De la diócesis de Maiduguri, en Nigeria, siguen llegando testimonios de superación y perdón, de cristianos que han sufrido por su fe y animan a sus hermanos de todo el mundo a mantenerse firmes en ella, generosos para ayudar, y apoyarse en Dios para sanar heridas y transformar el mundo.
Es el caso de Janada Marcus, que hoy tiene 25 años: los yihadistas mataron a sus familiares y la torturaron; el trauma la alejó de Dios, pero ha reconstruido su vida y su fe con ayuda y terapia, en el Centro de Atención al Trauma de Maiduguri, financiado en parte por benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
ACN España ha invitado a Janada a contar su testimonio en Madrid.
[Puedes ayudar a los cristianos perseguidos de Nigeria a través de ACN aquí].
El asesinato de su padre: burlas y crueldad
Janada Marcus y su familia lograron en los dos primeros ataques escapar ilesos del ataque del grupo yihadista Boko Haram. Pero el tercero fue fatal.
“El 20 de octubre de 2018, fue el día en que la luz se apagó en mi vida. Estábamos en nuestra granja en Maiduguri, trabajando alegremente y entonando himnos católicos para levantar el ánimo, cuando de pronto nos vimos rodeados por Boko Haram”, recuerda.
Los terroristas apuntaron con armas a su padre. Le dijeron que les dejarían en libertad si mantenía relaciones sexuales con su hija. “Yo no pude contener las lágrimas, temblaba. Mi padre nos miró a mi madre y a mí, pero yo evité devolverle la mirada porque me daba vergüenza. ¡Aquello era una abominación!”. Su padre inclinó la cabeza y respondió a los terroristas: "Antes prefiero morir que cometer esta aberración". Al oír eso, uno de los hombres sacó un machete y le cortó la cabeza. Después, los terroristas se fueron.
Secuestrada y torturada
Janada fue secuestrada en un camino dos años después. "Me llevaron al monte, donde durante seis días me torturaron emocional, física y mentalmente. Sufrí tal cantidad de experiencias terribles y perversas -algo inenarrable- que aquellos seis días me parecieron años. El 15 de noviembre de 2020 me dejaron en libertad y mi madre me llevó al Centro de Atención al Trauma gestionado por la diócesis de Maiduguri".
En casa Janada tenía pesadillas, sueños horribles y no tenía fuerzas para hablar con nadie. Su madre la empujó a ir a la parroquia. Allí encontró a un sacerdote, el padre Fidelis. Él rezó por ella, le dio palabras de ánimo y le ayudó a acudir al Centro de Atención al Trauma que la diócesis sostiene con el apoyo de ACN. "Tras varias sesiones de asesoramiento, me llevaron al hospital para un chequeo y para recibir tratamiento si fuera el caso".
"Él rezó por mí, me aconsejó, me habló acerca de la vida, de que mi vida cambiaría. Me preguntó, ¿qué es lo que tú quieres hacer? Yo le dije que me encantaría volver al colegio, así que me llevaron al colegio y pude graduarme. Hoy doy las gracias a Ayuda a la Iglesia Necesitada", explicó Janada.
Janada Marcus cuenta en Madrid su experiencia de secuestro, tortura, terapia y perdón.
La terapia, el perdón y Dios
"Al principio, mi experiencia me alejó de Dios", admite Janada. "Me era difícil confiar y volver a Él. ¿Dónde estaba Dios cuando mataron a mi padre, cuando me torturaban?"
Pero la vida siguió. "Tras mi proceso de sanación, encontré respuestas a mis preguntas. He aprendido que Dios nunca me ha abandonado. Pese a todo lo que he sufrido, seguiré confiando en Él y le serviré durante el resto de mi vida”. (…) Es difícil perdonar a mis agresores y olvidar, pero les he perdonado en mi corazón y rezo por la redención de sus almas".
Para Janada, el poder de la oración de su madre también ha sido importante. "Mi madre solía rezar por nosotras cada día. Nos enseñó que Dios nos manda perdonar para que tengamos paz en nuestra mente. Dios nos manda a perdonar a nuestros enemigos y es parte de nuestra fe cristiana. Yo los perdono cuando rezo y ya tengo paz en mi mente. Yo olvido, perdono y olvido".
Tras seis meses de terapia, oración y orientación, mejoró mucho. "Ahora estoy recuperada, aunque al principio me resultaba casi imposible dejar atrás mi pasado. Ahora estoy muy feliz, voy a darlo todo para terminar mi carrera universitaria y convertirme en alguien importante para la sociedad. He aprendido el arte de sanar dejando atrás mi dolor. Mi fe se ha fortalecido".
Reparto de las ayudas que envía Ayuda a la Iglesia Necesitada a la Iglesia nigeriana.
Ayudar a los cristianos en Nigeria
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