En la homilía de este viernes, el Santo Padre recuerda que la ley del
Señor no es una forma de actuar externa, entra en el corazón
El Papa en Santa Marta - © Osservatore Romano |
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El
papa Francisco, en la homilía de la misa celebrada esta mañana en Santa
Marta, ha invitado a vencer la mentalidad egoísta de los doctores de la
ley que siempre condena. Haciendo referencia a la primera lectura del
día, el Papa ha subrayado que la nueva alianza que hace Dios con
nosotros en Jesucristo nos renueva el corazón y nos cambia la
mentalidad. Dios renueva todo –ha asegurado el Papa– desde la raíz, no
solamente en la apariencia.
El Pontífice ha indicado que la ley
del Señor no es una forma de actuar externa, entra en el corazón y “nos
cambia la mentalidad”. En la nueva alianza “hay un cambio de mentalidad,
hay un cambio de corazón, un cambio de sentir, de forma de actuar”,
“una forma diferente de ver las cosas”.
Siguiendo en esta línea, ha precisado
que la nueva alianza “nos cambia el corazón” y “nos hace ver la ley del
Señor con este nuevo corazón, con esta nueva mente”. El Santo Padre ha
invitado a pensar en los doctores de la ley que perseguían a Jesús.
Hacían “todo, todo lo que estaba prescrito en la ley” pero “su
mentalidad estaba lejos de Dios”. Tal y como ha explicado el Papa era
una mentalidad egoísta, centrada en sí mismos. Su corazón –ha lamentado–
era un corazón que condenaba, siempre condenando. Mientras que “la
nueva alianza nos cambia el corazón y nos cambia la mente. Hay un cambio
de mentalidad”.
El Santo Padre ha recordado que “va
adelante”, “nos asegura que perdonará las iniquidades” y “no se acordará
más de nuestros pecados”. Bromeando, Francisco ha indicado que “es la
debilidad de Dios” que cuando perdona, olvida.
Finalmente, el Pontífice ha
reflexionado sobre “el cambio de pertenencia”. Nosotros –ha subrayado–
pertenecemos a Dios, los otros dioses no existen, son estupideces. De
este modo, ha invitado a pedir la Señor “ir adelante en esta alianza de
ser fieles”.
Cambiar el corazón, cambiar la vida,
no pecar más o no hacer recordar al Señor lo que ha olvidado con
nuestros pecados de hoy, cambiar la pertenencia: “nunca pertenecer a la
mundanidad, al espíritu del mundo, a las estupideces del mundo,
solamente al Señor”.
in
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