AsiaNews 21 junio 2016
Durante el Ramadán, los musulmanes no
pueden comer durante el día, pero al irse el sol pueden cenar; esa es la
cena de iftar, que a veces se celebra en grupo e incluso invitando a
personas de otras religiones. En Sarawak, uno de los estados de Malasia, en los locales de la catedral católica, el arzobispo de Kuching, John Ha, ha sido el anfitrion de una cena de iftar que ha reunido a cristianos y musulmanes.
El acto lo ha organizado el Centro de Información Islámico en Borneo. Sarawak es una zona donde los cristianos son mayoría y se considera la región más pacífica de Malasia.
El arzobispo de Kuching explicó que algunos cristianos, por solidaridad
con los musulmanes que ayunan, también ayunaron ese día. El arzobispo
dio un discurso proponiendo “una Malasia interracial y multi-religiosa,
donde pueden existir fealdad y belleza, dependiendo de cómo uno trate al
prójimo. La fealdad tiene la forma de la sospecha, del desprecio, de la
agresión y de la condena, que llevan al odio y a la violencia”. Por el
contrario, continuó: “la belleza nace de la armonía y de la paz entre
personas de credos y etnias diversos, que se respetan y que son como los
colores del arco iris que atraviesa el cielo”.
La paz, según el prelado, no es sinónimo de tolerancia, porque “la
tolerancia implica una antipatía recíproca", mientras que él propuso "el respeto mutuo y la aceptación típica de los creyentes en Dios, que dan espacio al otro en la sociedad”.
Entre los musulmanes y los cristianos, reconoce el arzobispo, existen diferencias, pero "hoy nos concentramos en aquello que nos une". Así, alabó la práctica del ayuno (común, por ejemplo, en Cuaresma en la tradición cristiana), como una herramienta "que Dios nos ha donado para construir una relación con Él y entre nosotros”.
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terça-feira, 5 de julho de 2016
Cena de iftar -ramadán- en los locales de la catedral de Kuching en Malasia: un gesto de cercanía
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