AsiaNews 31 diciembre 2015
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El padre Carlo Torriani, en la capilla de Swarga Dwar. |
"Quedé sorprendido cuando leí que en Italia, en una región de la Lombardía, no se quería poner el belén en una escuela para no ofender a los no cristianos. Nuestros chicos en Swarga Dwar, casi todos no cristianos, se apresuran a preparar el pesebre según su imaginación". Lo dice a AsiaNews el padre Carlo Torriani, sacerdote misionero del PIME (Pontificio Instituto Misiones Extranjeras) que ha trabajado en la India durante cuarenta años al servicio de los enfermos de lepra .
En 1984 el padre Torriani fundó un dispensario para leprosos en Taloja, a pocos kilómetros de Bombay/Mumbai, donde son recibidos los enfermos y sus hijos, a menudo rechazados por las escuelas públicas por miedo al contagio. Junto con el dispensario hay un ashram, un lugar de retiro y meditación según la tradición india. Lo llamó Swarga Dwar, o Puerta del Cielo, y aquí es donde los hijos de los leprosos "están esperando ansiosamente la Navidad".
He aquí la reflexión del padre Torriani.
La Navidad es la fiesta más esperada y la más sentida en Swarga Dwar
Swarga Dwar es un ashram para la rehabilitación de los leprosos sanados, pero deformados. También hay un hogar para los hijos de los leprosos para facilitar su asistencia a las escuelas públicas y darles un futuro mejor que sus padres. Están especialmente estos cuarenta niños que esperan la Navidad.
En India la Navidad es una fiesta nacional. El Estado reconoce las fiestas de todas las religiones en la India. Así se convierten en "días de fiesta de precepto", es decir fiestas infra-semanales, los principales festivales hindúes, budistas, jainistas, parsis y dos cristianas: el nacimiento y la muerte de Jesús, la Navidad y el Viernes Santo, y por supuesto el Año Nuevo.
En Swarga Dwar esta convivencia entre las religiones se facilita por el hecho que además de una capilla católica también tienen un lugar de oración donde tenemos los símbolos de las doce religiones más grandes. Todos los días, a la mañana celebramos la Santa Misa en la capilla católica; por la noche, media hora antes de la cena nos encontramos en la otra capilla, digamos, ecuménica. Cantamos bhajans (letanías de canto) durante 20 minutos, luego leemos un pasaje de una de las escrituras (Biblia, Corán, Gita, el Dhammapada, Granth Sahib); luego recitamos una corta oración que proviene de una de estas tradiciones religiosas y acabamos pidiendo en el canto: "¿Qué vamos a hacer Señor en tu memoria?". Todos respondemos: "Vamos a compartir nuestra comida, nuestro tiempo y nuestras vidas, hasta llegar a compartir tu gloria".
En este ambiente pluralista (en la India dicen "laico") es natural que todo el mundo celebre la Navidad. Quedé sorprendido cuando leí que en Italia, en una región de la Lombardía, no se quería poner el belén en una escuela para no ofender a los no cristianos. Nuestros chicos en Swarga Dwar, casi todos no cristianos, se apresuran a preparar el pesebre según su imaginación. Un año pusieron la cueva con José, María y Jesús y figuritas que les hemos dado. Luego fueron a buscar, yo no sé de dónde, estatuas de deidades indias -Krishna, Shiva, Vishnu, Ganesh, Saraswati- y las pusieron delante de la cueva como ponemos los tres Reyes Magos. Cuando les pregunté por qué ponían esas estatuas hindúes, dijeron: "Hoy es el cumpleaños (el día del nacimiento) del Buen Jesús y todos los otros dioses vinieron a felicitarlo".
En mi corazón yo hice una oración: "Jesús, ¿qué te parece? Ahora que estás en su corazón hazles entender la diferencia. Eres el único que murió por todos los hombres". Por mi parte, me dije: "Si quiero que respeten y amen a Jesús y mi religión debo comenzar por respetar la suya".
Al comienzo del Adviento, siempre en la capilla de la tarde, leemos brevemente los inicios de los cuatro Evangelios con el fin de llegar a la Navidad con el nacimiento de Jesús según San Lucas. Luego continuamos la lectura de uno de los Evangelios hasta la Semana Santa con la pasión y muerte de Jesús. Es entonces cuando les digo: "Aquel Jesús nació en Belén y murió en la cruz por todos nosotros. ¿Qué podemos nosotros hacer por él?".
En 1984 el padre Torriani fundó un dispensario para leprosos en Taloja, a pocos kilómetros de Bombay/Mumbai, donde son recibidos los enfermos y sus hijos, a menudo rechazados por las escuelas públicas por miedo al contagio. Junto con el dispensario hay un ashram, un lugar de retiro y meditación según la tradición india. Lo llamó Swarga Dwar, o Puerta del Cielo, y aquí es donde los hijos de los leprosos "están esperando ansiosamente la Navidad".
He aquí la reflexión del padre Torriani.
La Navidad es la fiesta más esperada y la más sentida en Swarga Dwar
Swarga Dwar es un ashram para la rehabilitación de los leprosos sanados, pero deformados. También hay un hogar para los hijos de los leprosos para facilitar su asistencia a las escuelas públicas y darles un futuro mejor que sus padres. Están especialmente estos cuarenta niños que esperan la Navidad.
En India la Navidad es una fiesta nacional. El Estado reconoce las fiestas de todas las religiones en la India. Así se convierten en "días de fiesta de precepto", es decir fiestas infra-semanales, los principales festivales hindúes, budistas, jainistas, parsis y dos cristianas: el nacimiento y la muerte de Jesús, la Navidad y el Viernes Santo, y por supuesto el Año Nuevo.
En Swarga Dwar esta convivencia entre las religiones se facilita por el hecho que además de una capilla católica también tienen un lugar de oración donde tenemos los símbolos de las doce religiones más grandes. Todos los días, a la mañana celebramos la Santa Misa en la capilla católica; por la noche, media hora antes de la cena nos encontramos en la otra capilla, digamos, ecuménica. Cantamos bhajans (letanías de canto) durante 20 minutos, luego leemos un pasaje de una de las escrituras (Biblia, Corán, Gita, el Dhammapada, Granth Sahib); luego recitamos una corta oración que proviene de una de estas tradiciones religiosas y acabamos pidiendo en el canto: "¿Qué vamos a hacer Señor en tu memoria?". Todos respondemos: "Vamos a compartir nuestra comida, nuestro tiempo y nuestras vidas, hasta llegar a compartir tu gloria".
En este ambiente pluralista (en la India dicen "laico") es natural que todo el mundo celebre la Navidad. Quedé sorprendido cuando leí que en Italia, en una región de la Lombardía, no se quería poner el belén en una escuela para no ofender a los no cristianos. Nuestros chicos en Swarga Dwar, casi todos no cristianos, se apresuran a preparar el pesebre según su imaginación. Un año pusieron la cueva con José, María y Jesús y figuritas que les hemos dado. Luego fueron a buscar, yo no sé de dónde, estatuas de deidades indias -Krishna, Shiva, Vishnu, Ganesh, Saraswati- y las pusieron delante de la cueva como ponemos los tres Reyes Magos. Cuando les pregunté por qué ponían esas estatuas hindúes, dijeron: "Hoy es el cumpleaños (el día del nacimiento) del Buen Jesús y todos los otros dioses vinieron a felicitarlo".
En mi corazón yo hice una oración: "Jesús, ¿qué te parece? Ahora que estás en su corazón hazles entender la diferencia. Eres el único que murió por todos los hombres". Por mi parte, me dije: "Si quiero que respeten y amen a Jesús y mi religión debo comenzar por respetar la suya".
Al comienzo del Adviento, siempre en la capilla de la tarde, leemos brevemente los inicios de los cuatro Evangelios con el fin de llegar a la Navidad con el nacimiento de Jesús según San Lucas. Luego continuamos la lectura de uno de los Evangelios hasta la Semana Santa con la pasión y muerte de Jesús. Es entonces cuando les digo: "Aquel Jesús nació en Belén y murió en la cruz por todos nosotros. ¿Qué podemos nosotros hacer por él?".
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