La Gobernación de la Ciudad del Vaticano desea que “el pequeño
Estado pueda de alguna manera convertirse en un bonito ejemplo de Estado
verde y no contaminante”
Ciudad del Vaticano - ©WIKIMEDIA COMMONS |
(ZENIT – Ciudad del
Vaticano).- El Vaticano cuenta, desde este lunes, con una nueva “área
ecológica”, ubicada en la Torre San Juan. El Gobernación de
la Ciudad del Vaticano ha explicado que “también el Estado más pequeño
del mundo produce sus residuos” y ya “desde hace algunos años se está
promoviendo la recogida diferenciada en las distintas oficinas y en las
casas de los residentes”.
El departamento competente de las
recogida de basuras, desde hace dos años, ha distribuido a los distintos
dispositivos los llamados “kit” para el reciclaje, que consiste en
contenedores de varios colores para distinguir los distintos tipos de
residuos y las bolsas para la recogida.
Los cubos, distribuidos por todo el territorio del Estado, han sido divididos según las diversas clases de residuos.
Así, por disposición de los
superiores, después de haber individuado un área idónea, la dirección de
los Servicios Técnicos, ha efectuado las intervenciones necesarias para
adaptarlas a las exigencias requeridas por las islas ecológicas. En
fase experimental, serán los envases de papel y cartón los que inauguren
la nueva isla ecológica. Para
comenzar –explica el comunicado de la Gobernación– se ubicará un
compactador pero, después de la primera fase, se espera que este se
convertirá en el principal punto de recolección para todo el Estado de
la Ciudad del Vaticano”.
En realidad, explican, ya desde hace
varios años, el Vaticano está haciendo la recolección de distintos
tipos de residuos en la zona conocida como la “Molazza”, donde se
colocan residuos como el hierro, la madera e “residuos inertes”, es
decir, los residuos de construcción, no peligrosos. Mientras que en la
zona llamada “Vignaccia” se
colocan los residuos clasificados como especiales (peligrosos y no),
tales como “aceite usado, equipos electrónicos, líquidos, etc.”.
De este modo, desde la Gobernación
del Vaticano recuerdan que la encíclica de Francisco Laudato Si’ ha
contribuido significativamente a acelerar los tiempos de producción y
puesta en servicio de reciclaje, aunque si en realidad ya se hacía pero
de forma menos organizada.La Isla ecológica del Vaticano obedece a la
cuestión de contrarrestar la cultura del descarte, que termina afectando
al planeta.
Los superiores de la Gobernación, el
cardenal Giuseppe Bertello y monseñor Fernando Vérgez Alzaga, y el
responsable de los Jardines y las basuras, Domenico Ambrifi, desean que
“el pequeño Estado pueda de alguna manera convertirse también en un
bonito ejemplo de Estado verde y no contaminante”.
in
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