El Patrick Theillier dirigió la oficina médica de Lourdes 11 años
A través de un milagro o de una ECM la persona vive un encuentro santo, fuera de los límites terrestres |
ReL 25 julio 2016
El doctor Patrick Theillier, responsable
del Departamento de Constataciones Médicas del Santuario de Lourdes de
1998 a 2009, relata en Experiencias cercanas a la muerte (Palabra) numerosos testimonios que muestran, en su opinión, relaciones importantes entre las ECM (experiencias cercanas a la muerte) y las curaciones milagrosas. En ambos casos, considera, “son señales basadas en el testimonio de aquellos que los han vivido”.
Patrick Theillier habla de que las personas que regresan de una ECM, normalmente a causa de una muerte violenta, suelen vivir la experiencia como si se tratara de un milagro.
Por lo general no se trata de un milagro en el sentido estricto del
término: el médico advierte que muchos casos de "muerte clínica" pueden
estar en una franja de incertidumbre técnica que los hace diferentes a
los casos de muerte definitiva.
A partir de sus investigaciones, Thellier constata que las ECM y los milagros tienen a Dios como elemento común. A menudo en las primeras se produce el encuentro con un Ser espiritual superior, que encaja bien con la idea que se tiene de Dios. Y también los milagros se atribuyen a una intervención de origen divino, a la que se ha invocado con la oración, rituales, peregrinación, etc... El autor muestra, además, que ambas situaciones transforman a aquellos que las viven y causan profundas modificaciones en la forma de enetnder la vida y la muerte. Por lo general, tanto los que han vivido un milagro o curación en Lourdes (los que el doctor Thellier ha estudiado con más detallae) como los que han vivido una ECM pasan a ser más generosos, a estar más abiertos a las otras personas. En ambos casos este cambio procede del "encuentro" con ese "Ser espiritual".
Vivencias personales únicas
Las personas que experimentan un milagro testimonian un cambio total en su forma de ver la vida. Para todos ellos hay un antes y un después. Se trata de una vivencia personal única que debe descifrarse y autentificarse para garantizar su realidad. Otros han vivido la experiencia cercana a la muerte como un psicoanálisis acelerado, en la medida en que durante la ECM la persona tiene acceso a informaciones que le permiten comprender el origen de un trauma muy antiguo, hasta entonces muy escondido y separarlo. Eso puede ser el origen de una sanación o reparación de un daño personal interior. Las ECM como los milagros, no pueden explicarse por meras causas fisiológicas, psicológicas, culturales o religiosas. Son inexplicables desde el punto de vista médico. De hecho, no existen pruebas científicas estrictas que muestren lo experimentado subjetivamente, pues los métodos de la ciencia moderna no pueden adaptarse a estas experiencias humanas. Se trata, al final, de señales e indicios de algo que está Más Allá, con la particularidad de que siempre nos dejan la libertad de creer en ellas o no. Desde el punto de vista de las creencias En el contexto de la fe si uno cree que Dios ha intervenido para darle un conocimiento orientador o sanador se podría considerar como un milagro, aunque la curación sea sólo de carácter psicológico. Si no hay una explicación médica para una curación milagrosa que presenta características desconocidas para la medicina, en concreto la instantaneidad de la curación, sin convalecencia, así como su perfección no es posible comprender de qué se trata.
Los curados son personas normales. Tiene que haber un
mecanismo interno que actúe en un espacio de tiempo muy corto en el
interior de su organismo. ¿De dónde procede esta posibilidad? Si no
procede ni del cuerpo ni de la mente, su origen no puede ser otro que el alma espiritual.
Una persona curada milagrosamente a la que Patrick Theillier ha seguido con detalle y ha conocido de cerca, Jean-Pierre Bély, decía que adquirió una fuerza espiritual desconocida en él cuando recibió los tres sacramentos de sanación de la Iglesia: la Reconciliación, la Eucaristía y la Unción de enfermos. Aseguraba que esta energía recibida se difuminó por todo su organismo provocando su curación instantánea. Se liberó en el acto de dolencias que sufría desde los 16 años. Patrick Theillier insiste, por lo tanto, en que es en lo más profundo y sagrado de la persona, en el espíritu/corazón, se sea creyente o no, donde tiene lugar el proceso curativo y transformador. Y lo mismo ocurre con las ECM. Las personas que las han experimentado suelen decir que lo que han vivido tenía un carácter sagrado, más allá de los límites de lo terrenal.
Concluye Patrick que el Todopoderoso puede curarnos "siempre que lo
considere oportuno, obviamente. Algunas personas han recuperado la vista
después de su ECM y otras, no. Pues no somos nosotros los que sabemos
qué es lo mejor para nuestro ser y para nuestro destino último". La
libertad del Creador y su mayor sabiduría estarán siempre por encima de
nuestra visión limitada.
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