En las calles de Homs, los cristianos han colocado numerosas imágenes de Cristo en las ruinas |
Los Houdaib son una familia extensa, como muchas otras familias de Siria. Evon es la madre y abuela de la prole. Con 80 años sigue al frente de los suyos y más aún desde que su marido, George, falleció hace unos años por un problema en el corazón. “Tenemos 11 hijos, todos están vivos, gracias a Dios. Sé que esto no es algo habitual en los tiempos que estamos atravesando en Siria. Muchas personas han perdido hijos, padres y hermanos.”
La familia abre su casa recién rehabilitada para compartir la alegría de la vuelta al hogar: “Ahora vivimos más separados unos de otros. Antes de la guerra todos mis hijos vivían cerca de este barrio, estábamos muy unidos. Eso es lo que más lamento, también que mi marido no pudiese ver esta casa reconstruida, ese era su mayor sueño”, comenta Evon.
La mayoría de los cristianos del barrio no han vuelto
El matrimonio Houdaib ha vivido en esta casa durante toda su vida, desde recién casados. En el año 2012, durante uno de los peores bombardeos que asolaron la ciudad, una parte del tejado calló y bloqueó la salida de la casa. El hogar de los Evon está en el piso bajo de una edificio de viviendas en Al Hameedye, un barrio próximo al centro histórico de Homs. Antes, para llegar a la casa había que superar varias barreras de escombros que bloqueaban las calles, parapetos fabricados durante los combates.
Hoy los escombros han sido retirados de las calles y aunque aun es difícil que entren los coches, se puede andar con cierta normalidad. Entre los edificios destaca el Palacio Haiyar, un palacete que era una de las joyas arquitectónicas de Homs. Los vecinos han colocado unas imágenes del Via Crucis y una gran cruz delante del edificio, todo rodeado de ruinas. “Esta era una zona mayoritariamente cristiana, seguimos conservando el mismo ambiente, aunque la mayoría de los vecinos aún no han regresado”, comenta Marwan, hijo mayor de Evon.
"Hay una enorme crisis económica, no hay trabajo"
Marwan agradece el apoyo obtenido por parte de la Iglesia local, que ha financiado las obras de reconstrucción de la casa de su madre: “Seguimos necesitando apoyo, porque también nos hacen falta medicinas y pagar una operación a la que se tiene que someter mi hermana. La guerra se marchó de Homs hacia el norte, a la región de Idlib, pero ahora hay una enorme crisis económica, no hay trabajo y continúan los cortes de luz”.
Junto al Palacio Haiyar han colocado imágenes de Cristo
La Iglesia, a través de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necestiada (ACN), ha donado 500.000 libras sirias (unos 1.500 €) para la familia Houdaib, “no parece mucho dinero para otros países, pero aquí eso es una fortuna hoy. Por supuesto, sabemos que gente fuera de Siria nos está apoyando de forma desinteresada. No sé qué decirles, gracias y que no nos sentimos solos gracias a ellos”, habla Ragaa, otra hija de Evon.
En la casa están reunidos también varios nietos, la tercera generación. Son Wael, de 20 años, que trabaja como repartidor en un restaurante, y Joudi, de 13, que está en el instituto y de mayor le gustaría estudiar Farmacia, como su tía Ragaa. Comentan que lo más difícil de estos últimos años ha sido el tener que huir de un sitio para otro, separándose de sus primos y de sus amigos.
Imagen de cómo han quedado las calles de Homs tras estos años de guerra
“Sí, esto ha sido una gran pena” – asegura Evon- “Nos tuvimos que marchar de aquí a Feiruzy, un pueblo de las afueras de Homs, luego de allí a Hanessa, otra localidad del extrarradio de la ciudad. En 2016, cuando Homs fue liberada, regresamos pero no hemos podido volver a esta casa hasta hace unos meses, gracias a la ayuda de ACN”.
En la Misa encuentran la fuerza para seguir adelante
A pesar de que muchos sirios se han visto forzados a marcharse, incluso fuera del país, la familia Houdaib ha tratado de mantenerse unida y ahora se sienten muy felices de estar juntos de nuevo. “Nuestra motivación para recuperar nuestro hogar es cumplir la voluntad de nuestro padre George”, afirma Marwan. Evon asiente con la cabeza, sale del comedor y regresa con una imagen de su marido: “Hemos perdido todo pero no hemos perdido la fe.Seguimos juntos, vamos a la Iglesia a celebran la Misa juntos. De ahí es de donde sacamos las fuerzas necesarias”.
Marwan trabaja como chófer en el Arzobispado de la Iglesia Sirio-ortodoxa, su sede está la iglesia del Sagrado Cinturón de Santa María. El templo se levanta sobre una antigua cripta, lugar de oración de los cristianos datada en el año 50. Según la tradición, en este templo se conserva un cinturón perteneciente a la Virgen María, que ésta misma entregó al apóstol Santo Tomás durante su Asunción al cielo. Una reliquia que se conserva con devoción, y que da muestra de las profundas raíces cristianas de Siria. La familia Houdaib es una de las muchas que acuden a este lugar a pedir a la Virgen María protección y la paz para el país.
Evon, Marwan, Ragaa y el resto, son las piedras vivas de la Iglesia en Homs, que hoy mantienen la presencia cristiana y hacen del Evangelio una Buena Noticia encarnada. Ellos son también una de las primeras 100 familias que han podido ya reconstruir sus casas después de años de muerte y destrucción, gracias al apoyo de organizaciones como ACN. Reconocen que por delante tienen muchos retos, que aún hay trabajo por hacer, pero aseguran que nunca dejarán esta tierra y que su casa está abierta a todo el que lo necesite.
Puede ayudar en las necesidades básicas de los cristianos sirios a través de la campaña "Indestructibles en la fe" de Ayuda a la Iglesia Necesitada
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