AsiaNews / ReL 5 septiembre 2016
María Donna Dewiyanti Darmoko era una
joven indonesia, de familia china, católica y rica, muy alejada de los
pobres... pero que un día sintió una fuerte llamada a servirles y
entregarse por ellos, y entró en las "calcutas", las Misioneras de la
Caridad de la Madre Teresa, donde hoy sirve con el nombre de Sor Lucía
Inés.
De familia rica Maria Donna nació en Kudus, Indonesia, en una rica familia católica, cercana a la familia más rica de Indonesia, los propietarios de la industria de cigarrillos PT Djarum. Estudió en Australia y también estudió y se graduó en los Estados Unidos. Allí contactó por primera vez con las Misioneras de la Caridad, en Illinois, y colaboró con ellas en tareas de atención a personas sin hogar en EEUU. De vacaciones en el hotel de lujo Estando en Hong Kong, de vacaciones con su familia en un hotel de lujo, vio mendigos y pobres especialmente sucios en las calles. "Al principio yo estaba muy perturbada por ver a tanta gente sin hogar en las calles de Hong Kong, que estaban acurrucados, enfermos y sucios. Mi primera reacción emocional era salir corriendo de aquella vista y estuve a punto de vomitar", explica con sus propias palabras, recogidas por la agencia AsiaNews. "Entonces, mientras daba la espalda a estas personas, algo me hizo volver a ellos, para hacer algo bueno por aquellas personas desafortunadas", recuerda. Fue entonces cuando decidió entrar en las Misioneras de la Caridad con el nombre de Sor Lucía Inés. Trabajando con los pobres en Timor Sus padres, por supuesto, se opusieron con fuerza, pero acabaron aceptando su opción. Sor Lucía desde entonces se volcó en trabajar con los pobres y los más marginados de la sociedad y en evitar la atención de la prensa. Actualmente se encuentra en Timor Oriental, excolonia portuguesa de cultura católica, uno de los países más pobres de Asia, limitando su contacto mediante el móvil o el correo eléctrónico a muy pocas personas.
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terça-feira, 6 de setembro de 2016
De familia rica, de vacaciones en un hotel de lujo, los pobres le daban asco y entró en las calcutas
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