“La Virgen María nos ayude a conservar en el corazón y a hacer
fructificar los dones espirituales del Jubileo de la Misericordia”
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El santo padre Francisco
rezó la oración del ángelus al concluir la misa de este domingo en la
explanada de la basílica de San Pedro, con motivo del cierre del Año
santo de la misericordia, ante los miles de fieles allí reunidos.
A continuación las palabras del Papa:
“Queridos hermanos y hermanas. Al concluir esta celebración elevamos a
Dios alabanza y agradecimiento por el don que el Año santo de la
misericordia significó para la Iglesia y para tantas personas de buena
voluntad.
Saludo con deferencia al presidente de la República Italiana y a las
delegaciones oficiales presentes. Expreso vivo reconocimiento a los
responsables del gobierno italiano y a las instituciones por la
colaboración y el empeño que han puesto.
Un gracias caluroso va a las fuerzas del orden, a los operadores de
los servicios de recibimiento, de información, de sanidad y a los
voluntarios de diversas edades y proveniencias.
Agradezco de manera particular al Pontificio Consejo para la
Promoción de la Nueva Evangelización y a quienes han cooperado en sus
diversas articulaciones.
Dirijo un grato recuerdo a quienes han contribuido espiritualmente a
que el Jubileo haya salido bien: pienso a tantas personas ancianas y
enfermas que han rezado incesantemente, ofreciendo también sus
sufrimientos por el Jubileo. De manera especial quiero agradecer a las
monjas de clausura, en la vigilia de la Jornada Pro Orantibus
que se celebra mañana. Invito a todos a recordarse de manera particular a
estas nuestras hermanas que se dedican totalmente a la oración y tienen
necesidad de solidaridad espiritual y material.
Ayer en Avignon, Francia, ha sido proclamado beato el padre Maria-Eugene de l’Enfant Jésus,
de la orden de los carmelitas descalzos, fundador del instituto secular
“Nuestra Señora de la Vida”, hombre de Dios atento a las necesidades
espirituales y materiales del prójimo. Su ejemplo y su intercesión nos
apoye en nuestro camino de fe.
Deseo saludar cordialmente a todos los presentes, que han venido
desde varios países para la clausura de la Puerta santa de la basílica
de San Pedro. La Virgen María nos ayude a conservar en el corazón y a
hacer fructificar los dones espirituales del Jubileo de la Misericordia.
in
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