15 agosto 2017
A la izquierda, monseñor Li; a la derecha, monseñor Xie. |
Monseñor Li Jantang nació en 1925 y fue ordenado sacerdote en 1956. Entre 1966 y 1980 estuvo encerrado en un campo de trabajo forzado. Al ser liberado, volvió allí para servir en la parroquia. En 1994 fue ordenado obispo de la diócesis y se consagró a mejorar las condiciones de la misión de la comunidad. Desde 1996 hasta 2008 fue profesor, y dos años rector, del seminario de Shanxi, clausurado por el gobierno comunista local en 2013. También fundó el seminario menor y el convento de Nuestra Señora de los Siete Dolores. En 2010 ordenó a sacerdote Meng Ningyou como obispo coadjutor de la diócesis y se retiró en 2013. La diócesis de Taiyuan cuenta más de 80.000 fieles.
Monseños Xie Tingzhe nunca fue reconocido como obispo por el régimen chino. Su vocación nació muy pronto, e ingresó en el seminario menor de Lanzhou en 1945. Hacia fines de los años 50, siendo seminarista, fue llevado a prisión por negarse a pertenecer a la Asociación Patriótica, organismo títere creado por el régimen comunista a modo de Iglesia paralela cismática. Entre 1961 y 1980 estuvo recluido en una fábrica de Urumqui, en un campo de trabajo forzado. Tras ser liberado en 1980, pudo al fin ser ordenado sacerdote, y optó por servir a los católicos de Xinjiang, donde él pasó casi dos décadas como prisionero. En 1991 fue ordenado obispo de Urumqi de modo clandestino, y en 1994 fue recibido en secreto por Juan Pablo II. Fue muy activo en el uso de internet como vía de difusión del Evangelio, y en los chat enseñaba cantos en latín a los jóvenes. Su diócesis cuenta con casi 9.000 fieles, en una región donde la mayoría de la población es musulmana.
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