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sábado, 6 de setembro de 2025

Rossetti, exorcista: «El 80% de crímenes como el de Annunciation están inspirados por demonios»

El famoso exorcista aborda la influencia demoníaca en comportamientos homicidas

Robert Westman y una de sus oscuras ilustraciones.

Robert Westman, que se hacía llamar Robin, asesinó a dos niños tras un tiroteo masivo contra una iglesia en Anunciación en Minneapolis. En la imagen, con una de sus ilustraciones.

José María Carrera Hurtado
06.09.2025 | 07:18  Actualizado: 


    Tan solo unas horas después de la masacre del transexual Robert Westman en la escuela católica de Annunciation, el capuchino experto en demonología Claudio Calderón era uno de los primeros en sugerir una posible motivación o influencia de tintes satánicos en el crimen. Este resultó en el asesinato de dos niños y diecisiete personas heridas, catorce de ellos también niños, mientras asistían a misa en la escuela.

    En una entrevista concedida a Pablo Muñoz Iturrieta en su canal de YouTube, el capuchino definió brevemente una modalidad de ataque demoníaco que llama “epistemológica” y que se refiere a las ideas. Según el religioso, estos ataques serían los desencadenantes de cismas, herejías, apostasías o, incluso, del surgimiento de las ideologías modernas dirigidas “en contra de lo verdadero, lo bello, lo justo o lo bueno”.

    No fue el único en remarcar una posible motivación o influencia satánica en el crimen, que ya sugerían algunos de los dibujos del asesino. Poco después, el archiconocido exorcista Stephen Rossetti, responsable del ministerio en la archidiócesis de Washington durante 13 años y autor de “El diario del exorcista”, acudía al podcast de Lile Rose para abordar, entre otros temas, esta posibilidad. Y si bien no se puede atribuir toda la responsabilidad a causas ocultas, el exorcista se muestra convencido de que si tienen que ver en buena parte de ellas.

    Una de las preguntas que la líder provida dirigió a Rossetti interrogaba por la capacidad del demonio para sugerir acciones o pensamientos en terceros.

    El exorcista no se lo pensó dos veces a la hora de afirmar la existencia de una categoría de influencia, los esbirros, o minions en inglés. Lo definió con el caso de una mujer poseída que entró a la iglesia en busca de un exorcismo. Fue entonces cuando, sin conocerla de nada, otra mujer se sentó delante suyo, la miró y le dijo: “Olvídalo: Satanás gana”.

    “Se llama conocimiento oculto. Satanás la envió para intentar disuadir a esa mujer de ir a un exorcismo. Y me ha pasado más de una vez. Son personas que hacen el trabajo a Satanás”, cuenta Rossetti.

    Este es quizá uno de los casos más extremos que el exorcista conoce de cómo el demonio puede manipular a aquellos sobre los que ejerce una mayor o menor influencia. Sin embargo, no es el único. De hecho, el exorcista se muestra convencido de que el fenómeno terrorista de “lobos solitarios” o casos aislados y espontáneos como el de Annunciation son ejemplos de ello.

    “Personalmente, estoy convencido de que el terrorismo de lobos solitarios en este país probablemente sea al menos en un 80% inspirado por los demonios. Muchos tienen problemas psicológicos o condicionantes. Pero, ¿qué podría ser más demoníaco que un tiroteo escolar con niños pequeños y luego matarte? ¿Hay algo más demoníaco?”, planteaba el sacerdote al remarcar el modus operandi: “Ve, entra en la escuela y dispara a todo el mundo”. Un episodio que, según Rossetti, serían una muestra más de esa batalla espiritual que se da en las calles, en el día a día.

    "Si tienes un demonio, solo llamas a un cura católico"

    Preguntado por las diversas formas en que las personas pueden verse afectadas por la acción extraordinaria del demonio como la posesión o la vejación, entre otras, el exorcista mencionó algunas especialmente arriesgadas. Es el caso de practicar la adivinación, las cartas del tarot, la ouija… “Ahí estate seguro de que tendrás un problema. Invitas a Satanás a entrar, y él contesta la llamada”, comenta.

    Otros casos comunes que observa en su día a día es el de personas que, sin mucha culpa consciente, se ven afectados por costumbres o hábitos familiares como ir a santería, vudú, brujería o curanderos.

    En determinado momento de la conversación, el exorcista subrayó con cierta perplejidad que en Estados Unidos, donde en torno el 20% de la población es católica, se ve como algo normal llamar al sacerdote ante problemas de este estilo.

    “En este país, si tienes un demonio llamas a un sacerdote católico. Todo el mundo lo sabe. ¿Por qué? La gente sabe que Jesús fundó la Iglesia y le dio la autoridad para expulsar demonios”, explica.

    Tres pasos para [casi] toda posesión

    En último término habló de personas que, siendo católicos de larga trayectoria, se ven en apariencia sorprendidos de sufrir episodios cercanos a la posesión, infestación o similares. Un proceso que, según el exorcista, comienza siguiendo tres pasos, y que describimos según sus palabras.

    1º Bajar el escudo de la fe

    El primer paso para ser víctima del demonio pasaría por dejar de practicar la fe, que la Carta a los efesios define como el “escudo” que protege: “Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; 15calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz. 16Embrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno”.

    2º Empezar a cometer pecados graves

    “Ya sabes cuáles son, lee los diez mandamientos y haz lo que dice Jesús”, anima el sacerdote.

    3º Iníciate en el ocultismo

    En tercer lugar, tras abandonar la fe y comenzar a cometer pecados graves, el exorcista agrega un tercer ingrediente que facilita la posesión o actuación extraordinaria del demonio como es el ocultismo: “Adivinación, tarot, brujería, maldiciones… Si haces esas tres cosas, tarde o temprano tendrás un problema”, advierte.



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