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sábado, 17 de junho de 2017

Los obispos alemanes recuerdan el compromiso de Helmut Kohl con la doctrina social de la Iglesia

16 junio 2017


El encuentro de Helmut Kohl con Benedicto XVI durante
la visita del Papa a Alemania en 2011.
El ex canciller alemán Helmut Kohl, que gobernó la República Federal Alemana entre 1982 y 1990, y luego la Alemania unida hasta 1998, falleció este viernes en su casa de Ludwigshafen (Renania-Palatinado), donde había nacido hace 87 años.


Kohl pasará a la historia como el hombre que se empeñó en afrontar, al precio económico y social que fuera, la reunificación entre los alemanes tras la caída del Telón de Acero, y también como un impulsor de la actual Unión Europea.


Católico de convicciones profundas, mantuvo una sólida relación con San Juan Pablo II, no exenta de momentos difíciles, como la polémica, justo al final de su mandato, sobre los certificados de aborto.


En enero de 1998, el Papa se dirigió a los obispos alemanes para prohibir que los consultorios católicos firmasen la autorización del aborto (que según la ley alemana exigía el asesoramiento a la madre), aun si se tratase de un mero visto bueno formal y dichos consultorios hubiesen actuado aconsejando a la madre en defensa de la vida del niño por nacer.


Esto supuso un problema en el seno de la coalición que encabezaba Kohl, quien ya había tenido problemas con el aborto cuando hubo que unificar las leyes de las dos Alemanias: más restrictiva la occidental (en 1991 había 9 abortos por cada 100 nacimientos), más laxa la comunista (32 abortos por cada 100 nacimientos). El resultado fue finalmenteuna derrota para Kohl, pues en 1992 el Bundestag aprobó el aborto por decisión exclusiva de la madre, mientras que parte de los cristianodemócratas del canciller, y él mismo, querían mantener la supervisión médica.


Las condolencias de la Iglesia alemana
Al tener noticia de su fallecimiento, el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Berlín y presidente de la conferencia episcopal germana, afirmó que "la Iglesia alemana agradece el testimonio cristiano de Helmut Kohl": "Allí donde los valores de la sociedad libre fueron pisoteados, en cualquier lugar del mundo que fuera", añadió Marx, "él hacía campaña por esos valores, y quiso que Europa se moldease conforme a sus creencias cristianas. Fue una constante preocupación suya implantar una economía social de mercado basada en la doctrina social de la Iglesia, y que tuviese como centro al hombre".


Tras recordar el cálido recibimiento que ofreció a San Juan Pablo II en sus visitas a Alemania de 1987 y 1996, el cardenal Marx insistió en que "la actividad de Helmut Kohl estuvo marcada por la imagen cristiana del hombre, que contribuyó a fortalecer".


Por su parte, el obispo de Speyer (Espira), Karl-Heinz Wiesemann, de quien era diocesano Kohl, recordó sus aportaciones a la catedral "en cuanto símbolo de las raices cristianas de Europa", como reza la placa que le homenajea en el templo con ocasión del 25º aniversario de la reunificación.


Por su parte, el arzobispo de Paderborn, Hans-Josef Becker, insistió en que "el compromiso político de Kohl tenía una base cristiana" y "contribuyó a moldear la sociedad con su defensa pública de la doctrina social católica". Monseñor Becker recordó que "gracias a Helmut Kohl se introdujo una referencia a las Iglesias en el Tratado de Amsterdam, que fue un hito en el camino de la unificación europea".

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