Dos escuelas fueron alcanzadas por bombas israelíes en vísperas de cumplirse 9 meses de guerra.
Una de las escuelas era la escuela católica de la Sagrada Familia, en Gaza, perteneciente al Patriarcado Latino, que ha sido durante meses un refugio para cientos de civiles: allí han muerto 4 personas.
Además, según fuentes de Al Yazira, el 6 de julio, misiles israelíes alcanzaron la escuela Al Jawni de Nuseirat, gestionada por Naciones Unidas (Unrwa), donde se alojaban palestinos desplazados que habían huido de la Franja, matando al menos a 16 personas. Un comunicado del Ejército aseguró que el ataque era contra "terroristas" que operan en la zona. La agencia palestina Wafa informó de que el edificio se utilizaba como refugio para desplazados y albergaba a cientos de personas, principalmente mujeres y niños.
"Otro día. Otro mes. Otra escuela golpeada", escribió ayer el jefe de la Unrwa, Philippe Lazzarini, en la plataforma social X (antes Twitter). La portavoz de la agencia de la ONU para los palestinos, Juliette Touma, dijo a AFP que 190 instalaciones, más de la mitad de las que gestiona la Unrwa en la Franja, habían sido atacadas desde el 7 de octubre, algunas de ellas "más de una vez", y que al menos 196 trabajadores de instalaciones de Naciones Unidas habían muerto por los ataques, dos de ellos durante el pasado fin de semana.
"Cuando empezó la guerra cerramos las escuelas y se convirtieron en refugios", prosiguió la portavoz, y hay al menos "450 incidentes" relacionados con edificios de la agencia. Es una cantidad de ataques a instalaciones de la ONU "sin precedentes en la historia de Naciones Unidas", detalló.
Condena enérgica del Patriarcado
El Patriarcado Latino publicó un comunicado sobre las bombas contra la escuela católica de Gaza. "Aunque propiedad del Patriarcado Latino de Jerusalén, la Escuela de la Sagrada Familia ha sido, desde el comienzo de la guerra, un lugar de refugio para cientos de civiles. Ningún personal religioso reside en la escuela. El Patriarcado Latino condena en los términos más enérgicos los ataques contra civiles o cualquier acción beligerante que no garantice que los civiles permanezcan fuera de la escena del combate. Seguimos orando por la misericordia del Señor y esperamos que las Partes lleguen a un acuerdo que ponga fin de inmediato al horrible baño de sangre y la catástrofe humanitaria en la región", dice el comunicado.
El Patriarcado construyó una escuela en Gaza en 1974, y unas nuevas instalaciones modernas en 2001 con el esfuerzo del entonces párroco de Gaza, el padre Manuel Musallam, con donativos generosos del extranjero, sobre todo de católicos. Como la parroquia, la escuela está dedicada a la Sagrada Familia, que pasó por Gaza camino de Egipto. Antes de esta guerra ofrecía guardería, educación primaria y secundaria a 700 niños.
Nueve meses de guerra, recuento de baja
La guerra empezó con el ataque terrorista de Hamás contra el sur de Israel, que mató a 1.195 personas, en su mayoría civiles, y secuestró a 251 rehenes, 116 de los cuales siguen en manos de Hamás o en paradero desconocido.
Según el ministerio de Sanidad de Gaza (controlado por Hamás) los estragos del ejército israelí en estos 9 meses incluyen:
Solo 15 de los 36 centros sanitarios de la Franja de Gaza siguen activos de forma parcial, según datos de Sanidad, y afrontan una grave escasez de trabajadores y suministros médicos, incluidos anestesia y antibióticos. Unos 500 sanitarios y médicos (no combatientes) han muerto por los ataques israelíes, con centenares más sido heridos y unos 310 detenidos, según datos del ministerio. Además, 130 ambulancias han sido destruidas en la guerra en curso. El ataque a personal no combatiente, ambulancias, instalaciones civiles, etc, es un crimen de guerra.
Las cifras que da el ministerio controlado por Hamás pueden ponerse en duda, pero incluso si fueran una quinta o una sexta parte, el coste en sangre de civiles es desproporcionado. Maryse Guimond, Representante Especial de ONU-Mujeres en Palestina (un departamento oficial de la ONU) el 21 de junio consideraba que 6.000 familias palestinas habían perdido a sus madres (civiles desarmadas, no combatientes) debido a la guerra.
No es guerra justa, dicen los católicos
La embajada israelí ante la Santa Sede respondió con un agrio comunicado al documento de Justicia y Paz: "Es lamentable que un grupo de representantes de la Iglesia Católica haya decidido aprobar un documento que, con pretextos religiosos y astucias lingüísticas, no hace más que oponerse de hecho al derecho de Israel a defenderse de sus enemigos, que manifiestamente quieren poner fin a su existencia".
Seis días después del comunicado de la embajada israelí, las bombas israelíes caían sobre el colegio católico de la Sagrada Familia, matando a 4 personas en el lugar lleno de desplazados y refugiados.
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