Juliet Stevenson comprobó en la India cómo perdura su recuerdo
Janet Stevenson quedó impresionada por su personaje cuando conoció in situ el trabajo realizado por la Madre Teresa. |
Jordi Picazo / ReL 19 agosto 2016
El Papa Francisco canonizará el próximo 4 de septiembre a la Beata Teresa de Calcuta. Entrevisto por teléfono a Juliet Stevenson, reconocida actriz británica de teatro y cine, que encarna a Teresa de Calcuta en la película de 2014 Cartas de la Madre Teresa [The Letters]. Es
un drama que explora la vida de la madre Teresa de Calcuta a través de
cartas que escribió a su viejo amigo y director espiritual, el padre Celeste van Exem, durante un período de casi cincuenta años.
Juliet es una mujer que ha editado todas las obras de Jane Austen para audiolibros, así como alguna de Virginia Woolf, iconos de feminismo y feminidad en la cultura británica. Se declara atea, aunque le da tristeza no poder creer en la vida eterna. Inicialmente decidió interpretar a la Madre Teresa como un reto puramente profesional. La película ganó en 2014 los premios a mejor director y mejor actriz en el Festival Internacional de Cine Católico Mirabile Dictu, patrocinado por el Pontificio Consejo para la Cultura.
En no pocas ocasiones se han manipulado las cartas escritas por Teresa de Calcuta a su director espiritual, sin comprender el sentido espiritual de la sequedad y noche oscura del alma que desvelaban, y que vivió durante buena parte de su vida. El postulador de su causa, el padre Brian Kolodiejchuck, concedió en su día numerosas entrevistas sobre estas cartas,
en las que explica la gran prueba que Dios le mandó y su gran fuerza
espiritual y Fe. Sobre esto y la película conversamos con Juliet
Stevenson.
-Juliet, ¿qué aspecto de Madre Teresa destacas como mujer, como personaje que interpretas? -Su fuerza. Definitivamente con absoluta certeza encontré esa fuerza que ella tenía. Pase muchísimo tiempo investigando sobre ella. Descubrí muchas cosas acerca de ella que no sabía… -Como por ejemplo… -De una forma extraña se convirtió en una mujer muy ambiciosa. Y esto es una cosa buena. Ella era bastante una mujer en el mundo, en cosas que tal vez no hubiéramos pensado relacionar con ella. Hablando con algunas monjas de su orden me comentaban que había sido muy disciplinaria, muy, muy estricta. Esto interesantemente se mezclaba con una enorme compasión por los pobres y los enfermos y los moribundos en las calles de Calcuta Sí que era muy autoritativa y de alguna forma entró en conexión con su propio poder y fama. Y también entró en contacto con líderes de países, algunos de los cuales eran gente muy dudosa. Llegó también a compartir esa gran amistad con la princesa Diana. Era así, consciente de su propio estatus y sabía también cómo usar su estatus para recaptar fondos para su orden y su obra caritativa. »Y sí, tenía en la línea que me preguntas esa fuerza interna: estaba muy llevada por esa fuerza. Lo que ahora es realmente fascinante es saber por estas cartas que tuvo esa lucha tan fuerte con sus dudas, al pensar, como revela la película, que Cristo la había abandonado. Y esto durante cuarenta años, ¡cuarenta años! Y de ahí probablemente que tuviera que sacar esas fuerzas de sí misma, desarrollar esa increíble fuerza para seguir adelante.
-Pero sabemos, Juliet, que
eso es común en grandes santos. Si me permites el atrevimiento de
comentar esto, señalaría a Santa Teresa de Ávila por ejemplo,
acostumbrada a dialogar con Jesús. Le preguntó por qué Él permitía que
le ocurriera esta o aquella tribulación. Jesús le dijo: “Porque te amo”.
Teresa de Ávila le respondió en su buen humor chisposo: “Si así tratas
a tus amigos, ahora comprendo por qué tienes tan pocos”. O el mismo San
Juan de Ávila, o San Juan de la Cruz, en su Noche oscura del alma o
San Pío de Pietrelcina, que sufría esas terribles batallas cuerpo a
cuerpo con el diablo. No es poco común. Y en algunas ocasiones la gente
puede pensar: “¡Oh!, tenía dudas de fe”.
-Sí, esto es un buen matiz, un comentario muy importante; y Madre Teresa estaba aterrorizada de la sola idea de que estas cartas a su director espiritual sobre esta lucha interior y sensación de abandono pudieran hacerse públicas. Y fue inflexible a la hora de mandar que se mantuvieran secretas. De alguna forma incluso podría ser que hubiera temido que su reputación se viera perjudicada. Lo que ha pasado en cambio es que se ha decidido que estas cartas revelan una lucha que ciertamente merece una canonización, pues ella permaneció fiel y dedicada a su obra manteniendo la fe a pesar de ese sentimiento de abandono. -En alguna ocasión has mencionado que algunos de los personajes que encarnas se van y otros se quedan. En el caso de Madre Teresa, ¿ella se quedará o se irá de tu vida como actriz? -Ella se quedará, se quedará. De hecho, se ha quedado. Algunas veces encarnas un personaje y te resulta muy fácil encontrarlo. Te resulta cercano, simplemente es fácil entenderlo. Algunas veces sin embargo encarnas un personaje y ha resultado ser un viaje muy largo hasta poder acoplarme con él. En el caso de la Madre Teresa de Calcuta ha sido un viaje largo: literalmente, y también como metáfora. Por un lado fui a la India para interpretarla, y por otro lado me llevó antes mucho trabajo conocerla. »No se me ocurre que pueda llegar yo personalmente a ser más diferente de lo que era ella. Para empezar, yo mido 1,76 metros y ella era muy bajita. También te diré que su personaje no me gustaba cuando me propusieron interpretarla. No me gustaba nada y fue precisamente por eso que me interesé en interpretarla. Además no soy católica y me dije a mí misma que ciertamente este era uno de los mayores retos con los que podía enfrentarme. Yo no hago unos castings normales, mis castings son un poco extraños y de hecho cuando el director me hizo llamar para darme el papel yo contesté “creo que se debe haber equivocado, comprobadlo”.
»Cuando fui a la India mi percepción de ella cambió. Vayas donde vayas
ahí te enfrentas con escenas terribles: niños, mendigos, tumbados en
plena calle… La pobreza es… ¡tan chocante!... La falta de ayuda a la
gente, la falta de un Estado que tenga una seguridad social... ¡Es tan
chocante en todas partes! Y desarrollé un respeto por cualquier persona
que decida cuidarse de esta gente. Ella personalmente se ocupó de 40.000
cuerpos, 40.000 personas humanas que llevó en sus brazos personalmente a
un lugar donde ella podía alimentarlos, lavarlos, amarlos. Y fue
entonces cuando comencé a cambiar mi idea sobre ella, porque…, escucha
lo que te digo, en Occidente es muy fácil criticarla. Pero no tenemos ni
idea de lo que es vivir en la India o andar entre los pobres que no
tienen ni la más mínima ayuda de ningún tipo. En España, en Inglaterra…
¿cómo te lo diré?, tenemos un sistema de seguridad social, un Estado del
Bienestar, tenemos ayuda y recursos mientras que en la India estás solo
contigo mismo. Ya a nadie le puedes importar menos. Muy poca, insisto,
muy poca gente puede incluso darse cuenta de esa miseria. Por tanto
tener a alguien totalmente dedicado a esta gente descartada de la
sociedad en demasía… Empecé a pensar en ella en otros parámetros.
-¿Que traerá tu interpretación al mundo? Tú tratas siempre de comunicar a través de tus venas lo que sientes acerca de un personaje, así lo explicas no pocas veces. ¿Qué traerá esta película a la gente que la verá a través de tus venas y las de la madre Teresa? -Supongo que [piensa la respuesta]… ¡Ha sido una buena pregunta! Vivimos en 2016, un tiempo oscuro, ¿sabes lo que quiero decir? Tenemos una crisis de refugiados a tan gran escala que ciertamente sabemos que no se había vivido desde la Segunda Guerra Mundial. Tenemos una colección de gobiernos europeos que parece que no les importe lo que está sucediendo. Y parece que no aceptan sus propias responsabilidades. Tenemos en Europa 10.000 niños refugiados desaparecidos, sufrimos una increíble falta de compasión. Por todo lo dicho creo que esta es una película acerca de la compasión. Acerca de gente a quien sí les importan los que no tienen nada, los descartados de la sociedad. Y éste es, como me preguntabas, el mensaje que quiero que la gente se lleve de mi película. -Una anécdota que recuerdes ahora sobre la producción y realización de la película. -Bueno, no soy muy buena recordando anécdotas. A veces sobre cosas que no hice bien o que a veces pienso que no llegué a alcanzar... La película ha sido escrita y dirigida por Bill Riead, que está absolutamente enamorado de Madre Teresa; si discutimos alguna vez fue porque yo pensaba que la película tenía que tomar en algún momento alguna dirección menos “beatífica”. Yo estaba más interesada en la mujer, no en la santa. En la mujer, en sus faltas, en sus contradicciones Y el guión no permitía siempre mostrar todas las facetas de Madre Teresa. Aunque soy consciente de que eso es tal vez pedir demasiado. Cuenta una historia muy interesante. Y tenemos reflejada la duda, tenemos la visión acerca de la lucha con la duda. Eso tendría que ser suficiente. »Me pides una anécdota de esos días… Mira, estuve en la India un mes y ¡pasaron tantas cosas! Una cosa extraordinaria que recuerdo es sobre la ocasión en que estuvimos en un slum, un barrio periférico de miseria, en la segunda ciudad de Goa, Margao; rodamos allí, donde las religiones predominantes son el islam y el hinduismo. Y estuvimos allí semanas y semanas. Y estando ahí un día de pie con mi sari blanco con el ribete azul sobre el blanco, hábito de las Hermanas de la Caridad de la Madre Teresa, estando en mitad del rodaje se me acerca un hombre viejo, y de repente se echa a mis pies. Sentí un peso en mis pies, miré y vi a un hombre que besaba el borde de mi sari. Fue para mí un tremendo shock, todo el mundo vio la situación. Pregunté qué significaba esto y me dijeron: “Bueno, está besando a Madre Teresa”. Y yo comenté: "¡Pero si está muerta!”. A lo que me respondían: "Sí, pero no importa, de hecho para él tú sigues siendo Madre Teresa. El ve ese sari y se echa al suelo".
»Y es que, para los pobres de la India, Madre Teresa es todavía esa
fuente de ayuda. En la India ella es todavía esa luz, ¿sabes lo que te
quiero decir?: es esa mujer que llegó un día y se ocupó de los más
pobres de entre los pobres. Incluso para la gente educada: incluso la
gente muy sofisticada y progresista, en la India, la considera una
persona increíble.
-Hemos tenido recientemente unas Jornadas Mundiales de la Juventud en Polonia con el Papa Francisco. ¿Piensas que la juventud de hoy está preparada para vivir la compasión, la comprensión y la tolerancia, o están demasiado inmersos en una cultura del consumismo y tal vez no vayan a ser capaces de ofrecer al mundo lo que tú o yo o tantas personas quisiéramos, que es compasión, y comprensión, y empatía? -Mi preocupación en este momento es la crisis de los refugiados. He dedicado muchísimo trabajo a la crisis de los refugiados. Y en este terreno he estado trabajando con gente joven entre las edades de 20 y 35 años. ¡Y me siento tan inspirada, tan impresionada! Esta generación siento que posee una enorme compasión. Son sorprendentes, siento que son conscientes, astutos, sabios; mentalizados a implementar un cambio, y no a través de la política de partidos sino más bien trabajando desde la base a través de las redes sociales, o como voluntarios. Tengo por tanto mucha esperanza en esta generación, poseen toneladas de compasión. Aunque no todos, por supuesto, no podemos generalizar. Pero sí la mayoría de los que he encontrado personalmente entre este rango de edad y trabajando con los refugiados: ¡son increíbles! -Gracias Juliet, por tu tiempo. -Gracias Jordi, me ha alegrado charlar contigo, me ha encantado. Adiós.
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