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quarta-feira, 10 de agosto de 2022

Olivia Newton-John («Grease») rezaba cada noche: se lo prometió a Dios por salvar a su hija

Olivia Newton-John y John Travolta en "Grease".
En una de sus últimas entrevistas dadas en vida, Olivia Newton-John se sinceró sobre su vida de fe y creencias: era humilde pero sincera y perseverante, según la promesa que hizo a Dios.


ReL


El pasado lunes 8 de agosto, tras tres décadas luchando contra el cáncer, falleció la actriz y cantante Olivia Newton-John a los 73 años, especialmente conocida por interpretar el papel de Sandy en la icónica Grease.

A lo largo de su vida, sufrió no pocos altibajos que le hicieron mostrar desde una importante faceta caritativa en la fundación de hospitales hasta otras más extravagantes como el uso del cannabis medicinal. Sin embargo, mucho menos conocida es su vertiente religiosa y espiritual, que le llevó a hacer un pacto con Dios pidiéndole que defendiese la integridad de su familia, recoge el portal Daily Mail

Según contó en A Life of Greatness en una de sus últimas entrevistas, Olivia se trasladó a los años ochenta para recordar su fe y el embarazo de su hija, Chloe Lattanzi, de 36 años.

"Estuve cerca de perderla. Me fui a la cama y le pedí a Dios que la salvara y, si lo hacía, [prometí que] rezaría el Padrenuestro todas las noches durante el resto de mi vida. Y así lo he hecho", reconoció. Chloe nació finalmente el 17 de enero de 1986 en Los Ángeles. 

Si bien no entró en detalles sobre su educación religiosa, remarcó su fe en el poder de la oración, en que debía haber algo después de la muerte y que en no pocas veces a lo largo de su vida pensó en ella.

"Todos sabemos que vamos a morir... Pero creo que nos pasamos la vida negándolo.  Me resulta difícil expresarlo con palabras… Siento que todos somos parte de una cosa, he tenido vida espiritual, he sentido el mundo espiritual y que creo que algo ocurre", admitió.

Entre otros comentarios, y admitiendo que no podía dar una visión cerrada del asunto, también afirmó su convencimiento de que "debe haber vida después de la muerte", de que "todo el amor estaría ahí" e incluso admitió estar "ansiosa" por llegar a ese momento cuando tocase.  

Tras ser diagnosticada de cáncer de mama, Olivia luchó contra la enfermedad alrededor de treinta años, hasta que su esposo John Easterling anunció el pasado lunes por la mañana que Olivia "falleció pacíficamente en su rancho en el sur de California, rodeada de familiares y amigos".



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