En la perspectiva de la derogación del Obamacare bajo la presidencia
de Trump, la conferencia episcopal desea una reforma sanitaria que
tutele la vida y se extienda también a los inmigrantes
Hospital - © Pixabay |
(ZENIT – Roma).- Sí a la no
financiación del aborto, no a los recortes en las gastos sanitarios en
general. Es la posición de los obispos estadounidenses en relación con
la “contrarreforma” prometida por el nuevo presidente Donald Trump, a
siete año de la entrada en vigor de la Affordable Care Act, más conocida como Obamacare.
Como primer acto de su ingreso el
viernes en la Casa Blanca, Trump firmó en seguida un decreto para quitar
los costes de la reforma sanitaria de su predecesor.
Contemporáneamente está en discusión en el Congreso, la derogación y la sustitución del Obamacare, del cual, sin embargo, el episcopado quisiera salvar algunos principios.
En una carta firmada por monseñor
Frank J. Dewane, obispo de Venice y presidente de la Comisión Episcopal
de justicia y desarrollo humano, los prelados dirigen un llamamiento a
los parlamentarios, para que “trabajen juntos para proteger a los
americanos más vulnerables y conservar los pasos importantes realizados
hacia adelante en tema de cobertura y acceso a las curas sanitarias”.
Como recuerda el mismo monseñor
Dewan, al mismo tiempo, los obispos había criticado la reforma de Obama
por su financiación y facilitación a las prácticas abortivas y por la
falta de acceso a los cuidados por parte de los inmigrantes. A pesar de
eso, reconocen que la nueva ley ha aportado “importantes mejoras de
cobertura” que “deben ser conservadas”.
Una posible derogación del Obamacare,
por tanto, no tendría que suceder –desean los obispos– sin la
aprobación de una “plan sustitutivo que asegure el acceso a curas
sanitarias adecuadas para esos millones de ciudadanos que ahora se
confían de este instrumento para la tutela de su salud”.
Obligar a una gran parte de la
ciudadanía a tener que vaciar su bolsillo para la salud, podría llevar a
una “gran incertidumbre que en este momento resultaría particularmente
devastador”, prosigue la nota.
La asistencia sanitaria, añaden los
obispos, no debe ser vista como un “lujo” sino como una “plataforma
necesaria para ayudar a los individuos y a las familias a prosperar y
contribuir al bien común de la sociedad y de la nación”.
En conclusión, el episcopado afirma
la posibilidad de realización de un sistema sanitaria “universal y
sostenible”, para adoptarse “en una modalidad que incluya la protección
de la vida, de la libertad de conciencia y de los inmigrantes”.
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