menos y se consideran "jóvenes". Los enumeramos a continuación (de mayor a menor edad):
El cardenal Marengo, italiano en Mongolia, tiene 50 años en 2024.
Son clérigos que van a ser importantes e influyentes en la Iglesia universal durante muchos años.
Distintos tipos de influencia
Algunos serán influyentes en sus naciones, por estar al frente de diócesis grandes y porque van a estar allí muchos años: es el caso del cardenal Cobo en Madrid, de 59 años. Por encima de Madrid, sólo está Roma, y no parece que vaya a pasar a la Curia en muchos años.
Algunos de ellos suenan como papables, como es el caso del cardenal Pizzaballa de Jerusalén, que es a la vez italiano, franciscano, misionero, conocedor del Oriente cristiano, de las iglesias orientales, del Islam y el judaísmo y buen diplomático.
Se solía decir que un Papa joven tenía pocas posibilidades de ser elegido, pero el mundo moderno, con sus giros acelerados, puede beneficiar a los candidatos jóvenes (hablamos de sexagenarios), más capaces de adaptarse, y con años por delante para establecer estrategias globales.
Bustillo, al ser un español obispo en Córcega, está bien conectado con España, Francia e Italia y puede ser una de las voces clave de la Iglesia europea y, con los años, ser un "king maker", es decir, alguien que puede orientar votos en los cónclaves, por conocer a los candidatos.
El portugués Aguiar y el italiano Marengo, ambos de 50 años, van a participar en cónclaves con un dinamismo muy distinto al de sus compañeros mayores. Aguiar probablemente pasará con el tiempo a diócesis más grandes de Portugal. Marengo, como joven obispo misionero en un lugar remoto, puede ser llamado a Roma a la Curia dentro de unos años.
Por último, está el enigma del futuro de las iglesias pobrísimas africanas. El cardenal de Juba en Sursudán, y el de Bangui en República Centroafricana, cuando se retiren dentro de 15 años, ¿aún tendrán unas naciones y diócesis sumidas en guerras y miseria absoluta? ¿O una combinación de paz, educación, tecnología y creatividad pueden lograr un cambio asombroso y esperanzador?
Américo Aguiar, ahora obispo de Setúbal, organizador de la JMJ de Lisboa, tiene 50 años en 2024.
Un cardenal joven es una bomba de tiempo
Lo que está claro es que cuando un Papa crea cardenales jóvenes está dejando una especie de "bomba del tiempo" para el futuro lejano. "Explotará" en su momento, en cada cónclave, y en el camino entre cónclaves.
Nadie puede saber cuánto va a vivir. El cardenal de Brunei, Cornelius Sim, recibió el capelo cardenalicio en noviembre de 2020 y seis meses después, con 69 años, moría de un ataque al corazón.
Pero la inmensa mayoría de estos 20 hombres van a marcar la ruta de la Iglesia durante dos o tres décadas, se están conociendo entre ellos ahora y van a tomar conciencia de los retos que afrontarán.
Lea también: Francisco anuncia la creación de 21 cardenales en un consistorio que tendrá lugar el 8 de diciembre.
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