Francisco, junto a una estatua de Lutero |
El Vaticano y el Consejo Mundial de Iglesias elaboran un texto común para el V Centenario de la Reforma
Los obispos españoles piden "dejar atrás la mutua desconfianza y las lecturas parciales y tendenciosas de la historia"
Jesús Bastante, 04 de enero de 2017 a las 13:21
500 aniversario de la Reforma de Lutero
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Este es el texto consensuado
por el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los
cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de
Iglesias de cara a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
que se celebra del 18 al 25 de enero próximo y que, este año, tiene como
marco el V Centenario de la Reforma luterana.
En el mismo, tanto la Santa Sede como el CMI animan a "buscar la unidad durante todo el año",
y ofrecen una serie de reflexiones conjuntas para la semana de unidad
"y para todo el año" 2017. Un año cargado de esperanzas en el camino
ecuménico.
Así, en la introducción al tema se destaca cómo en 1517 "Martín Lutero levantó preocupaciones acerca de lo que él consideraba abusos en la Iglesia de su tiempo haciendo
públicas sus 95 tesis. 2017 es el 500 aniversario de este
acontecimiento crucial en el movimiento de la Reforma que ha marcado la
vida de la Iglesia occidental a lo largo de muchos siglos".
Un acontecimiento que, reconoce el texto, "ha sido un tema controvertido en
la historia de las relaciones intereclesiales en Alemania también en
los últimos años". Después de "extensos y a veces difíciles debates"
sobre la conveniencia de "celebrar" una ruptura, se ha llegado a la
conclusión que "si se pone el énfasis en Jesucristo y en su obra
reconciliadora como centro de la fe cristiana, los interlocutores
ecuménicos de la EKD (católicos romanos, ortodoxos, baptistas,
metodistas, menonitas y otros) podrían participar en las celebraciones
del aniversario".
"Si se tiene en cuenta que la historia de la Reforma se ha caracterizado por una dolorosa división, este es un logro muy considerable", constata el documento, que apunta al documento "Del conflicto a la comunión",
elaborado por la Comisión Luterano-Católico Romana sobre la Unidad como
crucial para entender el trabajo en pos de la unidad y para "llegar a
un entendimiento compartido de la conmemoración". Así, "después de
siglos de mutuas condenas y vilipendios, los católicos y los luteranos
en 2017 conmemorarán por primera vez juntos el comienzo de la Reforma".
En este contexto del aniversario, el Consejo de las Iglesias de
Alemania (ACK), invitado por el Consejo Mundial de las Iglesias, asumió
la tarea de elaborar los materiales para la Semana de Oración por la
Unidad de los Cristianos de este año. El comité, compuesto por una
decena de miembros de distintas confesiones cristianas, asumió la tarea
de conmemorar la Reforma luterana y abogar por la unidad, con dos
énfasis: "por un lado, debería haber una celebración de la gracia y el amor de Dios,
la «justificación de la humanidad a través de la sola gracia»,
reflejando la preocupación principal de las Iglesias marcadas por la
Reforma de Martín Lutero. Por otro lado, también se debería reconocer el
dolor por las profundas divisiones subsiguientes que afligieron a la Iglesia, hablar claramente de culpa y ofrecer una oportunidad para dar pasos hacia la reconciliación".
Finalmente, fue la Exhortación Apostólica del papa Francisco de 2013
Evangelii Gaudium («La alegría del Evangelio») la que aportó el tema de
este año, al utilizar la cita: «El amor de Cristo nos apremia».
En el documento, las confesiones cristianas abogan por "ir más allá
de nuestras oraciones por la unidad entre los cristianos", instando a un
"testimonio común". "El mundo necesita embajadores de
reconciliación que rompan barreras, construyan puentes, hagan la paz,
abran puertas a nuevas formas de vida en el nombre de aquel que nos
reconcilió con Dios, Jesucristo. Su Espíritu Santo nos conduce por el
camino de la reconciliación en su nombre", se afirma.
Mientras se preparaba este texto (2015), "muchas personas e Iglesias
en Alemania practicaban la reconciliación ofreciendo hospitalidad a los
numerosos refugiados que llegaban de Siria, Afganistán, Eritrea y de países de los Balcanes occidentales,
buscando protección y una nueva vida. La ayuda concreta y las
importantes acciones que se llevaron a cabo contra el odio al extranjero
fueron un claro testimonio de reconciliación para la población alemana.
Como embajadores de reconciliación, las Iglesias ayudaron
activamente a los refugiados a encontrar nuevas viviendas y, al mismo
tiempo, intentaban mejorar las condiciones de vida en sus países de
origen. Actos concretos de ayuda son tan necesarios como orar juntos por
la reconciliación y la paz si queremos que aquellos que están escapando
de situaciones terribles puedan tener algo de esperanza y de consuelo".
"¡Que la fuente de la gracia reconciliadora de Dios pueda manar en la
Semana de Oración de este año, de modo que muchas personas puedan
encontrar paz y se puedan construir puentes! ¡Que muchas personas e
Iglesias sean apremiadas por el amor de Cristo a vivir vidas
reconciliadas y a derribar los muros que dividen!", concluye el
documento, llamado a proseguir un camino cuyo primer gran paso fue dado
por Francisco en Lund, suscribiendo un documento conjunto con el
presidente de la Federación Luterana Mundial.
Por su parte, en su mensaje para esta jornada, los obispos españoles subrayan esta celebración, destacando que "una de las notas más destacables de este centenario es que tiene lugar por primera vez en una época ecuménica,
después de años de diálogo y de varios acuerdos teológicos alcanzados
en temas importantes, habiéndose hecho un importante esfuerzo por dejar atrás la mutua desconfianza y las lecturas parciales y tendenciosas de la historia".
Para la Comisión de Relaciones Interconfesionales de la CEE, los
viajes del Papa a Lesbos, junto al patriarca Bartolomé, su encuentro con
Kirill en La Habana, la firma de un documento conjunto con el arzobispo
de Canterbury, Justin Welby, el Concilio Panortodoxo de Creta o el
encuentro interreligioso celebrado en septiembre en Asís "nos impulsan a
comprometernos con más fuerza en los diálogos ecuménicos en sus
distintos niveles para llegar pronto a un mutuo reconocimiento de la validez de los sacramentos y del ministerio eclesial".
in
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