Desde hace casi dos meses, Azerbaiyán, un país de mayoría musulmana, está intensificando el asedio a los 120.000 cristianos armenios que viven en Nagorno-Karabaj (Artsaj), cuyas vías de abastecimiento cortó en diciembre de 2022, electricidad y gas incluidos. La única ruta de acceso a la región desde Armenia era la carretera de Lachin, cuyo check point ha sido bloqueado desde hace casi dos meses por las tropas azeríes incluso para bienes de primera necesidad.
Azerbayán justificó su acción el 11 de julio con el presunto "contrabando" que estaría llevando a cabo la Cruz Roja, llevando a los armenios gasolina y tabaco en los traslados de enfermos desde centros sanitarios de Nagorno-Karabaj a Armenia. Algo que fue desmentido por la organización y considerado por las autoridades armenas una mera excusa azerí para someter a la población por hambre.
Hay que recordar que las hostilidades fronterizas están oficialmente suspendidas tras la guerra iniciada en mayo de 2021 por Azerbaiyán al invadir territorios armenios, pero la actitud del gobierno de Bakú puede provocar de nuevo el estallido de la guerra, al conducir a los habitantes de la república de Artsaj a la desesperación y forzar a Armenia a intervenir.
Limpieza étnica
"Mientras no se firme un tratado de paz que sea ratificado por los parlamentos de ambos países, obviamente es muy probable una nueva guerra", ha declarado el primer ministro armenio, Nikol Pashinian. Por su parte, el presidente de Artsaj, Arayik Harutyunyan, habla de una "limpieza étnica" realizada ante la "impunidad internacional", según recoge La Nuova Bussola Quotidiana.
La mediación rusa, que ha sido hasta el momento el paraguas protector de los cristianos armenios, se ve limitada desde el comienzo del conflicto en Ucrania por el estrechamiento de lazos que la guerra ha suscitado entre Moscú y Turquía, que apoya a Azerbaiyán.
Mientras tanto, la población de Nagorno-Karabaj empieza a sentir hambre, a pesar de las proclamaciones de los tribunales de La Haya (Corte Internacional de Justicia) y Estrasburgo (Tribunal Europeo de Derechos Humanos) de que en el corredor de Lachin debe garantizarse la libre circulación de personas, vehículos y mercancías.
Mapa de Nagorno-Karabaj (Artsaj), región cristiana armenia emparedada entre Armenia y Azerbaiyán. En azul puede verse el corredor de Lachin, teóricamente protegido por tropas rusas pero en la práctica cortado por los azeríes. Imagen: Wikipedia.
Azerbaiyán no la está respetando porque pretende, explica Harutyunyan, "sojuzgar al pueblo de Artsaj mediante el terror psicológico, creando condiciones de vida insoportables" como presión para que Ereván (capital y sede del gobierno armenio) ceda a los azeríes la soberanía sobre Nagorno-Karabaj.
Desde que hace dos meses se intensificase el asedio, no han entrado alimentos en Artsaj, que recibe de Armenia el 90% de sus subsistencias básicas. Lo mismo pasa con el carburante, cuya falta ha reducido en un 80% el trabajo agrícola. Se ha acrecentado la mortalidad infantil y el 90% de las embarazadas padecen anemia. Todas las operaciones quirúrgicas programadas han sido suspendidas. El desempleo alcanza al 80% de la población.
Limpieza religiosa
Sam Brownback, quien fuera con Donald Trump embajador internacional para la libertad religiosa, visitó Armenia en junio y fue más allá de la mera "limpieza étnica", para hablar de "limpieza religiosa". "Está trabajando para que no se pueda vivir allí y la población armenia cristiana se vea forzada a irse, eso es lo que está pasando", señaló: "Con la ayuda de Turquía, Azerbaiyán ha bloqueado la libre circulación de ayuda y de personas hacia el enclave cristiano de Karabaj. Ambos países deben pagar las consecuencias de sus acciones".
En la memoria del siglo XX permanece el genocidio armenio por el gobierno turco, la masacre de dos millones de personas entre 1915 y 1923 mediante deportaciones forzosas y asesinatos masivos. Los cristianos de Nagorno-Karabaj temen que la historia se repita.
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