Hablamos con Abraham Cruz, consiliario de Scouts de Europa, en vísperas de su encuentro nacional en Santa María de Huerta
Abraham Cruz, de gris con pañoleta y alzacuellos, acompaña a un grupo de Guías de Europa en febrero de 2024
Unos 300 Guías y Scouts de Europa adultos se reúnen este fin de semana (11 y 12 de octubre) en el monasterio cisterciense de Santa María de Huerta (Soria). Es el gran encuentro anual de esta asociación scout católica, presente en 17 países europeos. Fue fundada en 1956 por scouts franceses y alemanes que habían visto los horrores de la Segunda Guerra Mundial, jóvenes europeos matándose unos a otros por ideologías. Les inspiraba construir una Europa fraterna, sobre la fe, con el método pedagógico creado por Lord Baden-Powell, fundador de los scouts, y con las aportaciones católicas del jesuita Jacques Sevin (1882-1951), fundador de Scouts de Francia.
Bien entrado nuestro siglo XXI, con tantas familias de niños sin hermanos, jóvenes enganchados a las pantallas, soledad y falta de madurez, el sistema scout, que aporta comunidad y amigos, responsabilidades, compromiso y contacto con la naturaleza, parece más beneficioso que nunca para niños, adolescentes y jóvenes.
Los 5 fines del escultismo
"El escultismo es un método equilibrado que trabaja cinco fines en cada encuentro o actividad: el sentido de lo concreto, la salud, el espíritu de servicio, la formación del carácter y el sentido de Dios", explica a ReL Abraham Cruz, que está a cargo de la parroquia del Espíritu Santo en Madrid y es el consiliario de Guías y Scouts de Europa para toda España.

Abraham Cruz, párroco en Espíritu Santo (Madrid) y consiliario nacional de Guías y Scouts de Europa
La asociación en España está presente en 9 diócesis (en la región de Madrid, en Cataluña, en Toledo, Valencia y Alicante) y cuenta con unos mil miembros, de los que la mayoría son niños y adolescentes, unos 310 son adultos con distintas responsabilidades y unos 90 son jóvenes de 17-18 años, que se preparan para servir de distintas formas. Se espera que de los 18 a los 22 años la mayoría sirvan como jefes trabajando con niños (lobatos) o con adolescentes (las guías y los scouts propiamente dichos, de 12 a 16 años).
"Este encuentro en Santa María de Huerta es para los adultos, la Rama Roja, a partir de 17 años. Es una peregrinación: los chicos caminan un día desde el pueblo de Judes, las chicas desde el pueblo de Somaén, y nos encontramos todos en el monasterio, para la adoración eucarística del sábado por la noche y la misa del domingo. Otros años, cuando hay puente, caminamos dos días. Para los adultos, sean jóvenes o más mayores, el tema del camino y la ruta son imagen del reflexionar sobre nuestra vocación y nuestro servicio en la vida. ¿Dónde me llama Dios a servir? En esta peregrinación, como en todas nuestras actividades, hay una parte de formación, otra de oración y otra de acción. Hay charlas y testimonios, pero también hay confesiones, liturgia de las horas, la oración personal que llamamos 'la hora ruta'... Los cistercienses son muy acogedores y nos ayudan también con las confesiones", explica el sacerdote.

Encuentro nacional de Scouts de Europa en Santa María de Huerta (Soria), foto de grupo de 2024
De familia sin fe a sacerdote de los scouts
Abraham Cruz lleva 17 años de sacerdote, pero él se educó en una familia sin fe. Descubrió a Dios en los scouts. "Llegamos a Madrid desde Alcalá y mis padres nos apuntaron a un grupo scout en la parroquia de al lado de casa. No éramos creyentes ni íbamos a nada de la Iglesia. Pero mi padre había sido scout de pequeño, era algo que valoraba y quería eso para nosotros. Yo tenía 10 o 11 años. Resultó que aquel grupo era de Scouts de Europa y era seriamente católico. Desde el primer día yo veía que allí rezaban y hablaban de un "Señor" que yo no sabía quién era. Pero yo pensaba: 'quiero ser como esos, quiero ser como esos jefes'. Así descubrí la fe y la Iglesia. Al cabo de un año, nos bautizamos mi hermano y yo. Hice la comunión un par de años después".
Caminar, servir en campamentos y aprender a escuchar a Dios también fue parte de su camino hacia el sacerdocio. "No hice la Confirmación hasta los 20 años, porque yo lo veía ya como un paso vocacional, que fui postergando. El Señor ya me llamaba al sacerdocio, creo, pero yo creía que había que ser santísimo y tener todo clarísimo antes de confirmarse. Ya a esa edad ayudaba en campamentos y en la catequesis en otra parroquia. En ese servicio, con mi grupo de fe, haciendo un Camino de Santiago, escuché claramente la voz del Señor que me llamaba a ser sacerdote. Recuerdo la escena y la hora, en un pueblo que se llama Eirexe, en la provincia de Lugo, al lado de un roble enorme, en una catequesis sobre la vocación. Me ordené en 2008", señala.
Ser scout en tiempo de pantallas y soledades
Para Abraham, el escultismo es especialmente benéfico para los niños y adolescentes de nuestra época. "Los chicos cada vez están más solos, encerrados en casa y en la tecnología. Les vemos con poca iniciativa, a veces parecen muy aplatanados. El escultismo, a través del juego y la aventura, les da una pandilla, unas amistades que se construyen compartiendo esfuerzos. Te saca de casa, de tu madriguera, y haces cosas que no puedes en ningún otro sitio, como vivir en el bosque, o construir con madera, competir con otros grupos... Nuestros adolescentes hacen un gran campamento de verano de 15 días, en la naturaleza, donde se construyen sus refugios y se organizan con sus recursos y tareas. Allí descubren sus dones y los ponen al servicio del grupo. Toda la pedagogía es un progresar y un no acomodarse, dar pasos de crecimiento y pruebas", explica.

Unas Guías de Europa desafían con sonrisas el cielo encapotado de Navarra en 2024
"El escultismo genérico, no religioso, crea ciudadanos serviciales, pero el escultismo católico busca también formar almas para el Señor. Y esto encaja también con lo que necesitan la Iglesia y las parroquias. Cuesta mucho mover hoy a los jóvenes católicos. Por eso es bueno el sistema scout: ayuda a darles carácter, liderazgo, tomar decisiones, no dejarse llevar por la corriente, da seguridad y fuerza de voluntad".
El papel del sacerdote
Los scouts católicos siempre necesitarán de sacerdotes cercanos, dispuestos a acompañar a los jóvenes y adolescentes. "Cuando un sacerdote consigue estar en los campamentos, especialmente en el largo, de dos semanas, se convierte en un verdadero adulto de referencia, para los adolescentes, sí, pero también para los jefes, que son veinteañeros. En la pedagogía de Scouts de Europa se confía mucho en esos jefes veinteañeros, y el cura ha de aprender a delegar en ellos, en dejarles ser jefes y educadores. El cura educa a los jefes, y los jefes a los niños y adolescentes. El escultismo implica que esos jefes veinteañeros organicen, planeen y piensen mucho las cosas con antelación. Y en los campamentos el Señor acampa con los chavales: intentamos que haya eucaristía diario, confesiones, espacios para escuchar a Dios en la naturaleza..."
El escultismo en la parroquia
"A los lobatos, que son niños, se apunta cualquiera, como a la catequesis. Pero a partir de la adolescencia, el escultismo te tiene que gustar sinceramente, con su lenguaje y su pedagogía", puntualiza Abraham. "Yo digo a los padres que en la catequesis hay más teoría, y en los scouts hay más práctica. Se complementan. Encaja bien con las catequesis de adolescentes de LifeTeen, por ejemplo: los sábados por la tarde vienen a scouts, y se quedan por la noche al LifeTeen".

Lobatos de Scouts de Europa en un juego en el campo; la mayoría de los miembros de la asociación, en España y Europa, son niños
Lo mismo que da fuerza al sistema scout le aporta también su debilidad: la edad de los jefes, veinteañeros. "El escultismo requiere mucho compromiso", señala Abraham. Los veinteañeros, a medida que entran en estudios más exigentes o en el mundo laboral, ya no pueden ayudar tanto. "Así que siempre tenemos escasez de jefes. También hay escasez de curas abiertos al método scout. En España hubo malas experiencias en los años 80 y 90 con algunos grupos scouts que no servían a la fe. Los curas sentían que aquellos grupos ocupaban locales, molestaban y no ayudaban, e incluso alejaban a los niños de Dios".
"En el caso concreto de Scouts de Europa se insiste siempre en que servimos a la Iglesia, con el sacerdote. Pero el sacerdote ha de entender que es un método más de pastoral. Y los parroquianos han de verlo. Cuando los fieles ven a los scouts en misa, con sus uniformes y banderas, con sus símbolos y ceremonias, preguntan y quieren saber más. Los padres de familia preguntan más al ver a los scouts que si repartes folletos, carteles o avisas en la web parroquial. El uniforme llama la atención, es así. El hábito no hace al monje, vale... pero ayuda", afirma Abraham, con su pañoleta azul de consiliario nacional y sus muchos años de experiencia.
Más información en la web www.scouts-de-europa.org . Fotos de Scouts de Europa aquí en Facebook.



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