Otto Bermúdez, nieto de una estrella de la música popular: «Soy un milagro de la Virgen»
Otto Bermúdez creció en una familia de músicos y de testigos de Jehová. Y lo hizo entre grandes talentos, exigencias, disciplina... y apartado de cualquier tipo de milagros, resurrecciones y de la propia Virgen María. Nieto de Lucho Bermúdez, el gran intérprete de la música popular colombiana del siglo XX, Otto iba a descubrir la fe católica a través de personas y situaciones que Dios ponía en su camino, de un modo totalmente insospechado.
Como él mismo cuenta, su transformación y conversión tendrían que pasar primero por derrumbar lo que le habían inculcado desde la infancia: que Jesús murió en la Cruz pero no resucitó, y que los milagros y la Virgen María no existían. Los acontecimientos de su vida le fueron dando la certeza de que todo aquello estaba equivocado. Otto Bermúdez se considera hoy "un milagro de la Virgen" y ha contado su testimonio en el canal Mater Mundi.
Del por qué, al para qué
Otto tenía quince años cuando se rompió la pierna en ocho partes en un accidente de moto. Había dos opciones: hacerle una transfusión de sangre o practicarle una amputación. Su padre, con rotundidad, como testigo practicante, le dijo al médico que se la amputaran. El doctor objetó que no podía cortarle la pierna a una persona tan joven. El padre respondió que, en el caso de que le pusieran sangre nueva, la pierna se pudriría. Hoy, a sus 45 años, su pierna derecha está totalmente sana.
Aquella operación no quedaría ahí. La transfusión de sangre que le hicieron en aquel momento se iba a convertir en un arma arrojadiza contra Otto. "Tú eres así porque tienes sangre maldita", le decía su familia. "Para un muchacho de quince años aquellas palabras eran como puñaladas", reconoce. El joven empezó a desarrollar un dolor profundo en el corazón y, para ganarse a su familia, se empezó a introducir más en la organización de los testigos de Jehová.
En 2020, el cantante colombiano abrazó la fe católica. Y, un año más tarde, en mayo de 2021, contrajo matrimonio por la Iglesia (Aquí puedes escuchar sus canciones).
Aquel sufrimiento le estaba empezando a transformar, de preguntarse un por qué, había pasado a un para qué. A los 23 años, Otto fue padre soltero de una niña con una enfermedad llamada enterocolitis (una infección que produce perforaciones en el intestino). Era 31 de diciembre y, por su trabajo de músico, estaba fuera del país. Consiguió regresar el 3 de enero para ver a su hija. Nada más hablar con los doctores, estos le dieron dos opciones: o le hacían una transfusión de sangre o dejaban a la niña a su suerte.
"Entendí que lo que había pasado conmigo a los quince años era la preparación que Dios estaba haciendo para que entendiera lo que es el amor de un padre", confiesa. Esta vez, de manera también rotunda, le dijo al médico que él ofrecería su propia sangre para su hija. Hoy, a sus 21 años, la hija de Otto está perfecta de salud y vive en España. Pero, la transfusión de sangre que recibió Sara, le acarrearía muchos problemas dentro de los testigos de Jehová. "Antes de que me echaran, renuncié yo", reconoce.
Lo tenía decidido
Como Otto ya no tenía los frenos de la religión, se fue al otro extremo, y comenzó a llevar una vida despreocupada. "Fue como si soltaran una bolita de nieve desde arriba de una montaña. Llegaron los excesos, la fiesta, las drogas, el alcohol...", confiesa. Otto recuerda un viaje que hizo a Nueva York, con su grupo de música, donde le tocó compartir habitación con un compañero que rezaba muchísimo. "Yo llegaba a las cuatro de la mañana con un vaso de licor, y ahí estaba él, rezando, arrodillado ante la cama", comenta. Otto tuvo que estar con aquel hombre los tres meses que duró la gira.
Los excesos en la vida de Otto cada día eran mayores. Hasta que el 22 de diciembre de 2012, sobre un escenario, le dio un derrame, que derivó en una trombosis. El cantante se había quedado mudo. Cuando le dieron el alta hospitalaria, una amiga llamó a su familia para que supieran de su estado de salud, pero la madre contestó: "Cuando él renunció a los testigos, renunció también a esta familia". El músico empezó a quedarse sin dinero y los amigos desaparecieron. Estaba entrando en una depresión.
Como ya no tenía los frenos de la religión, se fue al otro extremo, y comenzó a llevar un vida despreocupada. "Fue como si soltaran una bolita de nieve desde arriba de una montaña. Llegaron los excesos, la fiesta, las drogas, el alcohol...", confiesa.
Encerrado a oscuras en su habitación, se preguntaba: "¿No tenías el mundo a tus pies? ¿dónde está ahora?". Empezó a desesperarse, hasta que un día le dijo a Dios que, si no le ayudaba, se quitaría la vida. Cuando ya estaba todo preparado, sonó el teléfono. "Otto, estoy del otro lado del mundo. Estoy haciendo un Rosario y me acordé de tí. ¿Cómo estás?", le dijo su antiguo compañero de habitación de Nueva York. Y, entonces, Otto comenzó a preguntarse si de verdad existían los milagros.
Su compañero de habitación le propuso acudir a un Pentecostés que se iba a celebrar en Medellín (Colombia). Otto llegó destrozado y sin nada que ofrecer. Pero, allí, escuchó al sacerdote decir que si entregaba sus cargas a Dios, la Virgen intercedería por él. "Yo no te conozco, no sé si existes, pero si haces algo por mí, entonces te voy a conocer", le dijo Otto a María aquella tarde. La Virgen le levantó del suelo y medió para que tuviera otra oportunidad. "Uno se arrodilla con angustia y se levanta con una bendición", comenta.
Todo vuelve a encajar
Por primera vez en mucho tiempo, Otto deseaba volver a casa para quitar las telas que tapaban las ventanas. Compró libros de la Virgen y empezó a ir a terapia. "Cuando haces un pacto de fe con Jesús, Él siempre paga por adelantado, se sale del negocio", afirma Otto. El primer día de rehabilitación le aconsejaron que se buscara otro trabajo, porque no podría volver a cantar. Seis meses después, se volvía a subir a un escenario. "Aprendí que la oración activa la fe y, la fe, activa el milagro. A partir de aquel día dejé de creer en los milagros, y me convertí en un milagro", apunta.
Otto se fue recuperando y Dios empezó a devolverle "todo lo que el diablo le había ido quitando". "Perdí una familia y Dios me dio una familia inmensa, que es la Santa Iglesia Católica", asegura. Y, tiempo después, también fue recuperando a su familia de sangre. Otto no sabe bien cómo, pero en el camino sucedió la reconciliación con sus padres, con quienes mantuvo una compleja relación desde que le diera la espalda a los testigos de Jehová. Y, también, recuperó el amor de una hija a la que había descuidado.
Aquí puedes ver el testimonio completo del músico Otto Bermúdez.
En 2020, después de prepararse bien, el cantante abrazó la fe católica. Y, un año más tarde, en mayo de 2021, contrajo matrimonio por la Iglesia. Otto Bermúdez, el músico y misionero católico colombiano, tuvo que experimentar grandes dramas en su vida para poder conocer lo que eran los milagros, Jesús y la Virgen María. Hoy, siempre que puede, abre su corazón para dar testimonio de un pasado y un presente lleno de esperanza.
Sem comentários:
Enviar um comentário