San Marino, estado soberano de 33.553 habitantes situado en el noreste de la península itálica, entre las regiones de Emilia-Romaña y Las Marcas, aprobó este domingo una ley de plazos que permite el aborto libre hasta la duodécima semana de embarazo, y más allá de ese periodo si existe peligro para la vida o salud física o psíquica de la madre o se descubren anomalías en el bebé.
El sí arrolló, pero con muy baja participación
La victoria del "sí" en el referéndum fue contundente, un 77,3% frente a un 22,7% de noes, aunque con una participación muy baja, del 41%. Es decir, menos de una tercera parte de los ciudadanos con derecho a voto optaron por la opción abortista, magro consuelo para lo que supone el final de una excepción en Europa: un país donde el aborto seguía siendo delito en todos los casos.
Tras el referéndum, el Congreso de San Marino dispone de seis meses para elaborar la reforma legislativa que proceda a su despenalización. Se trata de una derrota del partido democristiano en el gobierno, que había pedido el "no", y también de la Iglesia, que se movilizó activamente en un país mayoritariamente católico.
"Uno no puede considerarse católico y no reconocer que la vida humana es sagrada desde la concepción", había dejado claro el obispo de San Marino-Montefeltro, Andrea Turazzi, en una entrevista en los días previos a la votación: "Un creyente debe contemplar la acción creadora de Dios. El concebido está siempre dentro de una relación, un pacto especial con el Creador, tiene un alma inmortal".
Sin embargo, los católicos sanmarinenses han dado la espalda a esta inquietud, ya sea votando a favor, ya sea absteniéndose ante una ley de tal calado.
"Sigue siendo inaceptable"
Por eso, en un comunicado de este mismo lunes, monseñor Turazzi afima que "ahora llega el momento de la coherencia, no con declaraciones o proclamaciones, sino con un compromiso activo" de "ayuda a las mujeres y a las familias" y de "cercanía a quien ha vivido el drama de la interrupción voluntaria del embarazo": "Es un espacio de sufrimiento que nos une y nos provoca".
El obispo da las gracias a todos los que entregaron tiempo y esfuerzos a la campaña, "unos por un profundo sentimiento religioso de la vida, otros a la luz de la razón": "Para unos y para otros sigue siendo inaceptable que haya manos que supriman una semilla llena de vida en el seno materno".
Y hace autocrítica: "¿De qué han servido debates, encuentros y reflexiones si solo un mínimo porcentaje de sanmarinenses se ha expresado con el voto?".
Monseñor Turazzi recuerda que este mismo lunes, en sus palabras a la asamblea plenaria de la Pontificia Academia por la Vida, Francisco lamentó que el aborto se haya convertido en "un hábito que es muy feo, es realmente un homicidio, y para entenderlo bien quizás nos ayude hacernos una doble pregunta: ¿es justo eliminar, quitar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar a un sicario para resolver un problema? Esto es el aborto".
El obispo de San Marino convoca una Vigilia por la Vida Naciente para el lunes 29 de noviembre, pidiendo que sirva para "una nueva reflexión sobre el valor de la vida".
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