Tuvieron que emigrar hasta Alemania: «Un amigo nos denunció por apostasía»
"Hemos encontrado muchos amigos que siempre nos ayudan y nos apoyan", dice la pareja.
Azar y Omid (seudónimos) son un matrimonio de Irán que se acaban de convertir al cristianismo. Actualmente residen en Alemania y le han contado su testimonio al portal Katholisch.de.
¿Cómo se puede llegar al cristianismo en Irán? ¿Cuál es su visión del islam actualmente? La pareja aborda estas y otras cuestiones durante la entrevista.
Un amigo cristiano
Sobre cómo entrar en contacto con el cristianismo en Irán, Omid, comenta: "Participé en las manifestaciones contra el régimen de 2007. Eso me hizo reflexionar profundamente: cómo se había llegado a esta situación y por qué existía este régimen teocrático. Los mulás en Irán son despiadados, me preguntaba cómo todo eso podía encajar con una religión que supuestamente promueve la paz. Empecé a leer libros sobre el islam. Durante ese tiempo, también hablé de estos temas con un amigo cristiano. Él me regaló una Biblia. Al leerla, encontré muchas cosas que coincidían con mis propias opiniones y creencias. Así que seguí aprendiendo y reflexionando sobre ello. Ese fue el comienzo de mi camino".
Pero, ¿fue un impulso más bien político?, Omid, confiesa: "Sí, exacto. Siempre he tenido problemas con los mulás. Pero en Irán, mucha gente dice: un mulá es un mulá, el islam es completamente diferente. He leído algunos libros críticos con el islam —aquí están prohibidos, claro, pero se pueden encontrar en internet— y he llegado a la conclusión de que el islam puede ser, en efecto, una de las causas principales de un régimen como el de Irán. Eso ha cambiado mi actitud hacia el islam".
Azar, como tantas otras mujeres iraníes, creció en una familia musulmana con todos los rituales que eso conlleva. "Cuando empecé a estudiar, me quedó cada vez más claro que no me identificaba con nada de eso. Ya no quería ser musulmana; de hecho, no quería tener nada que ver con ninguna religión. Por eso, cuando mi marido empezó a informarse al respecto, yo tampoco quise saber mucho. Simplemente, no había tenido buenas experiencias con la religión", relata.
Omid cuenta, en este punto, las dificultades para bautizarse. "El bautismo no es posible en Irán: la conversión del islam está prohibida, y los cristianos locales tampoco pueden bautizarse. Estaba en una etapa en la que creía en Jesucristo y rezaba con amigos, pero, oficialmente, seguía siendo musulmán. Usábamos nuestro apartamento como iglesia doméstica con otros cristianos. Todo eso está prohibido, y nos metimos en problemas".
Un camino hacia la fe que no fue nada sencillo. "En Irán, tenía una constructora con un amigo. Construimos muchas casas juntos, y también le hablé de mi fe, pero me delató a la Policía. Cuando mi esposa y yo estábamos en Alemania para el Oktoberfest, me denunció por apostasía. No podía regresar, porque me habrían arrestado. Para él, era una oportunidad de apoderarse de la empresa sin compensación alguna. Tenía mi poder notarial, así que todo sucedió muy rápido", dice Omid.

Irán tiene mayor libertad religiosa que países como Arabia Saudí.
De Irán tuvieron que salir para Alemania. "Por un lado, tuve que reconstruir mi vida por completo, empezar de cero, de hecho, incluso menos que de cero. Fue muy difícil. No tenía apartamento ni trabajo. Tuve que aprender un nuevo idioma y mi licencia de conducir ya no era válida. Afortunadamente, el nuevo comienzo aquí funcionó: nuestros títulos universitarios fueron reconocidos y encontramos nuevos trabajos. Por otro lado, estoy muy feliz con mi nueva libertad: puedo ir a misa sin miedo. Puedo vivir y profundizar mi fe. Me puse en contacto con un centro y pude aprender mucho más sobre mi fe a través de conversaciones", comenta Omid.
Tener una meta clara
Su opinión sobre el Islam, hoy en día, ha variado un poco. "Estoy muy contento con mi conversión. A menudo he comparado el Corán y la Biblia: el islam tiene normas muy estrictas, que se aplican con bastante precisión en Irán. En ese país, hombres y mujeres no son valorados por igual, y lo mismo ocurre con la relación entre religiones; esto se nota, por ejemplo, en asuntos de herencia o indemnizaciones. Pero, para mí, lo importante es la humanidad. Para mí, Dios solo ve seres humanos, no géneros ni religiones. Todos tenemos el mismo valor. Encuentro esto más fácilmente en el cristianismo", dice Omid.
Azar, por su parte, habla de los ritos cristianos. "Empecé poco a poco, porque al principio tenía prejuicios y quería ser libre. Siempre he creído en Dios, pero después de mis experiencias en Irán, no quería seguir tantas reglas. Claro, siempre me habían enseñado que el islam es la mejor y más humana religión, así que al principio no quería saber nada de las demás. Solo gradualmente me involucré con la Iglesia. Percibí todo como muy amigable y limpio. Al principio, tenía la sensación de que algo me pesaba, que no podía respirar bien, que algo me oprimía. Probablemente, tenía que ver con mi actitud defensiva. Hoy me siento muy bien. Tomé un curso sobre el cristianismo y ahora tengo una meta clara. He llegado a apreciar verdaderamente el cristianismo: hay tanta paz y alegría en él. Por eso quise bautizarme".
En el trabajo suelo llevar mi collar con la cruz alrededor del cuello; creo que eso lo dice todo
Sobre si han sufrido alguna amenaza por parte de musulmanes, Azar, confiesa: "No hablo con musulmanes sobre mi religión. Si alguien me pregunta, le digo que soy católica. En el trabajo, suelo llevar mi cruz al cuello; creo que eso lo dice todo. Pero, por lo demás, evito el tema. He conocido a mucha gente muy obsesionada con su religión. Me da miedo discutir con ellos, porque puede ser peligroso. En Irán vi con frecuencia las consecuencias de que la gente, por ejemplo, reniegue de sus propios hijos".
Está claro que desde su conversión les ha cambiado la vida. "Mi vida cambió en Irán gracias a la Biblia. Mi fe estaba oculta. Hoy soy mucho más libre. Aquí puedo profundizar en mi fe", dice Omid.
"Tengo una meta y un rumbo en mi vida; puedo encontrar la paz. Tengo un Dios a quien puedo confiar mis problemas. En la Iglesia hemos encontrado muchos amigos en el extranjero que siempre nos ayudan y nos apoyan. Todo esto ha sucedido gracias a la obra de Jesucristo y es una gran oportunidad para nosotros", añade Azar.
La entrevista va terminando y la pareja habla de la nostalgia por Irán. "No he visto a mi familia en seis años y no pude ir al funeral de mi hermano en enero. Ninguno de los dos podrá volver a Irán. Eso me entristece mucho. La nostalgia es muy fuerte", comenta Omid.
"Cuando viajamos a Alemania, le dije a mi padre que volvería en nueve días. Eso fue hace seis años, y mi padre falleció de Covid. No he podido volver a verlo. Echo de menos a mis hermanas y sobrinas que siguen en Irán. Nunca hice nada ilegal en Irán, pero siempre tengo miedo de que me pase algo si viajo allí", aporta Azar.
Sobre si la conversión es un tema de conversación para su familia, explica Omid: "Eso no es un problema para mi familia. Son musulmanes, pero no radicales".
"Mi familia tiene tan poca relación con la religión como yo antes. Es algo común en Irán. Por lo tanto, no es un tema importante para ellos. Me dijeron: 'Lo más importante es que te sientas a gusto'. Un cuñado mío también se convirtió al cristianismo, y fue igual", añade Azar.




