Mediante un rescripto publicado este martes en L'Osservatore Romano, el Papa ha concedido al Instituto para las Obras de Religión (IOR, comúnmente conocido como Banco Vaticano) la jurisdicción exclusiva sobre la gestión de los bienes inmuebles de la Santa Sede e instituciones relacionadas, así como la custodia de sus bienes muebles.
Esta disposición, según el rescripto de Francisco, "tiene el carácter de una interpretación auténtica de las disposiciones vigentes y tiene una fuerza firme y estable frente a cualquier cosa en contrario".
El rescripto sirve como clave de interpretación del artículo 219 de la constitución Praedicate Evangelium sobre la reforma de la Curia, que atribuye al IOR la ejecución de las operaciones financieras de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, al señalar que dicho artículo debe interpretarse "en el sentido de que la actividad de gestor patrimonial y custodio del patrimonio mueble de la Santa Sede y de las instituciones vinculadas a la Santa Sede es responsabilidad exclusiva del Instituto para las Obras de Religión".
El Papa ordena que la Santa Sede y las instituciones afines "que posean activos financieros y activos líquidos, cualquiera que sea la forma en que los tengan, en instituciones financieras distintas del IOR", informen a éste y se los transfieran "lo antes posible en un plazo de 30 días a partir del 1 de septiembre de 2022".
El actual presidente del IOR es el financiero francés Jean-Baptiste de Franssu, nombrado por Francisco en 2014 siendo el cardenal George Pell secretario de Economía de la Santa Sede.
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