Lo fundó el Hermano Walfrid, marista, con católicos en Escocia, inspirado por el Hibernian
El Celtic FC, gran equipo de fútbol de la ciudad escocesa de Glasgow (rival de los Rangers en la ciudad) ha visitado Roma para jugar en la Champions League de la UEFA (el Lazio les ganó dos a cero) y ya de paso visitar al Papa.
Es un equipo de tradición católica, fundado a finales del s.XIX por un religioso marista contra la pobreza de niños y jóvenes, apoyando a inmigrantes católicos, y para el Papa era una ocasión de mostrar cómo el deporte, en la tradición católica, sirve para promover a los pobres y necesitados.
"El Celtic Football Club fue fundado en 1887 precisamente con el propósito expreso de aliviar la pobreza en la ciudad de Glasgow. Esta fue una iniciativa verdaderamente caritativa, por el bien de los hermanos y hermanas más pobres", recordó el Pontífice.
La gratuidad, las virtudes, la ejemplaridad
"En el deporte, lo más hermoso es la gratuidad, la belleza de jugar juntos", dijo el Papa a la delegación del Celtic en el Aula Pablo VI, antes de la audiencia general de este miércoles. Debido a su resfriado, que le ha dejado casi sin voz, el Papa habló poco y un asistente leyó su mensaje. Invitó a los jugadores a no perder nunca el amor por el deporte por sí mismo y apreciar que más allá de las ganas de ganar la verdadera victoria es “jugar el juego juntos, hasta el final, jugar como un equipo”. Esto, afirmó, “es lo más bonito del deporte”.
En su texto, el Papa alababa "las virtudes del coraje, la perseverancia, la generosidad y el respeto por la dignidad de los demás, otorgada por Dios". Y recordaba el origen del Celtic entre los católicos pobres de origen irlandés en Glasgow, para "aliviar la pobreza en la ciudad". Advirtió que hoy el fútbol "corre el riesgo de jugarse sólo con fines de lucro".
Animó a los deportistas a recordar el legado de su club y a preocuparse por su “integridad personal”, para que la gente los viera como “personas bondadosas, hombres de gran corazón que saben cómo ser administradores sabios de los muchos beneficios”.
Jugadores y técnicos del Celtic de Glasgow posan con el Papa Francisco en Roma.
La peculiar historia de un equipo que nació católico
La afición del Celtic siempre ha sido considerada peculiar, y de hecho en 2017 ganó el Premio a la Afición de la FIFA, que reconoce gestos especiales entre los aficionados: se premiaba su participación en el último partido de la temporada, celebrando 50 años de su obtención de la Champions League 1967.
El Celtic nació en 1887 entre jóvenes católicos de origen irlandés en Glasgow, ciudad donde eran una minoría de inmigrantes pobres y mal vistos por escoceses protestantes y bastante anticatólicos. Aún hoy, aunque el elemento religioso se ha desdibujado, el Celtic mantiene tradiciones católicas (como visitar al Papa) mientras que su rival, los Rangers, es de origen y tradición protestante.
Fue en la sacristía donde realizó una reunión de donantes y jóvenes, en 1887, para crear un equipo de fútbol que se llamase Celtic, por su inspiración irlandesa. Se buscaba así recaudar fondos para los niños pobres. También servía para atender a niños en las largas horas que sus padres obreros pasaban en las fábricas. Aquel equipo tan humilde llegaría a ser el más galardonado de Escocia.
En 2005, junto a su campo, el Celtic Park, los aficionados del equipo inauguraron, con el arzobispo de Glasgow, una estatua que recuerda al hermano Walfrid. Su tumba es también visitada por los aficionados del equipo. Hasta hace pocos años todos los sacerdotes católicos tenían entrada gratis en los partidos de los “católicos escoceses”.
La estatua que recuerda al Hermano Walfrid, fundador del Celtic FC en Glasgow.
Aún hoy el Celtic tiene un importante fondo económico para actividades caritativas, con actividades a favor de los niños desfavorecidos, de personas sin hogar, parados y para la lucha contra la drogadicción. Otros proyectos buscan el trato cordial entre comunidades de distintos signos religiosos, para superar los prejuicios, como aquellos que sufrieron sus bisabuelos inmigrantes al llegar a Escocia.
El precedente: el Hibernian en Edimburgo
La idea del marista Walfrid en Glasgow tuvo un precedente importante: el sacerdote irlandés Edward Joseph Hannan había fundado ya un equipo católico de jóvenes doce años antes en Edimburgo, en 1875, el Hibernian FC.
Edward Joseph Hannan y Michael Whelahan, su colaborador laico en la asociación CYMS de jóvenes católicos, habían comprobado que no dejaban jugar a los jóvenes irlandeses en los clubes escoceses. Había un elemento religioso y étnico, pero también de clase: el fútbol estaba naciendo y se veía como cosa amateur de caballeros en clubes de caballeros.
El Hibernian (antiguo nombre de los romanos para Irlanda), que durante varios años sólo admitió a miembros católicos integrados en la CYMS, fue quizá el primer equipo de fútbol que llevó el deporte a las calles y a la clase trabajadora y lo popularizó así.
Liga prohibida a irlandeses (católicos)
Al principio, la Asociación Escocesa de Fútbol dijo al nuevo club que la liga era "para escoceses, no irlandeses" y dio orden a todos los equipos de que no jugaran ni se trataran con el Hibernian.
Pero los católicos no se desanimaron, entrenaron, jugaron entre ellos y buscaron algún grupo que rompiera el tabú y aceptara jugar contra ellos. El Heart de Midlothian, que se había fundado un año antes, aceptó jugar en la Navidad de 1875, rompiendo la prohibición. El padre Hannan y Michael Whelahan se dedicaron metódicamente a visitar y a ganarse la amistad de los representantes de clubes escoceses, enfatizando lo que les unía: ¡todos querían difundir este nuevo deporte por todo el país y entre los jóvenes!
Apenas 6 años después de su fundación, el Hibernian lograba atraer en cada partido a miles de espectadores y eso generaba dinero que se usaba en obras de caridad, en los servicios de la asociación de jóvenes católicos y en los gastos del equipo en sí. Parte se dedicaba a construir su campo de fútbol.
Cuando los católicos de Glasgow fundaron el Celtic, ya conocían, por la experiencia de Edimburgo, que la iniciativa podía ser muy rentable y eficaz. El hermano Walfrid había pedido varias veces ayuda económica al padre Hannan, que había respondido siempre. Hannan propuso un partido benéfico de los Hibernians, no en su Edimburgo natal, sino en Glasgow. Acudieron 12.000 espectadores. En un solo partido el hermano Walfrid consiguió más dinero que todo lo que había logrado recoger en sus actividades caritativas previas.
Decidió que Glasgow -que tenía muchos más católicos que Edimburgo- necesitaba su propio club católico. El padre Hannan le dijo que no debía llamarse Hibernian de Glasgow, para evitar confusiones. Así surgió el Celtic de Glasgow.