El 'reel' de Pablo García Navarro anuncia el cierre de una etapa feliz para abrir la que anhela de verdad en su corazón.
Pablo García Navarro (@pablogarna) nació en Granada en 1990 (tiene 35 años) y suma 642.000 seguidores en Instagram, la red donde ha anunciado este domingo que cerrará su cuenta porque próximamente entrará en el seminario.
Iniciativas sociales
Pablo, que siempre ha manifestado su fe católica, es modelo y empresario y junto con otros amigos puso en marcha en 2021 Un mismo equipo, una iniciativa que, como él mismo explica, busca "dar visibilidad o ser el altavoz de las personas que se han quedado en la calle o que ahora mismo viven una situación complicada", y a quienes ayudan buscándoles un trabajo.
Su propia presencia en Instagram, donde da cuenta de sus viajes a países o regiones pobres, es una permanente invitación a agradecer lo que se tiene y a acordarse de quienes tienen menos o no tienen nada.
Uno de sus recientes "regalos" a sus seguidores para "guardar en el corazón" fue una sucesión de imágenes de Filipinas "para esos días en los que nos quejamos por inercia, por tonterías; para esos días en los que nos enfadamos porque el agua de la ducha no sale todo lo caliente que queremos; o esos días en los que tenemos la poca vergüenza de abrir el armario y decir 'No tengo qué ponerme'... Para esos (casi) todos los días en los que la queja se impone al agradecimiento, éste es mi regalo", dice antes de ofrecer la realidad cotidiana de los desfavorecidos del país asiático, entre ellos niños.
Pablo es "una persona que a diario da ejemplo sobre cómo ser tu mejor versión, sobre cómo puedes trabajar cada día en tí mismo, en tu alma, en tu corazón... Es una persona generosa a más no poder, un tío espectacular. Es un amigo mío adorable, que le quiero con locura", afirmó la cantante Sofía Ellar, tras aparecer con él en una performance donde el joven hizo por primera vez de actor, como si fuese su acompañante.
"Vivir la vida que Dios pensó para mí"
Esa entrega al servicio de los demás, desde que en su primera juventud se iniciase como monitor de campamento, es una de las razones que ha aducido Pablo al anunciar este nuevo paso en su vida.
Sentado en una silla ante el mar, anuncia que graba el vídeo para despedirse de Instagram "con todo lo que eso conlleva". Ha "aprendido muchísimo" y ha "disfrutado" en la etapa que hoy concluye para abrir "otro capítulo muy ilusionante" que será "de no estar en el foco, de silencio, de oración": "En unas semanas voy a entrar al seminario", anuncia, "y si Dios quiere en unos años seré sacerdote".
No ha sido una decisión sencilla pero está tranquilo, feliz y en paz, confiesa, aunque teme que muchas personas no lo entiendan porque tiene todo lo que quiere el mundo, desde el dinero a un trabajo que le encanta y muchos ansían: "Pero ¿de qué me sirve todo eso si en el fondo de mi corazón hay otra cosa? Lo que yo tengo en el corazón es una vida de entrega completa al servicio de los demás, una entrega con un nombre: el sacerdocio".
Su decisión, que no ha sido repentina, "se basa en una certeza, y es que el que apuesta por el Señor no se equivoca": "Para mí el éxito en la vida no es Instagram, no es tener dinero, no es que te reconozcan por la calle. El verdadero éxito es vivir la vida que Dios pensó para mí".
Lo que emprende ahora "responde a un deseo insaciable que tengo en el corazón de querer al Señor, y donde esté eso, que se quite todo lo demás. Lo único que quiero en esta vida es ser santo; todo lo demás va detrás y me sobra".
A continuación incluimos el reel de Instagram con la despedida de Pablo y la descripción que la acompaña, que amplía algunos puntos de sus palabras:
"Reel" de despedida
Descripción que acompaña a su despedida
"Hazle caso a lo que te diga el corazón". Es una frase que hoy en día escuchamos mucho y que, si no se confunde con las ganas o con un sentimentalismo inmaduro, supone una verdad como un templo. Para mí ese es el verdadero éxito en la vida: hacer y vivir la vida que un día Dios pensó para mí; hacerle caso a su voz en mi corazón más profundo.
Han sido casi cuatro años maravillosos en los que desde el primer día soñé con llevar el amor de Dios a través de esta pantalla. He tenido momentos buenos y momentos de bajona. He podido viajar y conocer mundo; vivir cosas que en mi vida me habría imaginado, teniendo la oportunidad de compartirlas con mi familia y amigos. He sido (y sigo siendo) muy feliz.
Pero sin duda el mayor regalo que me llevo de esta cuenta son los milagros, continuos, de personas contándome y abriéndome su corazón. Acercamientos a la fe, inquietudes y, por supuesto, desahogos. Ese ha sido mi mayor regalo. Qué pena que no haya podido atender como me habría gustado, cada mensaje y a cada persona.
Soy consciente de que es una decisión que seguramente “el mundo” no entiende: una vida cómoda, una estabilidad, ciertos lujos y “pocas preocupaciones”, pero repito: ¿de qué me sirve todo eso si mi corazón anhela y me grita otra vida? Yo me niego a conformarme.
No sé si volveré en unos meses por aquí. Ya se verá. Por lo pronto, este mes de septiembre seguiré subiendo cosas con normalidad y te seguiré compartiendo mi vida, preguntas que puedan surgir a raíz de este vídeo, comentatas con mi madre y lo que vaya surgiendo. También tengo compromisos con marcas que tengo que respetar y que quiero hacer bien, como he procurado hasta hoy.
Lo que te pido es que si quieres, que reces por mí. Para que no me guarde nada. Para que mi entrega sea entera, aunque no vea resultados ni frutos. Para que, también en los momentos malos, me repita una y otra vez: solo Dios basta.
¡Gracias por todo! Te rezo.