200 clérigos y 10.000 laicos de origen anglicano en estas comunidades vivas
"El Papa Benedicto es un revolucionario y lo que está haciendo es revolucionario. Esto es la conclusión lógica del Movimiento de Oxford del siglo XIX", afirmaba en 2011 el ex-obispo anglicano Robert Mercer, unos meses antes de hacerse católico.
"Lo que estaba haciendo" Benedicto XVI era lanzar una vía de acogida para anglicanos que querían hacerse católicos en grupo, manteniendo elementos de su liturgia y tradición: los ordinariatos anglocatólicos.
Con los años se han consolidado en Inglaterra, EEUU y Australia, y a ellos se fueron acogiendo una docena de antiguos obispos anglicanos, más de 200 clérigos y unos 10.000 fieles, casi todos antiguos anglicanos.
Muchos de ellos rezan hoy una novena especial por el pontífice difunto. En el de Estados Unidos han celebrado ya su misa de requien solemne por Benedicto, según el uso anglicano del rito latino.
Ordinariatos: unidad de los cristianos, ortodoxia en doctrina
Mercer había sido obispo anglicano de Matabeleland, Zimbabue, entre 1977 y 1987. Se fue del cargo sintiéndose más y más disgustado con el anglicanismo liberal y su falta de autoridad doctrinal. En 1988 pasó a un grupo de anglicanos conservadores en Canadá, la Traditional Anglican Church. En 2012, ya con 77 años, se hizo católico y entró en el ordinariato anglocatólico de Nuestra Señora de Walsingham. "Durante 400 años las Iglesias católica y anglicana han hablado de forma bastante estéril de reconciliarse. Ahora está sucediendo", declaró.
No es extraño que mencionara al "Movimiento de Oxford", que impulsó en el siglo XIX John Henry Newman, clérigo anglicano que se hizo católico y llegó a ser cardenal poco antes de su muerte. En 2010, en Birmingham, Benedicto XVI beatificó a Newman y alabó a los santos de Inglaterra. Un año después, creaba los ordinariatos.
Una carretera para recibir anglicanos al catolicismo
La constitución Anglicanorum Coetibus en 2009 y la creación de los ordinariatos anglocatólicos desde 2011 fue la más influyente aportación de Benedicto XVI a la causa de la unidad de los cristianos. Ofrecía una forma de recibir comunidades enteras de anglicanos que se hicieran católicos manteniendo su patrimonio cultural, aspectos litúrgicos propios y algunas peculiaridades.
Los clérigos anglicanos casados que se hicieran católicos serían examinados caso a caso y recibirían dispensas especiales para ingresar en estos ordinariatos y ser ordenados al sacerdocio católico.
En el texto de Anglicanorum Coetibus Benedicto XVI explicaba su motivación: "En estos últimos tiempos el Espíritu Santo ha impulsado a grupos de anglicanos a pedir en varias ocasiones e insistentemente ser recibidos, también corporativamente, en la plena comunión católica y esta Sede apostólica ha acogido benévolamente su solicitud. El Sucesor de Pedro, que tiene el mandato del Señor Jesús de garantizar la unidad del episcopado y de presidir y tutelar la comunión universal de todas las Iglesias, no puede dejar de predisponer los medios para que este santo deseo pueda realizarse". Y añadía: "Toda división entre los bautizados en Jesucristo es una herida a lo que la Iglesia es y a aquello para lo que la Iglesia existe".
Este deseo de facilitar la unidad llevó al Papa Benedicto a la creación de algo insólito y novedoso: los ordinariatos anglocatólicos.
Primero 3 obispos, luego otros tres... y un goteo posterior
El 15 de enero de 2011, Benedicto XVI erigía el Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham para recibir en la Iglesia a los anglicanos del territorio de Inglaterra y Gales, y también de Escocia. En una serie de ceremonias llena de simbolismo, tres antiguos obispos anglicanos se hicieron católicos, luego fueron ordenados diáconos y luego sacerdotes.
Keith Newton, que unos meses antes era obispo anglicano de Richborough, pasó a ser el ordinario de los nuevos católicos de Nª Sª de Walsingham, con mitra, pectoral y anillo, pero al ser un hombre casado no fue ordenado obispo. Le acompañaron esos días al catolicismo los que habían sido obispos Burnham, de Ebbsfleet, y Broadhurst, de Fulham. Unos meses después, se les sumaban dos obispos anglicanos jubilados, Edwin Barnes y David Silk, antiguo obispo de Mallarat, en Australia. Y un poco después, Mercer.
Keith Newton con el Papa Benedicto XVI en Roma... desde 2011 Newton pastorea el Ordinariato de católicos de herencia anglicana en Gran Bretaña (unos 1.800 en 60 comunidades).
Se fueron consolidando 3 ordinariatos creados por Benedicto XVI: en Gran Bretaña, en Norteamérica y en Australia, salpicando luego con grupos en Japón, Papúa y las Marianas.
Los primeros años fueron complicados, sobre todo económicamente. Patronos que habían prometido dinero y apoyo no cumplieron. Benedicto XVI ordenó entonces apoyar al ordinariato inglés con dinero vaticano en sus primeros inicios.
Al pasar los años, la apuesta de Benedicto XVI por los ordinariatos parece más capaz de ofrecer frutos selectos que de mover masas, pero no hay duda de que se ha consolidado. Hay entre los tres ordinariatos unos 200 clérigos que antes eran anglicanos, al menos 13 antiguos obispos anglicanos y casi 10.000 fieles que también lo eran.
Steenson, entonces ordinario de los anglocatólicos de EEUU, y Newton, de los de Gran Bretaña, en febrero de 2013, en Roma. Fueron obispos anglicanos. Como católicos, visten de monseñor, tienen el título de monseñor, mitra, báculo y pectoral. Pero no son obispos, aunque son sacerdotes.
Obispos y personalidades anglicanas hacia la unidad
Los ordinariatos -en un contexto de caos doctrinal en el mundo anglicano y protestante liberal- no han dejado de atraer a figuras inquietas del anglicanismo.
En mayo de 2021 fue recibido como católico en la catedral de Liverpool, John Goddard, de 73 años, casado, con dos hijos, que había sido obispo "volador" de Burnley del 2000 a 2014. Y en septiembre de ese año dimitía tras 8 años como "obispo volador" de Ebbsfleet, Jonathan Goodall, de 60 años, casado con 2 hijos, también anunciando su voluntad de hacerse católico. (Los obispos "voladores" anglicanos son los que no cubren un territorio, sino una serie de parroquias anglicanas dispersas, más conservadoras, que piden una atención especial -por ejemplo, no quieren ser regidas por obispesas o sacerdotisas).
Raphael Kajiwara, que había sido obispo anglicano en Yokohama, Japón, durante 17 años, se hizo católico y sacerdote del ordinariato con sede en Australia en 2015. Él y otro sacerdote ex-anglicano impulsan las dos comunidades japonesas del ordinariato.
Rafael Kajiwara, que fue durante 17 años obispo anglicano de Yokohama, se hizo católico en 2015 a través del ordinariato; aquí, como sacerdote católico, bautiza a un adulto en 2017 en Japón.
En Navidad de 2019 se hizo católico Gavin Ashenden, antiguo capellán de la Reina de Inglaterra y predicador bastante mediático, después de pasar unos años como obispo de una pequeña comunidad de anglicanos tradicionalistas. "Como unas cuantas personas bajo el ojo público nos movemos, empezamos a dar un signo cultural que muestra que puedes ser un católico inglés sin ser irlandés o italiano", dijo Ashenden, resumiendo algo que hacía pensar a algunos ingleses.
Han pasado años, el anglicanismo se ha ido desdibujando cada vez más y los ordinariatos se han estabilizado, atrayendo un goteo de personas espiritualmente exigentes. Una nueva normativa desde 2019 facilita que se incorporen a ellos conversos de otros orígenes, católicos que no se hayan confirmado aún, familiares de anglicanos, sacerdotes de origen anglicano pero que se incorporaron al catolicismo en décadas anteriores, etc... Así, el Papa Francisco ha ampliado el radio de acción de los ordinariatos.
Sin embargo, la Iglesia no ha hecho ningún esfuerzo por implantar los ordinariatos en África (donde viven la mayor parte de los anglicanos del mundo) ni adaptar el modelo a entornos luteranos europeos. Pero esto es aún algo que podría suceder en décadas futuras. La pelota que Benedicto XVI puso a rodar, puede dar muchas vueltas antes de marcar goles inesperados.
Los 3 ordinariatos anglocatólicos
Inglaterra también cuenta con la primera comunidad de religiosas ex-anglicanas: las Hermanas de la bendita Virgen María (Sisters of the Blessed Virgin Mary, SBVM), de regla y espiritualidad benedictina, 11 religiosas llegadas de dos comunidades religiosas anglicanas previas. Son las pioneras en una nueva realidad ecuménica.
Todas estas realidades miran con agradecimiento a Benedicto XVI, el Papa que les abrió las puertas y puso en marcha una nueva experiencia de unidad desde la diversidad de tradiciones y herencia litúrgica.
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