Religión en EEUU |
Un estudio constata el inmenso poder de la religión en EE.UU. durante la "era Donald Trump"
Sólo un representante de la Corte norteamericana afirma no pertenecer a ninguna confesión
Cameron Doody, 04 de enero de 2017 a las 19:37
(Cameron Doody).- Una sola representante en el nuevo Congreso de los Estados Unidos se declara no creyente, lo que viene a demostrar el inmenso poder de la religión en la nueva era de Trump. Esta es la conclusión clave de un nuevo estudio del Pew Research Center, que viene a demostrar que el nuevo parlamento norteamericano está compuesto en un 91% por varios tipos de cristianos.
No ha habido tantos cristianos en las cortes estadounidenses desde
los principios de los 60, etapa en que un 95% de los congresistas se
declararon miembros de diferentes iglesias. Y eso pese a que la población cristiana del país ha descendido en el último medio siglo, situándose en un 71%.
La disminución de estadounidenses que se identifican como cristianos no corresponde con la inmensa influencia que la religión aún ejerce en el país.
Más bien, esta autoridad se puede apreciar en el alto porcentaje de
votantes que todavía se decantan por candidatos religiosos a la hora de
acudir a las urnas, tal y como explicó el director adjunto de
investigación en el Pew Research Center, Greg Smith, al Religion News Service.
"¿Por qué ha crecido la gente sin afiliación religiosa entre el
público, pero no en el Congreso?", se preguntó Smith. "Una explicación
posible es que la gente nos dice que prefieren votar a un representante
electo que sea religioso que a uno que no lo sea".
Un estudio de Pew de enero del año pasado, prosiguió Smith, demostró que más de la mitad de los encuestados se manifestaron menos proclives a votar por un aspirante al Congreso que no fuera creyente.
Un porcentaje que fue diez veces mayor al de los que declararon que
serían más propensos a votar por un candidato de este tipo.
Es más, en 2014, como recordó el académico, un 60% de los adultos de EEUU respondieron a Pew que fue importante que los congresistas tuvieran fuertes convicciones religiosas. "No ser creyente es realmente una carga política", sentenció Smith a RNS.
En términos de las proporciones exactas de cristianos y miembros de otras religiones en la nueva asamblea, Pew destaca la sobre-representación no sólo de católicos y protestantes, sino también de judíos.
Mientras que un 21% de la población americana se manifiesta católica,
un 31,4% de sus representantes en el Congreso pertenecen a la Iglesia
de Roma. Un 48% de los ciudadanos son protestantes, aunque el porcentaje
de este colectivo se incrementa a un 55,9% en el parlamento. Por
último, aunque los judíos componen solo un 2% de la sociedad
estadounidense, suponen el 5% de los miembros de las nuevas Cortes.
La proporción de miembros de las religiones budista, mormona,
musulmana y ortodoxa viene a ser más o menos la misma que en la sociedad
más ampliamente.
Los datos de Pew destacan la vasta infrarepresentación de los no creyentes estadounidenses en las cámaras de la Capital Hill. Aunque este colectivo social supone el 23% del total de los ciudadanos, la única congresista que se declara no creyente es Kyrsten Sinema, una demócrata de Arizona.
Explicando este dato llamativo Casey Brescia, de la Coalición Secular de EEUU, dijo a RNS que la brecha es "literalmente 100 veces más" los no creyentes en la sociedad que en el Congreso.
"Hay un precio que pagar por presentarse abiertamente como un
candidato no religioso", opinó Brescia. "Muchos legisladores son reacios
a expresar de forma abierta su no fe o de concurrir a las elecciones
como un candidato no creyente".
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