Telegrama del Papa Francisco
El Papa Francisco En Santa Marta (Foto Copyright L'Osservatore Romano) |
El Papa Francisco se muestra “profundamente entristecido tras conocer la pérdida de vida y daños causados en el ataque a la iglesia de San Felipe, en Ozubulu” y extiende sus “condolencias de corazón” al obispo y a los fieles de la diócesis de Nnewi, en particular a las familias de las víctimas y los afectados en esta tragedia.
El Santo Padre, a través del Secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolin, ha emitido hoy, lunes, 7 de agosto de 2017, un telegrama al Obispo de Nnewi (Nigeria) con sus condolencias por las víctimas del ataque en la iglesia católica de San Felipe de Ozubulu (Nigeria), ocurrido ayer durante la Misa de la mañana.
Tras el ataque en Nigeria, el Papa Francisco expresa en el telegrama que se siente “profundamente entristecido tras conocer la pérdida de vida y los daños en el violento ataque en la iglesia católica de San Felipe, Ozubulu” y Su Santidad “extiende sus condolencias de corazón a todos los fieles de la Diócesis de Nnewi, en particular a las familias de las víctimas y de todos los afectados por esta tragedia”.
Asimismo, el Santo Padre escribe en la carta que desea “invocar la bendición divina de consolación y fortaleza” a toda la Diócesis.
Objetivo fallido
La Agencia Fides, órgano de información de las Obras Misionales Pontificias, informa de que el ataque en la iglesia de San Felipe en Ozubulu ha dejado 12 muertos y más de 20 heridos, mientras que el diario británico “The Guardian” y estima que fueron alrededor de 48 personas las que murieron en el accidente. La situación no está clara por el momento.
Así lo informan a Fides fuentes de la Iglesia local que reconstruyen de esta forma el episodio: “El objetivo de los asesinos era Aloysius Ikegwuonu, un importante traficante de droga que ha ganado enormes sumas de dinero en Sudáfrica, donde controla una banda dedicada a la distribución de cocaína”.
Según narran estas fuentes, “al volver a su estado natal, Anambra, Ikegwuonu invirtió una parte de su `fortuna´ en la construcción de obras públicas tales como carreteras o, entre otras, la iglesia donde ha tenido lugar la masacre, convirtiéndose en benefactor de la población local hasta el punto de que circulan por Internet vídeos en los que se ve a Ikegwuonu repartiendo dinero por la calle.
Los asesinos eran sus ex-cómplices que lo acusan de haber robado la mayor parte de lo conseguido con la distribución de la droga. Ayer Ikegwuonu había organizado una ceremonia de agradecimiento en la iglesia de San Felipe pero, en el último momento, fue advertido de que sus ex-cómplices habían planificado atacarlo. Por eso, evitó acudir a la ceremonia. El grupo de asesinos irrumpió en la iglesia y, no encontrándolo, asesinó al padre de Ikegwuonu y a otras personas que estaban allí al creerlos miembros de la familia”. (L.M.)
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